El Gobierno de la provincia de Formosa avanza con la entrega de módulos habitacionales, destinados a familias en situación de vulnerabilidad.
En la capital de Formosa se ubica una aglomeración de módulos habitacionales conocidos como barrios Lote 110 y Lote 111.
Los módulos consisten en una parcela de tierra con una habitación y a unos metros un baño, que luego los beneficiarios pueden ampliar. Las viviendas cuentan con tanque de agua, motor de bombeo, veredas comunitarias y cerco perimetral y tienen garantizados los servicios de agua y energía eléctrica, esta última con tarifa subsidiada a través del Programa Provincial “Esfuerzo Formoseño”.
En las inmediaciones del loteo, el estado provincial instaló distintas dependencias como una Subcomisaria, instituciones educativas, y dispositivos para el acceso a internet.
Según indicaron a El Destape desde la gestión formoseña, tras una de una de las últimas inundaciones, familias que estaban viviendo en zonas anegadas fueron trasladadas a los módulos de los lotes 110 y 111, instalados por el Instituto Provincial de la Vivienda.
Desde el Gobierno que comanda Gildo Insfrán recordaron que de los 32 asentamientos irregulares que había en 2008, 20 fueron erradicados y 11 se urbanizaron. En ese sentido, destacaron que más de nueve mil familias, lo que da cuenta de un total de más 36 mil ciudadanos que accedieron a esta política habitacional.
Para la entrega de los módulos se tienen criterios de prioridad como el número de hijos y/o situaciones particulares que deben estar debidamente acreditadas a través de certificaciones negativas del IPV; certificación negativa de ANSES; historia clínica; certificado único de discapacidad; y documentación legal en caso de tener personas a cargo.
Testimonios de vecinas
"Pensé que iba a ser problemático, pero fue muy fácil", contó a El Destape María García, que tiene 23 años, dos hijos: uno de cinco y otra de tres.
"Todos me ayudaron, me explicaron como eran las cosas, que papeles necesitaba. Se tomaron el tiempo para explicarme las cosas, cuanto tiempo necesitaba. En cada entrevista me decían qué tenía que hacer, como seguir y a quien llamar".
Antes de poder acceder al módulo, García señaló que su situación era "era muy precaria" ya que "vivía en una piecita muy chiquita en donde una pared se estaba por caer".
"Directamente la tenía atajada con un palo, por el tema de los vientos. Después, me llamaron y me dijeron que al fin me salió el módulo", expresó.
García expresó que tener un módulo significa "todo" para ella, fundamentalmente porque sus "hijos al fin pueden tener un lugar". "Antes ellos no querían estar en la casa de las personas con las que yo vivía y los teníamos que sacar a pasear. Ahora es imposible sacarlos de su propia casa. En cualquier comentario que alguien le hace, ellos dicen 'me voy a mi casa'", relató.
"Estuve esperando muchos años este módulo, como ocho años. Y este año, gracias a Dios y el Gobierno, me lo entregaron", contó Fabiana de 32 años. Madre de una hija de ocho, en 2014 cuando quedó embarazada inició los trámites para acceder al módulo. "Viví mucho tiempo con mi mamá, después alquilé mucho tiempo, volví con mi mamá, hasta que me salió el módulo".
Fabiana contó entre lágrimas lo que es para ella tener esa vivienda. "Significa mucho, es algo muy lindo que no a todos nos pasa y nada más que feliz", celebró.