Elisa Carrió volvió a hacer ruido dentro de Juntos por el Cambio con críticas a la gestión comandada por Mauricio Macri, esta vez en inteligencia, un tópico recurrente para la líder de la Coalición Cívica. Sin embargo, pese a los cruces y las advertencias desatadas frente al último temblor con epicentro en la ex diputada, no hubo reprimendas fuertes. Por miedo o respeto, los socios decidieron no meterse con una de las fundadoras de la alianza, actitud que no se vio, por ejemplo, con Facundo Manes, a quien acusaron de querer romper el armado ante un cuestionamiento interno similar. Además, frente al discurso extremo de sus socios, no descartó postularse el año que viene para generar una opción republicana por el peligro de opciones fascistas dentro de las filas cambiemitas.
Las denuncias de Carrió por haber sido espiada ilegalmente durante la gestión Cambiemos, no fueron novedosas. Es un tema recurrente que ya abordó en reiteradas ocasiones y que, incluso, también tuvo a Patricia Bullrich como una de las señaladas por los movimientos de la Policía Federal. En este caso, en la mesa de Mirtha Legrand, volvió sobre el tema porque, durante la comida, se estaba hablando de eso, según se explicó para intentar cancelar cualquier teoría conspirativa. Ella buscó ser, desde siempre, la reserva de la moral y eso explicó gran parte de las tormentas. En ese hilo, el temor de varios pasó por la permeabilidad de JxC a los discursos de los libertarios. Ella lo compartió.
El fin de semana, la ex diputada reveló uno de los factores de incomodidad para con sus socios. Dijo que en su vida sufrió "mucha persecución, pero nunca tanta como de parte de sectores de mi propio gobierno" pero no quiso ahondar en la denuncia para no comprometer a toda la alianza. Sin embargo, aclaró que desde la Coalición Cívica fueron "los únicos" que pidieron la eliminación de la AFI" y denunciaron a su director, Gustavo Arribas. Con él, la relación tormentosa se basó en eso, en una acusación por la gestión al frente de la inteligencia argentina. Con Silvia Majdalani, su segunda, la cosa es diferente porque tienen una historia previa negativa. Por eso, su espacio impugnó su pliego.
Pese a que distintos dirigentes de Juntos por el Cambio salieron a cruzar a la dirigente cuando los acusó de tener vínculos con el massismo, en esta oportunidad no hubo réplicas. Algo que suele impugnar el bando de Manes, atacado por cuestionar a referentes del PRO. Pero Carrió es cosa aparte. Si bien algunas figuras aliadas aseguraron que no le dejarían pasar su verborragia, esta vez no lo hicieron.
La Coalición Cívica, en medio de las apariciones poco predecibles de su líder, está embarcada, como el resto, en los movimientos de construcción electoral. El espacio se abrazó a la lógica de no disputar candidaturas de forma anticipada y concentrarse en el plan y, en ese marco, se insertaron algunos mensajes. Este sábado, por ejemplo, será la tercera edición de la Caravana Cívica, que los lleva por distintas latitudes de la Argentina, y el destino será Mar del Plata. En Buenos Aires, hubo una foto interesante que tuvo como protagonistas a Maricel Etchecoin, diputada provincial, y a Maximiliano Abad, compañero de bancada y jefe de la UCR bonaerense.
La semana pasada, ambos dirigentes se reunieron para "pensar la provincia juntos" y "para asumir un desafío conjunto: queremos una Provincia desarrollada que privilegie el valor del trabajo y esfuerzo, con educación de calidad, seguridad, un estado ágil, moderno y sin privilegios". En la Coalición Cívica aseguraron que aún no hay fórmula cerrada ahí porque, para definiciones finales, falta mucho camino por recorrer y no es el momento de dar esas discusiones. La diputada, que claramente está caminando el territorio, también estuvo, por ejemplo, con el bloque de concejales de JxC de Ensenada "trabajando en equipo para todo lo que se viene en la PBA. El camino es Juntos y en Ensenada lo saben! ¡Gracias por el apoyo!".
En Buenos Aires, se sentirá el rigor de Carrió, que tiene vetado a Cristian Ritondo, uno de los candidatos amarillos. Ya frenó el avance de su posible presidencia del interbloque de Cambiemos en Diputados y la relación nunca mejoró. El legislador nacional tendió, en este tiempo, vínculos con todos. El fin de semana estuvo con Patricia Bullrich, días antes tuvo su foto con Diego Santilli, mostró un apoyo de Mauricio Macri, empezó a funcionar en tándem con Néstor Grindetti, bendecido por el ex presidente para el territorio y es, sobre todas las cosas, el postulante bonaerense de María Eugenia Vidal. Este lunes volvió a subir a la ex gobernadora a la carrera por la Casa Rosada.
Vidal llegó el lunes a Santa Fe donde organizó una agenda nutrida, de 48 horas, en la capital provincial, Sunchales, Rafaela y Rosario con foco en la situación productiva y económica de la región, en el fortalecimiento del armado provincial de Juntos por el Cambio y en el análisis de violencia local en manos del narcotráfico. Llegó hasta allí luego de una gira por Salta y Jujuy. La ex gobernadora, según fuentes PRO, mide muy bien en el interior del país y su construcción pasó, hace varios meses, a ser nacional. Este martes tendrá un mano a mano con Carolina Losada, la senadora santafesina que saltó a la primera plana de la política el año pasado y ya tuvo sus fotos, a solas, con Macri y Horacio Rodríguez Larreta.
Santa Fe se convirtió, en las últimas horas, en una luz de esperanza para Cambiemos. Después de retener Marcos Juárez en Córdoba, la alianza celebró con bombos y platillos la elección del radicalismo en Avellaneda, un municipio que no tiene gran peso electoral pero se transformó en el inicio del freno a la expropiación de Vicentin producto de sus enormes deudas fraudulentas. Este domingo el intendente interino, Gonzalo Braidot, del riñón del senador Dionisio Scarpin, ganó las elecciones generales con el 75% de los votos. Tuvo que validar la conducción en las urnas porque Scarpin abandonó la intendencia en 2021 para asumir como legislador nacional. La alianza tiene la esperanza de arrebatarle el distrito al peronismo.