El mayor plagio de Milei es su estrategia política

Desde las mentiras en su currículum hasta la palabra “casta”, pasando por la agresión a periodistas, el despido a granel de funcionarios y la elección de lúmpenes para acompañarlo. Todo ya lo hicieron los populistas de derecha del mundo en los últimos 20 años y fue contado por Giuliano Da Empoli en su libro "Los ingenieros del caos".

12 de octubre, 2024 | 20.17

Investigaciones periodísticas dieron cuenta de que fragmentos importantes de varios de los libros publicados por el presidente Javier Milei fueron plagiados. También se supo que plagió una parte de su discurso en la ONU. Basta leer "Los ingenieros del caos", de Giuliano Da Empoli, e indagar un poco más sobre casos específicos para comprobar que la estrategia de campaña y de gobierno de Milei es un plagio de las instrumentadas por el Movimiento 5 Estrellas de Italia, la del húngaro Viktor Orbán, la del Brexit en Inglaterra, la del partido AfD en Alemania, Vox en España y la de Donald Trump, entre otros.

En 2006 el filósofo alemán Peter Sloterdijk publicó un ensayo sobre la historia política de la ira. Afirma que a lo largo de la historia siempre la gente se sintió maltratada, pisoteada, explotada. Que durante mucho tiempo fue la Iglesia la que había canalizado la rabia acumulada, luego fueron los partidos de izquierda y en la actualidad los populismos de derecha con la potente herramienta de las redes sociales.

Los gobiernos son de derecha, pero sus votantes no lo son necesariamente. Lo llaman “tecno populismo post ideológico” y lo importante es el sistema que arma el algoritmo y luego el sistema busca un candidato. Puede ser Milei o Moreno.

La empresa de marketing digital Harris Media produce videos anti musulmanes de gran desempeño viral utilizados tanto por la AfD en Alemania como por Vox en España. En el año 2000 Gianroberto Casaleggio comenzó con un blog y creó un político de un humorista: Beppe Grillo. Él lo llamó un partido algoritmo, El Movimiento 5 estrellas.

Gianroberto Casaleggio, en las campañas del Movimiento 5 Estrellas, Steve Bannon con Trump, Arthur Finkelstein, con Viktor Orbán, entre otros, utilizaron la ira de los pueblos a favor de su causa. Finkelstein, dijo “la rabia es una gran fuente de energía y quien sepa  guiarla gana”. En el gobierno de Milei, Santiago Caputo sigue la tradición de estos asesores del norte, aggiornada a la idiosincrasia local. No es casual que el asesor de Milei se haga llamar El Mago del Kremlin, el nombre de otro libro de Da Empoli, que refiere al asesor de Vladimir Putin, Vadim Baranov.

Una de las estrategias en común de los asesores es generar cada día una controversia nueva que aglutine a la tropa propia y escandalice a periodistas y políticos opositores. Todos esos temas son luego viralizados en redes utilizando ejércitos de trolls hasta que todo el país entre en controversia sobre un tema que no es nodal y en muchos casos atraviesa ideologías. Pero esa locura carnavalesca está bien planeada por grupos de ideólogos y expertos en big data.

Lo importante es generar caos, peleas constantes. Da Empoli llama a esos asesores que están detrás de las redes Los ingenieros del caos.

Así Milei un día puede festejar “El Día de la Raza”, otro reivindicar la dictadura, alabar a Thatcher o insultar a los profesores universitarios. El país vive en un caos permanente.  Ya no se busca unir a la gente en un mínimo común denominador, sino, en cambio, inflamar las pasiones del mayor número posible de grupúsculos y sumarlos a continuación, incluso sin que lo sepan. No se busca la mayoría en el centro sino en la unión de los extremos. Donald Trump, Bolsonaro, Boris Johnson todos los días han dado algún golpe de efecto con alguna propuesta controversial que los impulsaba

En 2007 dos periodistas del Corriere Della Sera publicaron el libro “La Casta” en el que hablaban de todos los beneficios y privilegios de la clase política, desde el presidente hasta el último comunero. Vendió más de un millón de ejemplares y se convirtió en el manifiesto de los gobiernos populistas en su lucha verbal contra la élite política. Fue una de las herramientas que utilizó 5 Estrellas y también Milei.

El italiano Casaleggio del Movimiento 5 Estrellas sí fue original y pionero en varias de estas técnicas. Había leído la historia de grandes líderes de la historia y había aprendido que nadie debía dudar de las palabras del líder, que nadie se podía correr un milímetro. Ante la menor falta se los echaba. Cientos de los integrantes fueron corridos del partido.
Milei llegó a la presidencia con muy pocos de los que lo acompañaron en un principio: los fue echando. Y desde que asumió ya despidió a más de 50 funcionarios

5 Estrellas estaba formado por personajes fuera de lo común, en algunos casos lúmpenes, sin ninguna experiencia ni habilidad. Eso permitía controlarlos con facilidad y si era necesario reemplazarlos fácilmente. Además, su ignorancia gramatical y sus frecuentes metidas de pata, de las que se reían periodistas y políticos de otros partidos, los humanizaba y los hacía más próximos al público y más lejanos a la casta.

No es necesario recordar que Milei se rodeó de personajes como Lilia Lemoine, Lourdes Arrieta, Ramiro Marra y Manuel Adorni, por citar algunos, que son bien recibidos por parte de la población: Adorni y Lemoine están en carrera para ser candidatos en 2025.

En 2018 Giuseppe Conte, un desconocido, llegó a Presidente del Consejo de ministros de Italia en representación del Movimiento 5 estrellas; su currículum en la red estaba elaborado con datos falsos. Varias prestigiosas universidades salieron a desmentir que hubiera pasado por ellas, entre ellas La Sorbona y Cambridge.

A nadie le importó. Conte siguió subiendo. Uno de los funcionarios de confianza que llegaron con él fue Luigi Di Maio. Él no mintió: dijo que no tenía estudios y que su única experiencia laboral había sido la de ser mayordomo del estadio San Paolo de Nápoles y se jactaba de haber acompañado a su butaca a varias celebridades. Su especialidad era afirmar una cosa a la mañana y otra contraria a la tarde y difundir noticias falsas.  

Todos los ministros eran desconocidos: el de Familia dijo que la familia gay no existe, el de Salud dijo que se podía creer o no creer en las vacunas y que eso estaba bien. El de Justicia dijo que había que legislar la presunción de culpabilidad.

Dice Da Empoli, que su inexperiencia fue vista por el pueblo como la constatación de que no pertenece a la política corrupta y que es una prueba de su autenticidad.

En 2012 los dirigentes del 5 Estrellas empezaron a tener canales de streaming en los que se daban noticias falsas encontradas en las redes seleccionadas por su popularidad. Así se fue creando una realidad paralela para los que sólo se informaban por redes y streaming

Desde 2013 el blog de 5 Estrellas tenía una sección dedicada a difamar, insultar, amenazar y perseguir a todos los periodistas que hicieran críticas, aun los más moderados. Lo mismo hizo el asesor Steve Bannon para Trump

En Italia, como en los Estados Unidos de Trump o en la Hungría de Viktor Orbán, el primer y principal efecto de las campañas de propaganda es la relajación del habla y el comportamiento. La vulgaridad y los insultos personales dejaron de ser tabú. Los prejuicios, el racismo, la homofobia, las mentiras son una parte importante de esa nueva realidad. Todo esto se presenta como una guerra por la liberación de la palabra del pueblo que estaba oprimida por la casta políticamente correcta. Muchos norteamericanos se enamoraron de Trump por sus insultos y agravios y también por sus contradicciones.  

El húngaro Orbán dijo que “el liberalismo europeo no gira en torno a la libertad sino a la corrección política. Los liberales (progresistas) son los enemigos de la libertad del pueblo” .

Arthur Finkelstein era el asesor de Orbán. Una de sus primeras movidas fue convertir el adjetivo progresista en un insulto e impulsar lo políticamente incorrecto, como los insultos, las agresiones, amenazas y el racismo.

El trabajo en redes se hace sobre emociones negativas porque se viralizan más, utilizando noticias falsas y teorías conspirativas.

Se utiliza el escarnio para romper jerarquías, así la gente siente que puede burlarse del mayor intelectual o profesional y mejora su autoestima.

Al azuzar la ira de cada grupo de interés sin preocuparse por la coherencia del conjunto, el algoritmo de los ingenieros del caos diluye las fronteras ideológicas y rearticula el conflicto político. Acá se captan enojados por derecha y por izquierda, aunque luego se gobierne por derecha. Quizá se pueda buscar acá la razón de que jóvenes que votaban al kirchnerismo se pasaran a La Libertad Avanza.

Somos criaturas sociales, necesitamos la aceptación del otro para sentirnos satisfechos. Las redes potencian eso. El “Me gusta” es crucial. Ahí está su diabólico poder. El “Me gusta” es validación social. El cliente ideal es el impulsivo que vuelve decenas de veces a la red en el día.

Según un estudio del MIT, la verdad tarda hasta seis veces más que una noticia falsa en llegar a 1500 personas.

Las noticias falsas son estratégicas. Cualquiera cree una verdad, hace falta mucha lealtad para creer cualquier cosa y así se forma un ejército. No sirve mucho contrarrestar con datos porque forman parte de la vieja narrativa.

A la solemnidad de los políticos tradicionales el bufón transgresor logra mayor identificación y es aplaudido por multitudes. Todo insulto, broma o vulgaridad sirve para derribar a la élite y empoderar a un hombre que se siente más libre. Este caos genera en quienes participan una sensación de plenitud y un sentido de pertenencia a ese nuevo grupo que lucha por la libertad de romper las jerarquías. 

De espectador pasa a protagonista. Por eso Milei, Adorni y otros repiten a diario que ahora vale la opinión de todos y es lo mismo un opinador de Twitter que un periodista.

Dominic Cummings, el director de la campaña del Brexit, afirmó: “Si quieres progresar en política, no busques expertos, emplea físicos”. Así con una serie de mensajes bien escogidos según la preferencia de cada inglés, los convenció de la salir de la Unión Europea.

Da Empoli dice que estos ingenieros del caos están cambiando las reglas del juego de la política. Son populistas porque no usan intermediarios. Están en las redes y los votan con un “Me gusta”. Eso los compromete, es una adhesión inmediata. Luego se busca atraparlo cada vez con más contenido similar, mantenerlo en la plataforma hasta hacerlo adepto a cualquier posición, incluso las más irracionales, a condición de que capte las aspiraciones y fundamentalmente los miedos de los votantes

Esos gobiernos no satisfacen las necesidades, pero sí satisfacen la promesa de humillar a la casta: por eso humillar a políticos y periodistas es primordial. El presidente puede no ser reelegido, pero el método puede volver a utilizarse con otro candidato. Milei no fue original, el método y las herramientas estaban inventadas. Lo que sí, fue efectivo y veloz en su ascenso. Como se ve, el plagio es la especialidad de la casa.