Wolff, el vocero “anti k” que Larreta estrenó en el momento más crítico de su gestión

Apegado a la moderación, el jefe de Gobierno se vio obligado a recurrir al discurso antikirchnerista con un especialista en el tema: el “halcón” Waldo Wolff, flamante vocero político de la gestión porteña.

09 de enero, 2023 | 18.22

El comienzo del 2023 no fue el que imaginó Horacio Rodríguez Larreta. La satisfacción por el fallo de la Corte Suprema que incrementó el porcentaje de coparticipación que recibe la Ciudad duró poco y el impacto mediático y político de los presuntos chats de Marcelo D’Alessandro con, entre otros, el vocero de Horacio Rosatti pusieron a prueba la capacidad de liderazgo del presidenciable del PRO. Larreta se vio obligado a tener que licenciar a su ministro de Justicia y Seguridad como también a endurecer su discurso al apelar al enemigo preferido: el kirchnerismo. Para ello, tuvo que sacar rápido al barro político a un vocero recientemente incorporado y bien entrenado en la pelea mediática como el “halcón” Waldo Wolff.

En la sede de Uspallata valoraron como “excelente” el desempeño de Wolff, que formalmente fue designado como secretario de Asuntos Públicos de la Ciudad aunque su principal rol es el de vocero político para defender el rumbo de la gestión del jefe de Gobierno. No hacía ni una semana que había sido nombrado junto a Martín Redrado y Silvia Lospennato con el fin de mostrar mayor heterogeneidad en el equipo larretista.

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El ex diputado nacional estuvo presente en las dos conferencias de prensa que tuvieron como protagonistas a D’Alessandro para comunicar que se tomaba licencia por dos meses, como a Rodríguez Larreta para respaldar públicamente a su funcionario, cruzar al gobierno nacional y posicionarse como víctima de una “operación del kirchnerismo” a través del “espionaje ilegal”. En la sede del gobierno porteño explicaron a El Destape que a Wolff “se lo incorporó para tener una vocería política más fuerte” de la que se tenía y que “facilita” el trabajo de la comunicación al “reforzar las ideas políticas del espacio”.

Asimismo, destacaron el discurso antikirchnerista del funcionario y su habilidad para desviar temas o generar nuevos debates cuando la discusión pública es adversa. Mientras se esperaba mayor respaldo de algunos funcionarios larretistas, en Uspallata admitieron que sorprendió la férrea defensa pública de Wolff a D'Alessandro. A diferencia de la defensa pública tras los chats de “los jueces de Clarín” por el viaje a Lago Escondido, en un Zoom que compartió con su “mesa chica”, entre ellos Fernando Straface, Felipe Miguel y Emmanuel Ferrario, Larreta ya había recibido sugerencias para apartar de la gestión a D’Alessandro y que el caso no erosione más su proyecto presidencialista.

Si bien al principio se lo sostuvo, días después se acordó la licencia por dos meses (en un principio era por tiempo indeterminado) de D’Alessandro y la justificación oficial fue que su familia se vio afectada y tenía que “ocuparse” de ella mientras se esclarece el caso. Una vez conocida la noticia, había que salir a dar una única respuesta política. Había varios funcionarios de vacaciones, entre ellos Jorge Macri, quien todavía trabaja en recomponer el vínculo con Larreta y el resto del Gabinete tras la foto con Patricia Bullrich para impulsar su candidatura a jefe de Gobierno.

La única voz que se escuchó fue la de Wolff. En las distintas entrevistas que dio se encargó de responsabilizar al kirchnerismo por la filtración y de acusar al Gobierno de “estar peleados con la verdad” y que quieren "ir por las instituciones". Recordó en varias oportunidades la condena a Cristina Kirchner. Al referirse a los chats, relativizó el contacto de D’Alessandro con jueces, fiscales y hasta el vocero del presidente de la Corte Suprema ya que para él es “lógico” que eso suceda. Aseguró que son “editados”, hasta se encargó de hacer una demostración de cómo se puede truchar una conversación, aunque admitió que los chats “no son falsos en su totalidad”. Cumplió la tarea de defender la gestión larretista hasta tal punto que aseguró que, en términos personales, “no pone las manos en el fuego por nadie”. Según supo este portal, valoró como "salomónica" la decisión que adoptó Larreta y que "se puso las instituciones por encima y se respeto el componente personal" del ministro.

Wolff arribó al PRO de la mano de Jorge Macri, en 2015, meses después de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Si bien ese mismo vínculo lo acercó a la gestión porteña, Wolff siempre se movió con autonomía dentro del partido. Asegura que tiene “independencia” para elegir a cuál de los presidenciables del PRO apoyará, pero su actual rol lo deja muy emparentado a Larreta. 

Era vicepresidente de la DAIA y una de las voces más escuchadas en los medios que sostenía que quien tenía la responsabilidad de investigar el atentado a la AMIA y que días atrás acusaba a Cristina Kirchner por encubrir a los iraníes acusados había sido asesinado. Hasta escribió un libro con esa afirmación que chocaba con el discurso del gobierno de ese entonces. Había sido denunciado por supuesta traición a la patria por presuntos vínculos con fondos buitres y ubicó al kirchnerismo detrás de esa acusación que le da el pie a asegurar que desde ese sector lo consideran su “enemigo”.

Si bien dice ser un “dialoguista y no refractario" y que “dependiendo el momento” se es “halcón” o “paloma”, es un dirigente que usufructúa “la grieta” y que utiliza el discurso antikirchnerista para consolidar el “voto duro” del espacio. Lo demuestra en sus cruces a dirigentes de la gestión nacional, como en las más de 20 denuncias que impulsó contra el Gobierno. Si de denunciar se trata, acusó penalmente al director de este medio, Roberto Navarro, por difundir información de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la administración de Cambiemos que involucraba a Mauricio Macri en una causa por espionaje ilegal. La jueza María Servini la desestimó bajo el argumento de que la acusación restringía el derecho de la libertad de expresión. La voz de Wolff, además, era de las más ruidosas y confrontativas que se escuchaban en la Cámara de Diputados. Había que dar la “batalla mediática” y a su juego llamaron al “halcón”.

La semana más crítica de la gestión de Larreta, que movió los cimientos de su campaña presidencialista, buscó ser dejada atrás con unos días de playa en algunos de los centros turísticos más conocidos de la Costa Atlántica. Hasta se reunió con los radicales Gerardo Morales y Martín Lousteau, quienes con la foto política mostraron unidad con el jefe de Gobierno en medio de la presión interna en la UCR para que haya un pronunciamiento por los presuntos chats. Con la idea de poner en valor la gestión, uno de los pilares de la campaña de la campaña presidencial de Larreta, esta semana la Ciudad dará a conocer tres indicadores, que ya adelantaron, serán positivos. Uno de ellos volverá a ser sobre seguridad, la cartera vinculada a D’Alessandro, y los otros dos serán sobre salud y educación, las carteras conducidas por Quirós y Acuña, los precandidatos que promueve Larreta para que lo sucedan.

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