"Acá deberíamos estar todos los presidentes", sostuvo la semana pasada el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, durante la cumbre del Mercosur realizada en Asunción. La queja era por Javier Milei, quien decidió no asistir y enviar en su lugar a la canciller Diana Mondino. En plan de recomponer el vínculo con quien naturalmente debería llevarse bien, Milei invitó el miércoles a Lacalle Pou para una reunión de una hora a solas en la Casa Rosada. El uruguayo salió satisfecho. Su país está en campaña electoral y pretende jugar un rol de mediador entre el indócil Milei y Luiz Inácio Lula da Silva, algo que -quiere dar a entender- le costaría hacer al Frente Amplio. "Nos fue muy bien", dijo Lacalle Pou a la salida.
Milei y Lacalle deberían conformar un tándem en el Mercosur, dada la mirada liberal de ambos y la poca simpatía que sienten por el bloque regional. Pero la pelea de Milei con Lula pudo más y colocó al bloque en un paréntesis preocupante. Un "zurdito" con "ego inflamado" le dedicó Milei luego de que Lula exigiera una disculpa pública por sus anteriores agresiones. "Nos hemos convertido en una reunión balcanizada y dividida", se lamentó el brasileño durante la cumbre.
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Milei decidió en cambio ir a un encuentro político marginal organizado por Jair Bolsonaro en Camboriú. Por eso, explicaba un legislador que mantiene un diálogo cotidiano con colegas de ambos países, Lacalle Pou se imagina -junto a su candidato a la presidencia, Álvaro Delgado- en un papel de intermediario que, paradójicamente, permitiría que el Mercosur siga funcionando, pese a todo lo que hizo el presidente uruguayo para bajarle el precio.
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De hecho, Lacalle Pou viajó para la asunción de Milei y luego, en un par de ocasiones, intentó que el presidente argentino retribuyera la visita a su país, sin éxito. Tuvieron un saludo durante el encuentro de la Fundación Libertad que quedó en el registro por las imitaciones de Milei, la incomodidad de Mauricio Macri y por la salida anticipada de Carlos Melconian, objeto de las burlas presidenciales. Tan extremo es todo lo de Milei que Lacalle Pou suele verse obligado a plantear algunas cuestiones casi de sentido común. “Necesitamos un Estado fuerte. Hacen falta instituciones fuertes, y para eso una clara separación de poderes y una democracia fuerte”, puntualizó en aquella ocasión. Más distancia tomó Milei de él.
Justo esta semana, Lula y el canciller Mauro Vieira decidieron dar una señal de descontento con lo hecho por Milei -ausencia al Mercosur, nuevos insultos y participación en el encuentro con Bolsonaro- citando a consulta a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli. Para Brasil es muy importante mantener a nivel internacional la imagen de liderazgo sobre un bloque funcionando en la región, por eso fue la señal más leve posible. Incluso, el embajador se preocupó luego por diferenciar su caso de lo sucedido con España y Bolivia. "No es un llamado de enojo", observó el embajador. Argumentó que la convocatoria no fue inmediata sino 10 días después de la cumbre y que tenía fecha de retorno a la embajada, a diferencia de lo resuelto por el español Pedro Sánchez, que retiró a su representante.
El eje Milei-Lacalle Pou -con la compañía de Peña- pretende llevar al Mercosur hacia otras direcciones. De hecho, la insistencia del presidente uruguayo es el que el bloque se abra a acuerdos de libre comercio o que, en todo caso, habilite acuerdos bilaterales, algo prohibido en su estatuto. La canciller Mondino hizo un planteo por el estilo. "Hasta ahora el Mercosur no ha logrado convertirse en un instrumento de acceso a los grandes mercados externos", sostuvo en su mensaje durante la cumbre de Asunción. Con todo, Lula y Vieira posaron sonrientes con ella para una foto de ocasión.
La cuestión es que, luego del encuentro de este miércoles en la Casa Rosada, desde Montevideo anunciaron el inicio de un diálogo entre el Mercosur y China para un acuerdo comercial. Esa posibilidad está congelada desde hace varios años y Lacalle Pou -que asumió la presidencia pro témpore del bloque- se propuso reactivarla. Evidentemente, consiguió un guiño de Milei para avanzar en esa dirección. Habrá que esperar para saber si el presidente uruguayo conseguirá que el argentino se acople a la dinámica de la región.