De aquella ola de amenazas que envolvió el fin de semana largo de Semana Santa a este otro fin de semana sin versiones de rupturas ni de cambios de gabinete. ¿Qué pasó en el medio? En principio, ante las diferentes opciones que se le presentaban, el presidente Alberto Fernández optó por hacer caso a quienes le aconsejaban no distraerse con las diferencias dentro del Frente de Todos -que es público que las hay- y centrarse en la gestión. También ayudó la ofensiva de la Corte Suprema sobre el Consejo de la Magistratura -tema en el que Fernández cedió la estrategia a la vicepresidenta Cristina Kirchner- porque obligó al Frente de Todos a unificarse en la respuesta. Una unidad precaria pero que pinta puede ser la forma que adoptará el oficialismo hasta las elecciones del año que viene.
No sólo no hubo cambios de gabinete sino que el Presidente se decidió por una ratificación pública del ministro de Economía, Martín Guzmán, con el anuncio del bono para trabajadores informales, monotributistas, empleadas domésticas y jubilados. Una medida que al Gobierno se le reclamaba para recomponer los ingresos de los sectores más desprotegidos. Era un anuncio importante que Fernández podría haber hecho solo, pero optó por mostrarse acompañado por el ministro cuando era centro de todas las versiones. Incluso dentro de la propia Rosada, dado que algunos cercanos al Presidente lo imaginaban como prenda de cambio a la salida de funcionarios alineados con la vicepresidenta. Un "empate" que funcionaría como plataforma de relanzamiento de una gestión más ordenada.
No hubo nada de eso. Sí la directiva de Fernández para que Guzmán salga a defender más su gestión y que ponga el acento en la inflación y los ingresos, la gran preocupación de estas semanas. El ministro viajó luego a Washington donde recorrió sin contratiempos los principales despachos del FMI y el Banco Mundial. Su decisión de permanecer en su lugar durante la exposición del ministro ruso en el G20 -mientras los representantes de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Unión Europea se levantaron en señal de repudio- le hizo ganar simpatías en el kirchnerismo, donde reclaman neutralidad al Gobierno frente al conflicto bélico.
El Presidente encabezó el lanzamiento del gasoducto Néstor Kirchner en Vaca Muerta con funcionarios del área de energía, algunos de los cuales también se los daba de salida ante sus críticas a las políticas oficiales. Pero tanto en esos casos como el del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, hubo conversaciones para encaminar la situación. Esperan que den resultado. En este punto, en el entorno del Presidente no descartaban que en el futuro, efectivamente, se produzcan cambios. Una prueba de fuego serán las audiencias públicas para discutir la suba de tarifas energéticas convocadas para el 10, 11 y 12 de mayo. Por eso, marcaban que lo destacable de ese día no había que buscarlo en la presencia de esos funcionarios sino el lanzamiento del gasoducto, una obra que puede ser clave para el país a partir del próximo invierno.
En el apaciguamiento de la interna ayudó la convulsión en el frente externo que provocó la irrupción de Horacio Rosatti en el Consejo de la Magistratura, con el acompañamiento en comparsa de la oposición y los medios afines. La estrategia de la vicepresidenta de dividir el bloque de senadores y designar a Martín Doñate fue avalada por el Gobierno, incluido un hilo de tuits de la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, donde argumentó jurídicamente a favor del nombramiento. "Alberto no se mete en el tema Justicia, ahí la deja a Cristina", explicaba un integrante del gabinete. El rumor sobre un DNU que le ofrecieron firmar al Presidente copiando el texto de reforma del Consejo que tiene media sanción del Senado para evitar el desembarco de Rosatti fue cierto, pero nunca se evaluó seriamente. "En todo caso el problema es porqué en el Congreso no apuraron la discusión de la ley durante el verano porque estaba en el temario de extraordinarias. Ahora ya está, Alberto no va a firmar un decreto", respondían.
Como puede notarse, que la situación interna esté más calma que la semana pasada no quiere decir que las tensiones no permanezcan. "A los que quieren hacerles creer que para el 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos!", se exaltó el Presidente en un acto con la militancia en José C.Paz en lo que sonó a respuesta a las versiones que Cristina y Máximo Kirchner entienden que el Gobierno selló su suerte con el acuerdo con el FMI. "Mi candidata a la presidencia es Cristina", avisó Carlos Bianco, jefe de asesores y mano derecha del gobernador Axel Kicillof en una entrevista con Letra P. "Es lógico, vamos a ver más cosas como éstas en los próximos meses", minimizaban cerca del Presidente que explicaban esas declaraciones en la necesidad de reposicionamientos.
Lo mismo sucedió con los gobernadores, a los que se les aplacó el ímpetu que traían de armar una liga con la que buscaban plantarse como sector interno con voz y voto. "Se solucionó con algunos llamados telefónicos. Era insólito, no debe haber gobierno que le haya dado más lugar a los gobernadores que éste. Todas las semanas estamos atiendo a uno o dos de ellos en la Casa Rosada", comentaba un funcionario cercano al Presidente. En definitiva, lo de la liga quedó congelado y diez provincias mandaron representantes esta semana a la misión oficial de promoción de productos argentinos a Israel.
Por ahora quedó frustrado el regreso de Agustín Rossi al gobierno nacional, pero al menos puede adjudicarse la aceptación de su consejo para que el Gobierno se olvidara de las rencillas, se concentrara en la gestión y de hablar del vaso medio lleno, no del medio vacío. "Se recuperó la economía, se generó empleo y ahora vamos por la recuperación de los salarios", marcaban que será el eje del mensaje presidencial, con más recorridas por el interior, como esta semana en Neuquén, y el Conurbano, como la del viernes en Moreno junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Una de las zonas más pobres del Conurbano en donde inauguraron una obra que le permitirá a los vecinos dejar de sufrir inundaciones. En esa línea, imaginaban, se podrán recuperar los votos que se perdieron por pandemias y guerras.