Chino Navarro: “Estoy convencido de que aprobamos”

El funcionario de la Jefatura de Gabinete pondera la política sanitaria del Gobierno, confía en que se legalice el aborto y respalda a los ministros. “No los veo con miedo”, asegura.

29 de diciembre, 2020 | 16.07

Un año complejo y desgastante para el gobierno de Alberto Fernández, que tuvo que aplicar un programa de emergencia producto de la pandemia para amortiguar los severos daños económicos y sociales que arrastra el país desde hace años. El Congreso fue clave para aprobar distintas leyes que le permitieron al oficialismo ejecutar las políticas para atender, en medio de un severo endeudamiento, la demanda del sector sanitario, empresarial, de los trabajadores y los más vulnerables. Y la Secretaría de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil, a cargo de Fernando “Chino” Navarro, tuvo un rol importante en la relación entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo para conseguir las leyes.

“Estoy convencido de que aprobamos”, celebra Navarro en diálogo con El Destape sobre este 2020 en el que algunos ministros y ministras fueron objeto de severas críticas desde la oposición, pero también desde el oficialismo. Especialmente, de parte de la vicepresidenta Cristina Kirchner cuando habló de “funcionarios que no funcionan” y a los que luego exhortó a “no tener miedo” y sino “buscar otro laburo”. Navarro le quita dramatismo, considera que fue “una arenga” y no “un señalamiento”, pero advierte: “Por lo que veo cómo actúan, no veo ministros con miedo”.

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Tengo la tranquilidad, y sé que la tiene Alberto Fernández y todos los funcionarios, de que hicimos todo lo que había que hacer para afrontar un año excepcional agregando que a veces cuando vos transitás un año excepcional hay cosas que no sabés cómo van a ser porque en una pandemia no hay espejo donde mirarse, textos donde aprender o buscar de guía ya que todo es aprendizaje. Si en marzo me hubiesen dicho todo lo que pasó, hubiese dicho que no era posible que el Estado diera la respuesta que dio. Estoy sorprendido por la velocidad en que se implementó la política sanitaria, la política para sostener la ATP, el IFE y tantas otras medidas. Y hay un gran protagonista que es el pueblo argentino, que acompañó y le puso el pecho a toda esta política y bancó la cuarentena, que era muy necesaria para que el sistema sanitario no se viera desbordado.

- Y a ese balance positivo se le suman índices económicos que mejoran y ahora el comienzo de la vacunación.

Que hayamos empezado a vacunar es muy importante y reivindico el trabajo del Ministerio de Salud y los ministerios que forman parte del Comité de Vacunación que permitió que hoy se esté vacunando en todo el país y eso pasa porque hubo un trabajo de logística, de capacitación, de coordinación y se hizo por encima de cuestiones partidarias y pensándola como política de Estado. Nos da certeza, expectativa  y esperanza. El objetivo del gobierno de Alberto Fernández es cuidar la salud de todos los argentinos empezando por los esenciales y más débiles. Después, la discusión ideológica sobre la vacuna es disparatada y obedece a temores del siglo XX. Lo que pido es que no aflojemos en el último tramo, hagamos un último esfuerzo en estas semanas de fiestas y sigamos cuidándonos.

- Hablabas de las leyes aprobadas en el Congreso y ahora el Senado debate la legalización del aborto, que es una promesa de campaña del Frente de Todos. ¿Será ley?

Se está trabajando para que salga sin modificaciones, pero los números son muy apretados. Hay un trabajo de funcionarios y legisladores oficialistas que impulsan la ley y también estamos articulando con sectores opositores que nos acompañan. Se trata de la construcción de una mayoría transversal, por eso hay que ser cuidadoso. Yo creo que sale, pero lo importante es que salga sin forzar, sin empujar para que no haya daño colateral. Confío en los actores que están trabajando en el tema y estoy seguro de que se va a resolver positivamente.

- ¿Qué evaluación hacés del Gabinete?

Más allá de la campaña opositora y la propia presión de la realidad, de la pandemia, estoy convencido de que aprobamos, que el pueblo aprobó el trabajo hecho en este año dificilísimo. Hay una crisis global, la más grave del mundo desde 1945. No hubo desde entonces algo tan grave económica, social y hasta psicológicamente. Más allá de eso, acá estamos y hay una paz social consecuencia del sentido común y de la madurez de los sectores populares. La política ha estado a la altura de las circunstancias y el Congreso funcionó como no funcionaba hace muchos años y se han aprobado leyes importantes. Pese a discusiones y desencuentros, sigue habiendo articulación con los gobernadores y el Presidente ha logrado imponer una lógica de que cuando está el bien común en juego, la salud de los argentinos, la economía, la oposición deja de gritar y acompaña. Hay que erradicar lo malo cuando nos equivocamos, aprender de los errores y profundizar los aciertos.

- En relación a los dichos de la vicepresidenta, Cafiero había dicho que “los funcionarios están de paso”. ¿Piensan en cambios en los ministerios?

Eso lo va a administrar el Presidente. Argentina tiene un sistema presidencialista en términos institucionales que por más que uno quiera cogobernar es imposible. La Constitución pone todo el peso de la gestión del Presidente y Alberto Fernández no elude esa responsabilidad. También es verdad que hay veces que los sectores que integramos el Gobierno no compartimos las decisiones porque no hay un pensamiento único en el Frente de Todos. La interpretación de lo que dijo Cristina en La Plata es subjetivo, ahora lo que vi fue una arenga de una dirigente que ejerce un liderazgo importante sobre un sector de la sociedad que está encolumnado en el Frente de Todos y no lo vi como un señalamiento de que se tienen que ir porque tienen miedo. Después, cómo toma cada ministro esas palabras no lo sé. Lo que creo por lo que interactúo y veo cómo actúan, no los veo con miedo. Lo que pasa es que en la gestión estamos jugando contra el Bayern Múnich, somos un equipo de barrio y arrancamos perdiendo 8 a 0. Después, las definiciones económicas son razonables y todos entendemos que si el salario está por debajo de la inflación el país no tiene ninguna perspectiva. Lo más importante de la coalición es la unidad, que se va a conformando día a día y algún día será una unidad donde tengamos diagnóstico común de lo que nos pasó en los últimos 40 años y tendremos un programa común respecto de cómo resolvemos la pobreza que hoy tenemos y de la que no nos podemos hacer los distraídos. Y frente a eso, no creo que ni Cristina ni Alberto nos vayan a salvar porque no creo en salvadores mágicos, no tengo esa lectura de la política. Creo en la organización popular, el protagonismo popular y uno de los déficit de nuestro Gobierno y de la política de los 80 para acá es que no confiamos en los sectores populares y no nos animamos a darle poder a las organizaciones libres del pueblo. Hablamos de comunidad organizada, pero no organizamos a la comunidad. Y cuando tenés sectores empoderados y podés interpelar a tu líder esa democracia es más fuerte.

- ¿Ves a un Presidente que ante errores en la gestión queda muy expuesto a las críticas y que delega poco?

Seguramente tenemos que estar más encima de las acciones. Estoy conforme y creo que hemos aprobado y que no haya visto ministros con temor no quiere decir que no tengamos que mejorar el funcionamiento y hacernos cargo. En el fútbol a veces un compañero se esconde detrás del marcador para que no se la den. Quizás ese día, ese que juega bien no está inspirado y hay que buscar la forma de que jueguen todos. Alberto también tiene esa predisposición a buscar esa pelota que quizás le corresponde a otro. Ahora, en medio de la pandemia y de la economía que se derrumba, no tenés tanto tiempo para pensar y resolver. Con lo transitado, seguramente Alberto esté desde ahora más ligado a exponer públicamente desde la gestión y que las cuestiones más políticas las desarrollen otros funcionarios. 

- Desde tu experiencia política, ¿en un año electoral tiene que haber una oxigenación del Gabinete?

No me asustan los cambios porque a veces son para bien. A veces son dolorosos porque es una persona querida la que se va y viene otra que no conocés tanto, pero lo que me importa es lo que le pasa al pueblo. Si el Presidente decide cambios lo hará porque lo considera necesario. Habrá mil interpretaciones, pero a mí lo que me importa es si le sirve a nuestro pueblo y a nuestro proyecto. Confiemos en Alberto y Cristina y tratemos de pensar bien y no de buscar la quinta pata al gato. Hagamos lo que tenemos que hacer, confiemos y démosle protagonismo a nuestro pueblo porque ese es el secreto. Si nos encerramos dentro del despacho y el celular nos vamos chocar contra la pared.

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