"¿Cómo es esto de ser reelecto?", le dijo Javier Milei a Nayib Bukele al participar este sábado en la asunción de segundo mandato como presidente de El Salvador, mitad broma, mitad en serio. "Es necesario", le respondió Bukele. "Sí, obviamente, cuando uno emprende reformas...", coincidió Milei. Lejos geográficamente -y en apariencia también en lo mental- de los graves problemas que sufrió su administración esta semana con la salida de dos funcionarios de primer nivel, con un desmanejo de gestión que se notó en el faltante de gas y con escándalos varios que tendrán su derivación judicial; el Presidente tiene tiempo para pensar en 2027 y más allá también. En principio, el lunes a la noche le tomará juramento a Guillermo Francos como nuevo jefe de Gabinete, quien asume con la impronta de darle al Ejecutivo mayor volumen político y ordenar una gestión a la deriva. Ayer, volvió a defender a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, una orden que bajó el Presidente desde su gira.
"No alcanza el tiempo. Y menos cuando se hacen reformas profundas como las que estás haciendo", lo animó Bukele en la idea reeleccionista, según quedó registrado en el video del saludo. "Cuando se empiezan a ver los frutos, termina el mandato. Se necesita administrar esos frutos", agregó el salvadoreño, emblema de gestión de mano dura, muy admirado por Patricia Bullrich. "Nosotros también la estamos remando. Pero afortunadamente está funcionando, logramos bajar rápido la inflación", le respondió Milei, que a la distancia parece ver todo muy bien. Sin embargo, estuvo afuera en una de las peores semanas de la gestión, donde algunas crisis que se venían incubando salieron a la luz.
La primera tuvo que ver con la salida de Nicolás Posse, amigo y colaborador de Milei desde hacía años. Sobre Posse ahora llueven acusaciones. Respecto a su labor, que era un tapón para la gestión porque nunca sacaba las resoluciones. La otra, más grave, que había montado a través de las AFI una red de espionaje a los propios funcionarios. Todo un escándalo que ya generó alguna denuncia judicial. En el Gobierno no lo desmienten. Como para curarse en salud, Francos adelantó que la AFI volverá a jurisdicción directa de Presidencia, en la órbita de Karina Milei y del súper asesor Santiago Caputo, quien colocará allí alguien de su confianza.
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En alguna medida, Francos piensa su gestión más como un ministro del Interior con atribuciones especiales de coordinación que como un jefe de Gabinete propiamente dicho. A los ministros les adelantó que no se metería en sus cuestiones y que buscaría agilizar una administración que hasta ahora brilló por su ausencia. Además, buscará teñir de política un Ejecutivo que careció de toda sensibilidad en la materia, con un Presidente que tiene como hábito insultar a gobernadores y legisladores. Francos se puso como primer objetivo conseguir que el Gobierno, a punto de cumplir medio año, consiga su primer éxito en el Congreso. Para eso se reunió el miércoles a la noche con algunos senadores renuentes y consiguió que firmaran el dictamen de la ley Bases, aunque fuera en disidencia.
Hay distintas versiones acerca de qué le ofreció a cada uno para que agarren la lapicera, que van desde cambios en el proyecto hasta cargos en la Anses y en el PAMI. Si fuera una gestión de otro signo, seguro sería otro escándalo. Lo que quedó claro es que aquel "toma y daca corrupto", como calificaba Milei las negociaciones políticas en ocasión de la caída de la original ley Omnibus en enero, quedó habilitado a partir del desembarco de Francos en la jefatura de Gabinete. Tendrá que echar mano a toda su muñeca para conseguir que los senadores que firmaron en disidencia -más de la mitad- voten el proyecto en el recinto en la sesión convocada para el 12 de junio. Tiene tiempo para persuadirlos.
La nueva política del Ejecutivo se notó al otro día de ser designado cuando recibió a una delegación de funcionarios bonaerenses encabezados por los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Seguridad, Javier Alonso. Francos -que siguió trabajando en sus viejas oficinas de Interior- estuvo junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Al gobierno de Axel Kicillof le urge saber qué sucederá con las mil obras públicas nacionales que tienen inconclusas en la Provincia, algunas con mayor urgencia que otras. "Ellos están cobrando impuestos para hacer esas obras", explicaban. Al menos, en el encuentro avanzaron con la idea del traspaso a la órbita provincial de la autopista Presidente Perón que atraviesa muchos municipios y que está abandonada, con tierras desocupadas y sin iluminación, toda una invitación a toma de terrenos. Resolvieron armar una mesa para avanzar en un acuerdo.
Francos salió ayer nuevamente a defender a la ministra Pettovello, asegurando que sectores de la oposición se la quieren "llevar puesta". Una investigación de El Destape reveló que casi 6 millones de kilos de alimentos permanecían en depósitos de Capital Humano sin distribuir, algo que el Gobierno buscó relativizar. Cuando se supo que casi 340 mil kilos de leche en polvo vencían en julio, recién ahí la ministra reaccionó y anunció un operativo de distribución de emergencia con el Ejército. Además, despidió al secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre, por no haberle informado de los alimentos almacenados y acusándolo de corrupción por contratos tercerizados con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Lo denunció ante la Oficina Anticorrupción y también en la Justicia. Sin embargo, los convenios con la OEI llevarían su firma.
En una administración que acumula un récord de funcionarios despedidos en seis meses, el mega ministerio de Pettovello se lleva los laureles. Principalmente, las áreas de Trabajo y las de Desarrollo Social ya vieron pasar decenas de funcionarios, con una gestión es nula en general. La ministra no se hace cargo de nada y busca deslindar responsabilidades en los demás. En esta semana, se comunicó con el Presidente con la idea de presentarle la renuncia, pero él no la dejó. Tienen un vínculo personal muy estrecho, Pettovello duerme en Olivos frecuentemente. Por eso, Milei la confirmó y ordenó salir a defenderla. Francos -que a diferencia del silencioso Posse funcionará como un jefe de gabinete vocero-, le puso el pecho a la orden presidencial. "Es una persona transparente y honesta", la defendió. Resolver cómo sigue esta gestión fallida será un tarea ardua que Francos deberá resolver junto al Presidente a partir del lunes.