Los murales de Eva Perón en la avenida 9 de Julio son, a esta altura, uno de los íconos más importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, a pesar de la fama que tienen, esconden un detalle que pocos conocen relacionado con la muerte de la histórica líder peronista, de la cual este martes se cumplen 70 años.
Las imágenes, obra del escultor argentino Alejandro Marmo, fueron inauguradas en 2011 por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El primer mural fue el del lado sur, que se dio a conocer el 26 de julio de ese año, en el aniversario de su fallecimiento. El segundo fue el del lado norte, inaugurado el 22 de agosto, a los 60 años del Cabildo Abierto que derivó en el renunciamiento de la primera dama, en el cual se tomó la fotografía sobre la que se basó el propio mural.
La construcción de las obras artísticas había sido ordenada en marzo de 2010 mediante el decreto 329 que firmó la mandataria. En él quedó plasmado otro simbolismo de los murales, pero del que más gente está al tanto. Y es el hecho de que las dos imágenes no están ubicadas de forma casual. La que da al lado norte se llama simplemente "Eva Perón" y muestra a la ex primera dama dando su discurso en una posición combativa.
En cambio, el mural que da al lado sur fue bautizado con un nombre más particular: "Eva de los humildes". La imagen tampoco es aleatoria, sino que es la que aparece en la portada de la histórica edición de "La Razón de mi Vida", en la que Evita proclama, entre otras cosas, su misión en pos de los más desfavorecidos.
De esta forma, los murales están alineados con la división histórica de la Ciudad de Buenos Aires, ya que Evita le habla de modo desafiante al norte rico, mientras que le sonríe al sur porteño históricamente postergado.
Para quienes duden, esta cuestión metafórica fue incluida en el propio decreto, que en uno de sus considerandos cita al artista plástico Daniel Santoro, quien dice que la imagen de Evita sonriente lleva "hacia una lectura epifánica de una Eva solidaria, emblema de la justicia social. Por eso, es la Eva que mira hacia el sur, como en una reivindicación de ese sector olvidado de la ciudad. En este diseño la mirada es particularmente importante".
Sin embargo, existe otro detalle oculto en el mural, que es más concreto pero seguramente más desconocido, y que está directamente relacionado a la muerte Evita. Se encuentra en el mural que está del lado norte y es muy difícil de apreciar desde la calle, pero puede verse en las fotos tomadas al mural, sobre todo en los días nublados cuando no hace sombra.
Justo en el medio del rodete, Marmo decidió incluir el número 2025. No se trata de un año sino de una hora: las 20:25, el momento en el que, al menos oficialmente, Eva falleció aquel 26 de julio de 1952. "Al menos" porque, según algunas versiones, en verdad la entonces primera dama falleció un par de minutos antes, pero en el anuncio de su muerte el locutor oficial Jorge Furnot se adaptó la hora para darle mejor sonoridad a la lectura.
De cualquier forma, la frase que quedó plasmada en la historia fue: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20:25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación".
Según parece, el detalle no estaba previsto originalmente sino que fue improvisado por el escultor durante el proceso mismo de elaboración del mural, ya que no aparece en los planos originales que quedaron plasmados en el decreto. A 70 años de su muerte, la figura de Eva Perón todavía sigue generando y revelando sus misterios.