El canciller argentino Santiago Cafiero le comunicó a su par británico, James Cleverly, la decisión del gobierno argentino de poner fin al pacto 'Foradori-Duncan' que cedía derechos de soberanía Argentina en las Islas Malvinas. El acuerdo -rubricado por el macrismo en 2016- había desatado un escándalo internacional luego de que revelaran que el entonces viceministro de Asuntos Exteriores de Argentina, Carlos Foradori, firmó supuestamente borracho el acuerdo con Alan Duncan.
En el mediodía en Nueva Delhi, en el marco de la Cumbre de Cancilleres del G20, Cafiero propuso reiniciar la discusión por la soberanía de las Islas Malvinas en una reunión entre ambos países en la ONU, en Nueva York.
El pacto “Foradori-Duncan” le intentó garantizar al Reino Unido la remoción de todos los obstáculos para el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las islas, desarmando una estrategia que se había impulsado poner límites a la ocupación ilegal y a la expoliación de los recursos naturales del archipiélago.
El acuerdo establecía "eliminar todos los obstáculos" para desarrollar depósitos de petróleo alrededor de las Islas Malvinas y añadir "más enlaces aéreos" desde terceros países, entre otras medidas que fueron duramente criticadas por la oposición en ese entonces. Sin embargo, la recepción del pacto no fue la mejor para el macrismo: fue duramente criticado ya que, desde ese momento, los británicos avanzaron con distintas medidas que favorecían su usurpación en Malvinas.
En cuanto a los vuelos, el comunicado expresa que las partes "acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países". La cesión desconoce la histórica demanda de Argentina de promover un segundo vuelo desde territorio continental argentino y mediante la aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas.
En el pacto incluso se adoptó la forma de “comunicado conjunto” para evitar cumplir con la obligación constitucional de someter a la aprobación del Congreso Nacional los acuerdos internacionales que suscribe el Poder Ejecutivo. Por lo tanto tiene características manifiestamente ilegítimas y agraviantes para la Argentina.
El comunicado suponía el levantamiento de todas las medidas administrativas, legislativas y judiciales que había tomado la República Argentina para proteger sus recursos naturales frente a la explotación ilegal de la pesca e hidrocarburos. Por el contrario, ninguno de los históricos reclamos argentinos estuvo presente en el texto. No hace mención a la disputa de soberanía, a la violación de la Resolución 31/49 que prohíbe acciones unilaterales y que el Reino Unido está llevando adelante en el área.
Denuncian que Foradori estaba borracho al cerrar el acuerdo
La polémica se generó porque el sitio inglés Declassified publicó que, en sus memorias, In the Thick of It , Duncan señaló que el 12 de septiembre de 2016 al cerrar el acuerdo Foradori estaba borracho. En el libro cuenta que se reunió con el “excelente” nuevo embajador del Reino Unido en Argentina, Mark Kent en la bodega de la embajada británica "junto con Carlos Foradori, el viceministro de Asuntos Exteriores”.
“A medida que una botella tras otra iba pasando de la pared de la bodega a la mesa, las negociaciones mejoraban. A eso de las 2 de la mañana nos dimos la mano con un acuerdo general”, explicó Duncan. Luego, reveló que, al día siguiente, Foradori llamó a Kent y le dijo que no recordaba los detalles del acuerdo firmado la noche anterior.
“Mark Kent dice que Foradori acaba de llamar por teléfono para decir que estaba tan borracho anoche que no podía recordar todos los detalles. Como un auténtico británico, Mark le recordó lo que había acordado, fielmente y sin adornos. Así que creo que seguimos bien encaminados”, recordó Duncan, según el medio británico Declassified. Finalmente ante los medios, Foradori desmintió la versión y Kent también.