El canciller Santiago Cafiero y el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, mantuvieron un encuentro donde repasaron importantes documentos históricos relativos a la Cuestión Malvinas y al reclamo que la Argentina realiza en la reafirmación de su soberanía desde la usurpación británica de las Islas en 1833, los cuales se encuentran ya digitalizados y disponibles en la página web Malvinas Nos Une.
A partir de una iniciativa de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de Cancillería, en el marco de la “Agenda Malvinas 40 Años” se facilitó el acceso público a una serie de archivos que ya se encuentran disponibles para su lectura y descarga. El objetivo es contribuir a la difusión de los fundamentos que sustentan los legítimos derechos de la Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes.
La publicación, disponible en la página web Malvinas Nos Une, conforma la primera etapa de una serie de documentos digitalizados del siglo XVIII y XIX que forman parte de la "Colección Histórica Malvinas" del Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. El trabajo, realizado en conjunto también con el Consejo Consultivo del Atlántico Sur (CASUR) - Flavio Colina y Veronica Fernández Armesto estuvieron presentes- y la Dirección Nacional de Malvinas e Islas del Atlántico Sur (DNMAS) de la Cancillería, se agrupa de acuerdo a distintos ejes temáticos: Los orígenes del establecimiento español de Puerto Soledad; El ataque británico y la expulsión de las autoridades argentinas (1833); Primeras protestas; y Las propuestas de negociaciones en la década de 1880 - Primera parte.
Guillermo Carmona por su parte destacó la importancia de dar a conocer esta serie de documentos históricos sobre la Cuestión Malvinas: “El archivo contiene un patrimonio documental valiosísimo, y reúne pruebas de los sólidos derechos que la Argentina exhibe en la reafirmación de su soberanía sobre Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes”. Y agregó: “Con la publicación de esta primera selección de documentos y mapas cumplimos el compromiso que asumimos de poner a disposición de los organismos públicos, instituciones académicas y científicas, investigadores/as argentinos y extranjeros, y del público en general, de manera gradual y sistemática, los documentos más relevantes que contiene nuestro archivo. Es un aporte más a la difusión y visibilización de la Cuestión Malvinas como política de Estado, prioridad de nuestra política exterior y causa nacional, regiona l y glob al contra el colonialismo”.
Los archivos se encuentran disponibles para consulta y descarga en el siguiente link: https://www.argentina.gob.ar/malvinas-nos-une/documentos-historicos-sobre-la-cuestion-malvinas
Los documentos de la invasión inglesa en Malvinas
El 3 de enero de 1833, el Comandante británico James Onslow, al mando de la corbeta HMS Clío, intimó al comandante argentino a arriar la bandera argentina y retirarse en un lapso de 24 horas, caso contrario procedería a hacerlo por su cuenta. Aquel acto de fuerza, contrario al derecho internacional de la época, marcaría un punto de quiebre fundamental en la historia de las Islas Malvinas y el vicio de origen de la posesión ilegal británica hasta la fecha.
Tras el ataque de la fragata estadounidense USS Lexington a Puerto Soledad en diciembre de 1831, las autoridades de Buenos Aires tomaron varias medidas para reconstruir y repoblar la colonia. Francisco Mestivier fue designado como nuevo comandante civil y militar interino y enviado a las Islas Malvinas. Además, se autorizó la remisión de mercaderías y nuevos empleados al emprendimiento comercial de Luis Vernet.
En septiembre de 1832 partió del puerto de Buenos Aires la goleta Sarandí al mando del coronel José María Pinedo hacia las Islas Malvinas. Unos pocos días después arribó a Puerto Soledad, donde envistió del cargo de Comandante a Mestivier y Pinedo continuó navegando para cumplimentar su misión de proteger el archipiélago controlando la explotación ilegal de los recursos en los espacios marítimos. La reconstrucción de la colonia tensó la relación entre Mestivier y sus subordinados y finalmente estalló una violenta sublevación en Puerto Soledad. Al regresar de su patrulla, el día 30 de diciembre, Pinedo supo del incidente y del asesinato del comandante civil y militar interino. Al reducir a los amotinados, logró restablecer el orden en la colonia.
El accionar estadounidense en 1831 en el Atlántico sur había llamado la atención del almirantazgo en Londres, al igual que el progreso del establecimiento de Puerto Soledad. Frente a ello, el gobierno británico decidió el envío de un buque de guerra, la corbeta británica HMS Clío, con 18 cañones y al mando del comandante John Onslow a Puerto Egmont. En sus órdenes se explicitaba que, si fuera necesario, debería recurrir a la fuerza para vencer toda resistencia de parte de fuerzas extranjeras al ejercicio de la soberanía británica. Luego de haber tomado posesión de Puerto Egmont el 23 de diciembre de 1832, Onslow se dirigió a Puerto Soledad y procedió a la expulsión de las fuerzas argentinas existentes el 3 de enero de 1833. Cabe destacar que esta acción fue realizada de manera autónoma ya que en sus instrucciones nada se decía sobre dirigirse a la isla Soledad: sus instrucciones se limitaban a Puerto Egmont.
Pinedo llegó el 31 de diciembre de su viaje de control por la zona del Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego y el resto de las Islas Malvinas, y restauró el orden en la colonia luego del motín que culminara con la muerte de Mestivier. El 2 de enero de 1833 se presentó en el puerto la Clío, que contaba con el apoyo de la corbeta Tyne, que se encontraba en las inmediaciones a las Islas Malvinas y poseía 28 cañones.
Onslow le informó entonces a Pinedo que tenía orden de tomar las Islas, izar el pabellón británico y que Pinedo debía arriar su pabellón en 24 horas y retirarse de las Islas bajo apercibimiento de hacerlo él mismo. Pinedo no aceptó arriar la bandera argentina, aunque sí estuvo dispuesto a retirar sus fuerzas dada la evidente superioridad militar de las fuerzas británicas. Gran Bretaña expulsó a la Argentina de las Islas en 1833: a sus autoridades y a una parte de la población (hombres, mujeres, niños y niñas). El hecho fundamental es que con ese acto de fuerza se impidió que la Argentina pudiera restablecer el asentamiento que con tanto esfuerzo había establecido en los años veinte.
El acto de fuerza británico fue una flagrante violación del derecho internacional de la época. Desde el punto de vista jurídico, cabía al Reino Unido respetar la integridad territorial de un Estado con el cual mantenía relaciones pacíficas. La obligación de respetar la integridad territorial de los Estados en tiempo de paz es inherente a la existencia de relaciones fundadas en el Derecho Internacional, cualquiera sea la época considerada. Al momento de la usurpación, no solo no había estado de guerra entre las partes sino relaciones de paz y amistad concretadas en un tratado. Las autoridades argentinas reaccionaron apenas conocida la noticia del acto de fuerza y expresaron su rechazo protestando diplomáticamente contra él.
Los documentos:
-Copia traducida de la nota de J. Onslow al Comandante [Federico Pinedo], informando de sus órdenes de tomar posesión de las Islas Malvinas. A bordo de la Corbeta Clío, Berkeley, 2 de enero de 1833
-Informe de José María de Pinedo al Comandante y Capitán del Puerto de Buenos Aires, Francisco Lynch, de los sucesos ocurridos en las islas Malvinas. Puerto de Buenos Aires, a bordo de la Goleta de Guerra Sarandí, 16 de enero de 1833.
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-Recibo firmado por los vecinos de Puerto Soledad que debieron regresar en la goleta Sarandí, en concepto de liquidación de salarios. Buenos Aires, 27 de febrero de 1833.
Infome Malvinas Dos by Gino Viglianco on Scribd