El sindicato de Camioneros firmó un aumento salarial nominal de 5,5% de diciembre a febrero pero estiró casi medio punto ese resultado al hacer acumulativo cada tramo del ajuste, además de garantizarse un bono por 600 mil pesos a ser liquidado un mes antes que el del año pasado y la continuidad, con actualización, del aporte empresario a la obra social de la actividad. Se trata de los ítems centrales del entendimiento que el gremio de Hugo Moyano selló con las cámaras patronales del transporte de cargas, en el que resignó al menos dos puntos porcentuales ante la negativa de Economía a validar la paritaria pero a cambio de consagrar otros beneficios que el Gobierno amagaba con bloquear.
La clave del acuerdo figura en las actas y sobre todo en las planillas anexas -documentación a la que accedió El Destape- en donde se establece un ajuste de 2,2% con los sueldos de diciembre (con impacto en los haberes y aguinaldos ya liquidados); del 1,8% acumulativo en enero, y del 1,5% en febrero también sobre la base de la cuota previa. Según la organización gremial, la condición acumulativa lleva la suba total a un valor más cercano a 6% sobre el efecto de bolsillo para cada camionero. Históricamente el gremio de los choferes firmó las cuotas de sus paritarias con base en los salarios iniciales de cada período pero la negativa de Economía -que transmitió la Secretaría de Trabajo- a subir los porcentajes facilitó la herramienta de hacer acumulativo cada aumento.
El otro tópico central fue la suba de 250% en el bono de fin de año y el anticipo en un mes para su percepción. El año pasado el gremio había pactado un pago de 240 mil pesos en cuatro cuotas de $ 60 mil entre febrero y mayo, en tanto que en la actual negociación se resolvió llevar el monto a $ 600 mil en cuatro tramos de 150 mil pesos cada uno, que se abonarán entre enero y abril. Entre el aumento trimestral y el bono en Camioneros alegan que la suba de sueldos en la era de Javier Milei estuvo 15 puntos por encima de la inflación, de diciembre al mismo mes de 2024, o 5 puntos arriba si se contabiliza desde enero del año pasado, una vez producida la devaluación de 118 por ciento.
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En tanto que también se convino prorrogarla "contribución solidaria extraordinaria" de las empresas de la actividad a favor de la Obra Social de Choferes de Camiones (Oschoca) y su incremento de 14 mil a 16 mil pesos por cada trabajador. Se trata de un mecanismo vital para una entidad de salud que sufrió por el desfinanciamiento desde la pandemia de 2020 y cuyo resultado operativo en rojo fue una de las principales razones de la disputa interna entre Hugo y Pablo Moyano. Ese enfrentamiento, cuyo pico de tensión coincidió con la salida de Pablo Moyano del triunvirato de conducción de la CGT, tuvo como protagonista a Liliana Zulet, esposa de Hugo y responsable en los hechos de la gerenciadora de Oschoca.
La negociación entre Camioneros y las patronales Faetyl (las mayores compañías del transporte de cargas), Fadeaac (las pyme y con mayor influencia en el interior del país) y Catac había arrancado con un pedido público de 15% de aumento para el trimestre por parte del sindicato. La conversación, sin embargo, avanzó con Faetyl y Catac hacia un aumento de 8% para ese período pero se vio sacudida por el aviso del Gobierno de que Trabajo no homologaría subas por arriba de la inflación, tal como anticipó El Destape.
La amenaza del Ejecutivo implica restarle peso legal a los acuerdos en paritarias y, por lo tanto, obligar a los gremios a forzar conflictos con empresas renuentes a pagar las subas incluso después de haber llegado a acuerdos mediante las cámaras. Es el caso del gremio de Sanidad, que incluso con un entendimiento firmado con el sector asistencial (clínicas, sanatorios, centros de internación) y en vigencia no logra que la cartera laboral lo legalice.