Jorge Taiana asumió este martes en un Ministerio de Defensa con mejor respaldo que en otras épocas gracias al Fondo Nacional de la Defensa (Fondef) aprobado en 2020 y que tiene como objetivo el reequipamiento de las Fuerzas Armadas cuyo presupuesto para este año es de 34 mil millones de pesos. Pero un problema que encuentran es el embargo que el Reino Unido estableció contra Argentina para la compra de cualquier armamento que tenga algún componente británico, prohibición que resulta mucho más amplia de lo que podría suponerse. Fue un tema que se conversó el viernes pasado con el Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, que prometió interceder ante las autoridades británicas dado que, de lo contrario, Argentina queda obligado a comprar armas únicamente a China y a Rusia.
Agustín Rossi ya había sido ministro de Defensa así que sabía bien los problemas con los que se iba a encontrar en su vuelta al Edificio Libertador. El principal, el material obsoleto con el que trabajan y se entrenan las Fuerzas Armadas, queja permanente de la conducción militar. Por eso, antes de dejar su banca de diputado, en 2019, impulsó el proyecto del Fondef que se convirtió en ley el año pasado y estableció un fondo de reequipamiento integrado con las partidas presupuestarias de 0,35% para 2020, el 0,5% para el año 2021, el 0,65% para 2022 y el 0,8% para 2023, manteniéndose este porcentaje de ahí en adelante. Uno de los objetivos es potenciar la industria nacional para la defensa, por ejemplo, a través de la reactivación de los astilleros y generando miles de empleos. Así, esta semana Tandanor anunció el inicio de la fabricación de remolcadores para la Armada.
Pero, obviamente, hay tecnología que Argentina no produce y ahí es donde pesa el embargo establecido por el Reino Unido luego de la guerra de Malvinas que impide al país comprar cualquier material bélico que cuente con componentes británicos. Pese a las décadas transcurridas y el restablecimiento de las relaciones bilaterales, el bloqueo que nunca se levantó. Eso impidió que, tiempo atrás, Argentina realice una compra junto a Brasil de aviones Gripen, de la firma sueca Saab. Y en octubre pasado volvió a ocurrir con la compra de diez aviones supersónicos FA 50, fabricado por KAI en Corea del Sur.
Luego de un largo período de estudio y negociaciones, el Ministerio avanzó en la adquisiciones de estas naves pero no pudo concretarse debido a que cinco componentes eran fabricados en el Reino Unido y necesitaban de una aprobación para su venta, que el gobierno británico negó. El problema con que se topa Argentina es que en el esquema de producción global de la industria aérea y armamentista, los componentes británicos se encuentran prácticamente en todas partes.
Está el caso insólito del destructor "Heroína" de la Armada, del que se mandó a reparar a Gran Bretaña una pieza de su motor Rolls Royce. La repararon, se pagó, pero después impidieron que se envíe a Argentina. Lo peor es que reclaman una millonaria suma por el pago del alquiler del depósito en el que estuvo la pieza.
Sullivan prometió mediar
El principal asesor en Seguridad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estuvo el viernes pasado en la Casa Rosada para reunirse con varios integrantes del gabinete. En representación de Defensa participó el secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio, Francisco Cafiero, quien le planteó el problema. "Ha sido un gran impedimento para equiparnos y conseguir modelos más baratos y modernos", le explicó Cafiero, que es muy probable que continúe a cargo de la secretaría en la gestión de Taiana como ministro.
Sullivan dijo estar al tanto de la situación y prometió mediar para conseguir que el Reino Unido revea el embargo. Una de las preocupaciones de Estados Unidos es el cada vez más fluido intercambio comercial y diplomático entre América Latina con China y Rusia, situación que se trató en varias de las conversaciones que mantuvo Sullivan en Buenos Aires. Más allá de hacer resguardo de sus potestades soberanas para comprar y relacionarse con quien crean más conveniente, los funcionarios argentinos le explicaron que en muchos casos China y Rusia son los únicos proveedores a los que se puede acceder.
Notoriamente sucedió en el caso de la provisión de vacunas contra el coronavirus a fines del año pasado. La Sputnik V, la Sinopharm y la Sinovac fueron las únicas a las que en un primer momento pudieron acceder los países de la región. Podría ocurrir con China en el tendido de redes 5G, si es que Estados Unidos no se apura a desarrollarlo. Y otro caso podría darse en Argentina con el equipamiento para las Fuerzas Armadas, en caso de mantenerse el embargo británico. Sullivan, que también se reunió con Taiana pero todavía no como ministro sino en su carácter de titular de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, prometió ocuparse.