El duro comunicado del PJ Bonaerense con el que concluyeron las tensas negociaciones previas a la inscripción de la rebautizada coalición Unión por la Patria, dio inicio de inmediato a la campaña por las PASO. El documento, de autoría de Máximo Kirchner, le adjudicó a Alberto Fernández el padrinazgo de la candidatura de Daniel Scioli, puso de relieve su amenaza de acudir al "Partido Judicial" para dirimir las diferencias y la "abundancia de vanidades" que se escondería detrás de la disputa por los lugares en las listas. "Es injusto con los compañeros que sólo querían promover la participación", le respondieron desde el otro sector. Este jueves, la vicepresidenta Cristina Kirchner reaparecerá en Santa Cruz para un segundo capítulo de esta nueva etapa en el oficialismo, mientras se esperan señales que terminen de definir quién será el candidato presidencial del acuerdo entre el kirchnerismo y el massismo.
El origen de la controversia tuvo que ver con la idea de Cristina y de Máximo de dotar de una mayor uniformidad la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires, de manera que quien gane sepa que tiene una bancada que le responderá y no se dividirá ante la primera complicación. Se inquietaron al escuchar la versión de que el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, podría encabezar la nómina sciolista. De ahí la propuesta de elevar el habitual piso de integración de listas del 25 al 40%, intercalando quienes resulten electos por la minoría recién a partir del puesto décimo en adelante. Desde el sector de Scioli, en el que llevó la voz cantante el ministro Aníbal Fernández, que actuó como apoderado, rechazaron desde el vamos la modificación.
Según lo que comentaban cerca de Máximo, las negociaciones fueron todo lo normales que podían serlo, dadas las circunstancias. El jefe del PJ Bonaerense conversó el martes a la noche con el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, quien le aseguró que estaba todo bien y que cerrarían sobre el cierre. Por eso, decían haberse sorprendido al otro día al ver las notas periodísticas que daban cuenta de las quejas del sciolismo por la cuestión de los porcentajes y la supuesta exigencia de avales extra. Una discusión estaba encaminada y la otra directamente, decían, era falsa. "Buscaron victimizarse y dejarnos a nosotros como los malos de la película", se quejaban cerca de Máximo.
"Aunque pongan que hay que tener dos brazos, voy a competir igual", salió a decir Scioli temprano. Aníbal contó luego que le había adelantado al gobernador de Formosa y presidente del Congreso del PJ Nacional, GIldo Insfrán, que lo que ellos pedían era lógico y que si deade el sector de La Cámpora insistían con exigencias que iban más allá de lo establecido en la Constitución Nacional "recurriremos a la Justicia para que lo ponga en su lugar". Esa frase -la advertencia sobre una judicialización de la discutir interna del oficialismo- fue la que disparó el enojo de Máximo.
"Tan firmes como responsables, y ante la posibilidad de que dicho sector abriera las puertas a la intromisión judicial aprovechándose de la enemistad manifiesta y animosidad persecutoria con quienes hoy tenemos la responsabilidad de conducir el PJ de la provincia de Buenos Aires, decidimos dar por concluida una discusión que lejos se encuentra de aquello que deseamos discutir", avisaron en el comunicado que marcó la jornada. En definitiva, el acuerdo se cerró en un piso para la integración de listas del 30% mientras que la intercalado de candidatos se dará a partir del cuarto lugar, en vez del décimo que se proponía modificar. En definitiva, aseguraron en el comunicado, nada cambiaba porque si se tomaban como referencia los últimos cinco resultados en la provincia de Buenos Aires, se limitaba al ingreso de apenas dos diputados en ambos casos.
Los términos del documento hicieron perder de vista un par de cuestiones. La primera, que hubo acuerdo para que por primera vez el candidato del peronismo surja de las PASO. La segunda, la nueva denominación de la coalición. Unión por la Patria, un nombre de indudable cepa cristinista, vino a reemplazar al rápidamente desgastado Frente de Todos y también tuvo un respaldo unánime de parte de las fuerzas integrantes. "Los sectores más reaccionarios de la oposición" proponen "un país para pocos con discursos de violencia y odio". "Nos unimos para defender a la Patria", explicaron sobre el nombre que mejor resultó en los testeos.
Será un eje de campaña común. Pero un dato relevante del entredicho bonaerense fue que permitió anticipar los carriles por los que transitará la campaña para las PASO, que arrancará formalmente en diez días, luego de que se definan las candidaturas. Para empezar, el kirchnerismo asimiló la lista de Scioli a Alberto. "No estamos inventando nada. Sus funcionarios más cercanos están ahí y puso su partido como estructura", comentaban.
A partir de la asociación, dispararon las críticas. Plantearon que ojalá hubieran puesto la misma dedicación que en defender los lugares en las listas a "recuperar el poder adquisitivo de ciudadanos y ciudadanas, en la administración de reservas del Banco Central o en el acuerdo con el FMI". Scioli, que como embajador en Brasil poco tuvo que ver con estos asuntos, quedará en la disyuntiva de defender al Gobierno o despegarse también él de la complicada gestión nacional.
Desde el otro lado, se notó principalmente en las declaraciones de Aníbal, será al revés. Buscarán separar la lista de Cristina y pasará a ser la boleta de La Cámpora. "Tenemos una diferenciación en las tomas de decisiones entre el peronismo y La Cámpora. No estoy de acuerdo con sus métodos. No me gusta cómo te llevan a patadas en el culo para tomar decisiones", planteó el ministro, el más dado a este tipo de declaraciones, que desde hace tiempo viene marcando sus diferencias en público. Hasta unas semanas atrás era el principal impulsor de una candidatura de Alberto para la reelección y ahora se convirtió en el apoderado de Scioli, además de posible candidato en sus listas en la Provincia.
Mientras todo esto sucedía, los posibles candidatos presidenciales se mostraron ocupados en sus tareas y lejos de las discusiones internas. Scioli volviendo a su rol de embajador en Brasil con una reunión con el BNDES por el segundo tramo del gasoducto. El ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, visitó La Pampa de la mano del gobernador Sergio Ziliotto, uno de los que ya superó con éxito la elección provincial. En tanto, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció inversiones y pudo respirar aliviado porque el índice de inflación fue menor que el de abril, aún con un muy alto 7,8%. ¿Alcanzará para posicionarlo para encabezar una de las listas principales?
Buena parte de la respuesta a estos interrogantes la tiene Cristina Kirchner, que reaparecerá esta tarde para una presentación de ampliación de obras en el Hospital de Río Gallegos junto a la gobernadora Alicia Kirchner y al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Una vez más, en su entorno desalentaban definiciones. "Hay que esperar, recién terminamos con lo de las PASO", advertían. Pateaban las expectativas para más adelante. "Después del fin de semana largo, dejemos que la gente descanse", decían.