El ex votante del candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, siente una mezcla de desesperanza, bronca e impotencia frente a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. Ante esta situación, ve al peronismo demasiado tibio, dormido y desorientado. Este electorado se identifica con una ideología nacional y popular en lo económico, pero defiende la agenda progresista en lo sociocultural, contrariamente a lo que algunos dirigentes del peronismo vienen planteando. El gobernador bonaerense Axel Kicillof es la figura que hoy les resulta más creíble, por encima de Cristina Kirchner y de Juan Grabois.
Estos datos surgen del trabajo realizado por el equipo de investigación en ciencias sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). El fin de semana pasado, El Destape publicó la primera parte de este sondeo -que mezcla encuesta con panel de conversación- referido a los votantes de Javier Milei. Esta segunda entrega está centrada en quienes eligieron a Massa en el balotaje de noviembre de 2023. Como era de esperar, la inmensa mayoría de este espectro -84%- consideró estos casi nueve meses de gobierno un desastre, sin nada para rescatar. Otro 13% lo vio mal aunque aprobó algunas medidas y apenas un 3% ve bien a Milei pero le critica algunas cuestiones.
Para esta gran mayoría de electores de Unión por la Patria, la situación es angustiante. Un 28% respondió que sienten desesperanza ante las medidas de la gestión de Milei, un 21% bronca y un 20% impotencia, las tres principales reacciones ante el mayor ajuste de la historia, según se jacta el propio Presidente. Son la contraparte exacta de los votantes de Milei que mayoritariamente se sentían con esperanza y confianza luego de lo experimentado durante estos meses.
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En cuanto más enojo, mayor actividad y participación en las redes y en las calles para expresar su rechazo al Gobierno. Casi la mitad -47%- aseguró compartir sus ideas en todos los ámbitos en los que se mueve, mientras que un 25% dijo hacerlo con sus amigos y familiares y un 19% a través de las redes sociales. Por otro lado, un 39% respondió haber estado en alguna protesta o manifestación callejera, en tanto que un 10%, el núcleo más militante, dijo que se anotó en casi todas las marchas que hubo hasta ahora. Sumados representan la mitad de los votantes de UP. La otra mitad, desanimada, contestó que no marcha porque no va a servir para nada -28%- o porque la situación lo tiene abrumado/a -20%-.
A través de una serie de preguntas -opinión sobre el Estado, impuestos, leyes laborales, causas de la pobreza y respecto a cómo han hecho su fortuna los ricos- el equipo de investigación de la UNQ que encabeza Javier Balsa determina el perfil de los votantes en cuanto a sus ideas económicas. Les dio que en un 77% se sienten muy identificados con las ideas nacional populares, mientras que otro 21% se encuentra algo representado por ese conjunto de ideas. También lo opuesto de los votantes de Milei que en un 57,8% se sentían representados con el neoliberalismo.
Pero, probablemente, una de las sorpresas del trabajo sea el perfil sociocultural del votante de Massa. Se volvió un lugar común en ciertos sectores de la opinión pública sostener que uno de los motivos de la derrota de Unión por la Patria fue el impulso que tuvieron durante las últimas gestiones las políticas progresistas. De acuerdo a los datos de esta investigación, el votante de la coalición opositora es muy fuertemente defensor de las ideas progresistas. También en base a una serie de preguntas - sobre feminismo, lenguaje inclusivo, políticas para el delito y los inmigrantes, educación- se determina el perfil sociocultural del votante y dio que un 39% tenías ideas progresistas y otro 45% era moderamente progresista. Sólo un 16% se mostró dentro del espectro conservador. Los que trabajan por un peronismo de derecha apuntan a un sector hoy minoritario.
Entre los votantes de Massa, un 84% respondió que el peronismo tiene que centrarse en las necesidades de las mayorías populares pero sin descuidar la agenda progresista, redondeando así una actualización doctrinaria del PJ. Sólo un 16% -el mismo porcentaje que se había manifestado conservador- evaluó que el peronismo debía volver a la doctrina tradicional y olvidarse de la agenda progresista y de defensa de las minorías.
En general, el estudio muestra que hay un amplio disgusto con la actitud de la principal oposición. Hubo un 30% que castigó la pasividad -"tibios", "ausentes", "dormidos", "débiles", fueron algunas de las cosas que respondieron- del peronismo. Otro 18% puso la lupa en las divisiones internas y habló de confusión y desorientación. Apenas un 11% identificó al peronismo con la palabra "esperanza", mientras que otro 15% utilizó otras referencias positivas como derechos y justicia social.
En medio de esta desesperanza y bronca, le preguntaron a los votantes de Massa si hoy tenían algún dirigente que les resultara creíble. La mayoría dio algún nombre y en primer lugar quedó Kicillof con el 27%. El segundo lugar lo tuvieron quienes respondieron "ninguno", con el 21%, seguidos por la ex presidenta Cristina Kirchner con el 15% y Juan Grabois con el 10%. Todo el resto quedó por debajo del 5%, incluido el propio Massa. Un reclamo para ellos fue que el peronismo debe darle más importancia a los trabajadores. Las opiniones quedaron divididas en cuanto a que si eso significaba que debían escuchar también a los empresarios -un 47% dijo que sí- o bien que a los empresarios ya se les había atendido demasiado -39%-.