La vicepresidenta Victoria Villarruel mantuvo en el temario de sesión convocada para el jueves en el Senado el tratamiento del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 que un sector importante de la oposición se apresta a rechazarlo y así generar un daño al plan motosierra que aplicó Javier Milei desde que asumió. Pese a versiones y hasta un comunicado de la Oficina del Presidente en duros términos en su contra, Villarruel terminó con la gestión para quitarlo del listado y el DNU se discutirá en el recinto.
El comunicado de la oficina presidencial, con el aval de Karina Milei, llegó en plena reunión de labor parlamentaria y molestó a Villarruel. “No le cayó muy bien”, admitieron en La Libertad Avanza. La vicepresidenta insistía, como en las últimas 48 horas, en convencer a los senadores que impulsaban el rechazo al mega DNU de quitarlo del temario y la negociación venía encaminada. Era un intento por ganar algo de aire.
El reclamo a la oposición para no dejarse llevar por “el canto de sirena” y advertir que atenta contra el Pacto de Mayo lejos de calmar las aguas, detonó todo tipo de armisticio. Según revelaron desde la oposición "dialoguista" a El Destape, el contenido de esas dos páginas provocó un molestias entre los legisladores. “El comunicado generó más malestar y detonó lo que estaba intentando Villarruel”, reconoció una senadora a este medio. "Cayó muy mal", reforzaron desde Unidad Ciudadana.
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La acusación de impulsar “una agenda propia e inconsulta” no amedrentó a la Vicepresidenta. “No pudo frenarla”, deslizaron en el peronismo sobre el cambio de estrategia que adoptó en la reunión. El peronismo no K hizo el pedido de sesión aunque siempre se mostró dispuesto a encontrar una salida sin que llegue al recinto el DNU. Pero los tiempos políticos cambian y el cortocircuito por la suba del 30% de las dietas cambió el escenario. “Ella juega bien y aprovecha para devolverle una factura a Milei y a Menem”, reconoció un senador.
Villarruel demoró cuanto pudo la presión de los senadores para tratar el DNU. El lunes 26 de febrero, en medio de la rebelión de los gobernadores patagónicos contra Milei, nueve senadores de bloques provinciales le requirieron que convoque a una sesión especial aunque sin fecha definida. Una jugada que abría la puerta a una negociación. Villarruel no convocaba a la sesión porque reglamentariamente no estaba obligada.
Con el arranque del período ordinario, el conflicto por las dietas y ante la posibilidad de que el peronismo y el kirchnerismo se autoconvoquen a una sesión ya no había margen para dilatar la situación. Las presiones en las redes sociales y el comunicado presidencial pocas ganas le dejaron a Villarruel para intentar frenar la avanzada después de sumarlo al temario para mantener las formas institucionales.
A la salida de la reunión tanto en el kirchnerismo como en el peronismo dialoguista y hasta en el PRO había una certeza y es que mañana no solo se tratará el DNU 70/2023 sino que “hasta ahora” se cae y por más de 40 votos.