La precaria unidad del Frente de Todos quedó de nuevo en tensión con la nueva aparición del ministro de Desarrollo bonaerense y secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque, cuestionando al ministro de Economía, Martín Guzmán, y el anuncio de la institucionalización del Frente de Todos a nivel provincial, en una foto con participación de Máximo Kirchner en su rol de jefe del PJ y ausencia de referentes identificados con el presidente Alberto Fernández. La manera de responder del Gobierno, explicaban, era evitar profundizar las diferencias y concentrarse en la agenda de gestión. El problema es que, justamente, hay un sector del oficialismo que se considera mayoritario y que no está de acuerdo con el rumbo de esa gestión.
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"A Guzmán no lo votó nadie", insistió Larroque este martes, un día después del acto en Florencio Varela donde había lanzado cuestionamientos a las políticas económicas. Marcó que la unidad no puede significar "una emboscada" para la vicepresidenta Cristina Kirchner, en el sentido que pone la mayoría de los apoyos para que luego se pongan en marcha estrategias con las que no está de acuerdo o no es consultada. "No se termina de comprender cuál es la dimensión de la justicia social como corazón de la doctrina justicialista y eso es un problema que genera zozobra", analizó en la AM530 respecto a la dirección de la economía y pidió "un shock de inversión". Sostuvo que las medidas que toma -o que no toma- la gestión nacional generan "desazón" y "apatía" que derivan en la aparición de expresiones antipolítica como la de los libertarios.
Larroque no habló a nivel personal sino como expresión del enojo del kirchnerismo, que ahora parece centrado en la figura de Guzmán. El ministro se lo mencionaba como parte de un recambio de gabinete que se produciría en Semana Santa que finalmente no ocurrió. Por el contrario, el Presidente decidió empoderarlo y compartió el anuncio en el Salón Blanco del bono para informales, monotributistas y empleadas domésticas, una medida reclamada como forma de recomposición a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Con ese gesto, Fernández creyó callar los cuestionamientos y avanzar con una "unidad en acción" del oficialismo, a partir de una agenda de gestión más visible. Pero duró sólo unos días.
Una de las directivas del Presidente fue que Guzmán levantara el perfil y defendiera sus medidas. No ayudó mucho que en la primera entrevista sostuviera que las diferencias internas generaban desconfianza y, por ende, inflación. "Encima que no nos consultan tenemos la culpa de la inflación", se quejaron desde el kirchnerismo. El fin de semana se publicó la versión de que Guzmán había sido designado en Economía por sugerencia de la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien supuestamente le transmitió el mensaje a Fernández a través de la titular de la Cepal, Alicia Bárcena, poco después de resultar electo. Eso se publicó el domingo. Lunes y martes fueron las críticas de Larroque, cada vez más personalizadas en el ministro. Todo un desafío para un presidente que pareció atar su suerte a la de su ministro.
La otra imagen de ayer relacionada con la interna tuvo que ver con el lanzamiento de una mesa bonaerense del Frente de Todos para "fortalecer el debate interno". En la foto estuvieron, junto a Máximo Kirchner, el gobernador y la vice, Axel Kicillof y Verónica Magario, el jefe de gabinete, Martín Insaurralde, la ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, y los jefes de las distintas fuerzas que componen la coalición: la presidenta de Aysa, Malena Galmarini, en representación del Frente Renovador; el intendente de Ensenada, Mario Secco, por el Frente Grande; la diputada Mónica Macha, de Nuevo Encuentro; y el titular de Kolina, Carlos Castagneto. Por cierto, el "albertismo" no existe como línea interna aunque varios de los principales funcionarios ligados al Presidente tienen una reconocida pertenencia bonaerense como los ministros Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta y Santiago Cafiero. Ninguno fue invitado a posar.
La juntada tuvo como uno de sus objetivos señalar la falta de una mesa nacional de discusión de estrategias, algo que se le reclama con insistencia a Fernández. "No existe la presidencia colegiada, yo tomo las decisiones", respondió el Presidente días atrás a El Destape Radio. Cerca de Máximo Kirchner señalaron que la mesa replica lo realizado en Chaco por el gobernador Jorge Capitanich, quien reunió las 27 agrupaciones que conforman el Frente de Todos. "Ojalá se hiciera algo así a nivel nacional, podríamos trabajar en el día a día del frente y no juntarnos nada más que cuando empieza la campaña", marcaban en el entorno del diputado y jefe del PJ de la Provincia.
Un dato político era la aparición de Galmarini, dado que Sergio Massa hasta ahora buscó mostrarse equidistante en la pulseada interna. "Seguimos viendo a Alberto como una expresión de unidad", explicaban en el entorno del presidente de la Cámara de Diputados. Se mostraban lejos de las expresiones de Larroque. "Massa nunca saldría a hablar en público así de un ministro", indicaban. Pero sí coincidían en la necesidad de que se mostrara una gestión más activa en la búsqueda de controlar la inflación y en la recuperación de los salarios. En ese sentido, veían como un error grave el anuncio de Guzmán de un impuesto a la renta inesperada y que ese proyecto no estuviera siquiera redactado. "Es una desprolijidad grande, ahí es claro que hya un problema de gestión y no es el primero parecido", marcaban.
El Presidente seguirá adelante con su agenda de gestión que lo llevará, justamente, al mismo Florencio Varela donde el lunes se hizo el lanzamiento del plan MESA bonaerense, donde se escucharon las críticas. En Gobierno marcaban que ese plan, importante para la seguridad alimentaria de los chicos, fue posible gracias al incremento de la ayuda enviada desde Nación. Irá junto a Katopodis a recorrer obras de entubamiento y habrá que ver si hace alguna referencia a los cuestionamientos internos. Si no lo hace él, seguro que pronto lo harán otros. El sábado, Máximo Kirchner tiene agendado un plenario se sector sindical del PJ Bonaerense. Hace rato que no se lo escucha.