Karina Milei y Patricia Bullrich unen fuerzas para disputarle poder a los Macri en CABA

Ante la inminente asunción del ex presidente al frente del PRO, se tensa la interna con Bullrich. Junto con la hermana de Javier Milei y figura central del Gobierno nacional, la ministra de Seguridad se mete con las arcas porteñas de Jorge Macri.

13 de mayo, 2024 | 17.58

El ex presidente Mauricio Macri postergó hasta después de junio su asunción como presidente del PRO. Mientras intenta devolverle al PRO su identidad fundacional y evitar que sea absorbido por La Libertad Avanza, la secretaria general de la Presidencia Karina Milei y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich se aliaron para pisar fuerte en la Ciudad de Buenos Aires, el bastión que lo vio nacer en la función pública y que gobierna su primo, Jorge Macri.

A través de dos leales legisladores, la ministra y la hermana de Javier Milei proponen un alivio impositivo que implica una menor recaudación de las arcas porteñas ya afectadas por el incumplimiento por parte de Nación del fallo de la Corte Suprema respecto de la coparticipación. El proyecto fue presentado por Juan Pablo Arenaza (PRO) y María del Pilar Ramírez (La Libertad Avanza) y apunta a reducir los impuestos relacionados al sector automotriz.

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La iniciativa pretende llevar la alícuota del 3% al 1% para autos usados nacionales que no superen los 25 millones de pesos, mientras que se quitará para los 0 km de producción nacional que no superen los 40 millones de pesos. Lo particular de la argumentación de la misma es que va de la mano con “los anuncios por parte del gobierno nacional relacionados con la reducción de costos y eliminación de trámites burocráticos” para el sector.

El proyecto no tiene el aval del Ejecutivo porteño, pero en el bullrichismo reconocieron que eso no fue un impedimento para su presentación. “Si les gusta bien, sino mala suerte”, reconocieron en diálogo con El Destape con un claro tono desafiante. Un claro gesto político que presiona discursivamente a un sector del partido que no está convencido en ir a una alianza total con el Gobierno.

Según los cálculos de los equipos de los legisladores que presentaron el proyecto, la pérdida de recursos por bajar la tasa se compensará por el impacto que la medida tendrá en el precio de los autos, lo que implicará un aumento de la compra y, por ende, una suba de la recaudación por patentes. “El proporcional es más de lo que se recauda por la tasa”, estimaron.

El que recibe el golpe es el jefe de Gobierno porteño, que hasta acá buscó ser amigable con la Casa Rosada y evitó críticas duras por el incumplimiento de la coparticipación pese a alguna diferencia que planteó en sintonía con gobernadores de Juntos por el Cambio. Una de las razones de evitar la confrontación directa se debe a que en la Legislatura necesita de los votos libertarios para aprobar leyes clave para su gestión, como la actualización del Código Urbanístico.

¿Aliados o rivales?

En la mesa política de la ministra libertaria ven a Mauricio Macri y a quienes lo rodean sin un rumbo claro de qué hacer con el partido. “Está medio perdido y sus asesores principales no la tienen tan clara”, provocaron ante este medio. A este escenario se le suma la especulación con una posible futura jugada electoral de Bullrich en la Ciudad. Una idea que había surgido en la elección pasada y que finalmente desechó para ir por la Presidencia. Un dirigente de máxima confianza de la ministra le aseguró a este medio que “si es necesario, va a ocurrir”. 

Entre quienes lo frecuentan a Macri destacan que su expectativa tras cerrar su apoyo a Milei de cara al ballotage, en aquella madrugada en su casa de Acassuso. “Creyó que era su segundo tiempo y de todo lo que le ofreció, Milei hizo lo que quiso”, afirmaron. Asimismo, resaltaron que tiene “envidia” por la política fiscal y la batalla cultural que emprendió y que en sus cuatro años de mandato no pudo, no quiso o no supo concretar.

Ante esto, para ese espacio “no hay plan B” porque la suerte del PRO está atada a la de un Milei que no juega con las reglas de la política tradicional, la bautizada “casta”, y demostró que no necesitó de un acuerdo profundo con el partido amarillo para tener su apoyo legislativo y hasta atraer cuadros técnicos a sus filas. Para Bullrich no existe una posición intermedia y está jugada a ir a fondo con Milei.