Luego de la reunión de ayer en la Casa Rosada, el Gobierno difundió que habían llegado a un acuerdo con los gobernadores del ex Juntos por el Cambio por el cual apoyarían en el Congreso los proyectos de ley Bases y el paquete fiscal. Sin embargo, apenas pusieron un pie en la vereda, los mandatarios volvieron a expresar la urgencia de cubrir los gastos en sus provincias debido a los recursos que dejaron de recibir desde que Javier Milei es presidente. Es cierto que prometieron apoyar la ley Bases en general, pero vuelven a surgir diferencias en el articulado particular en los puntos que ven afectados intereses locales. En el encuentro, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, reconocieron como un error la eliminación de los fondos que deben enviar a las 13 provincias que mantienen sus cajas previsionales y propusieron reponer el impuesto a las Ganancias pero con un piso más alto al que se venía mencionando. El proyecto definitivo ingresará en los primeros días de la próxima semana al Congreso.
Una de las quejas de los gobernadores tuvo que ver con las formas. Dado que se trata de la oposición dialoguista, reclamaron que no los siguieran tratando como si fueran opositores frontales como los mandatarios de Unión por la Patria. Poco pudieron decir al respecto Posse y Francos. Milei de nuevo no se acercó ni a saludar a los gobernadores y prefirió viajar a Ushuaia a reunirse con la generala del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson. De los cientos de retuits y likes que dedica cada día a los eventos más absurdos, apenas uno estuvo dedicado al encuentro en Interior. Si los gobernadores dialoguistas siguen esperando una caricia ya es una cuestión de ellos.
"Los diez gobernadores de Juntos por el Cambio planteamos que, en términos generales, vamos a acompañar la ley", sostuvo el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, en una conferencia de prensa que compartió con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Pullaro valoró que se eliminó de esta nueva propuesta la suba de retenciones y el capítulo previsional, que finalmente salió por decreto. Cercano al presidente de la UCR, Martín Lousteau, la posición de Pullaro podría resultar clave. Con todo, luego, cerca del gobernador aclaraban que restaban definir algunas cuestiones para terminar de resolver su apoyo. En definitivo, el voto en general a la ley Omnibus también se produjo en enero pero luego hubo diferencias en aspectos particulares que parecen repetirse con alguna similitud.
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Una de ellas tiene que ver con el paquete fiscal con el que los gobernadores esperan mejorar sus balances desfinanciado a partir de la eliminación del coparticipable impuesto a las Ganancias, al final del anterior gobierno, pero agravado en éste con la eliminación del Fondo de Incentivo Docente, el Fondo Compensador del Transporte y de los fondos discrecionales que se enviaban desde Interior. Esos recursos -los ATN- quedaron en manos del ministro de Economía, Luis Caputo, otro que no apareció en la reunión en la Casa Rosada. Curiosamente, agendó a la misma hora al jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, quien quería una respuesta por sus propios problemas de coparticipación. Ante los problemas fiscales, el Gobierno de nuevo volvió a proponer reestablecer Ganancias para la cuarta categoría.
En estos meses, el Gobierno se movió poco y nada de esa posición, así que los gobernadores parecen ya casi resignados a aceptar la vuelta de ganancias -ingresos personales o altos ingresos, sus posibles nuevas denominaciones-, pero quieren poner algunas condiciones. Un piso más alto al 1.200.000 pesos que propone el Gobierno y posibles excepciones, ya sea por ocupación o por zona. En el sur del país se cobran salarios más altos que en el norte, por lo que manejan otras perspectivas. Tanto Pullaro como Torres coincidieron en que ese piso era invotable. En Gobierno imaginaban una propuesta con un piso entre 1.600.000 y 1,800.000 pesos, con varias escalas con alícuotas progresivas, de manera que los sueldos medios pagaran relativamente poco y los más altos bastante más. Así, entendían, conseguirán un amplio respaldo de mandatarios provinciales.
La reunión fue relativamente corta, alrededor de una hora. Pero los gobernadores llegaron a plantear sus quejas por los recortes y la preocupación por urgencias como las obras en las rutas nacionales, que necesitan un mantenimiento permanente. Torres comentó que les planteó pagar él las obras y que luego la Nación reponga esos costos. Otra muestra de fe. Respecto a la sorpresiva eliminación por decreto de los fondos destinados a las 13 provincias que no transfirieron las cajas previsionales -algo que la Nación debe hacer por ley- lo aceptaron como un error, pero que no les podían dar una respuesta concreta sobre cuándo se efectivizarían esas partidas porque no estaba Caputo.
En definitiva, hubo coincidencias en lo grueso pero, una vez más, diferencias en la letra chica. Luego del viaje a Salta para reunirse con los diez gobernadores del Norte Grande y de algunos encuentros individuales como los que mantuvo con el santacruceño Claudio Vidal o el neuquino Rolando Figueroa, para el ministro Francos ya había realizado las consultas suficientes para redactar el proyecto definitivo de la ley Bases. El plan es que ingrese al Congreso la semana que viene para su debate en comisión y ser tratado en Diputados 15 días más tarde. El Presidente puso su aprobación como condición indispensable para concretar el Pacto de Mayo. Los tiempos parecen escasos y hay diferencias que se mantienen.