Un documento al que accedió El Destape revela que Patricia Bullrich mantuvo reuniones secretas mientras fue ministra de Seguridad con la mayoría de los integrantes de la banda del espía ilegal Marcelo D’Alessio. Fueron en momentos clave de las operaciones de espionaje ilegal o de las causas judiciales que se armaron. Así se desprende del registro de ingresos al ministerio de Seguridad al que accedió El Destape a través de un pedido de acceso a la información pública.
Bullrich, como ministra, recibió a:
- D’Alessio, espía ilegal hoy detenido. Se reunió con Bullrich en agosto de 2017 cuando avanzaba una operación contra CFK y no al comienzo de su gestión como había asegurado la ex ministra.
- Pablo Pinamonti, miembro de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que era el contacto de la banda en la exSIDE y estuvo a cargo del Proyecto AMBA desde donde se hizo espionaje ilegal masivo en la provincia de Buenos Aires.
- El juez Claudio Bonadio, máximo referente del lawfare.
- El fiscal provincial Juan Ignacio Bidone, vinculado al caso del Triple Crímen, el narco Ibar Pérez Corradi y escuchas a CFK.
- El fiscal Carlos Stornelli, hoy procesado en el caso D'Alessio por sus vínculos con la banda dedicada al espionaje ilegal.
- El operador con patente de periodista Daniel Santoro, figura clave en las operaciones de D’Alessio.
- El operador judicial Daniel “Tano” Angelici, de vínculo estrecho con los jefes de D’Alessio.
- El comerciante bélico Mario Montoto.
- Los jueces Marcelo Aguinsky y Claudio Gutiérrez de la Cárcova, vinculados a D’Alessio.
Casi todos ellos fueron procesados por el juez federal Alejo Ramos Padilla por estar vinculados a una organización paraestatal dedicada al espionaje ilegal. Todos están involucrados en el D’Alessiogate.
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Estas y otras reuniones de Bullrich en su despacho ministerial que revela El Destape en esta investigación muestran que la persecución judicial, cuyo jefe era Mauricio Macri, no se organizaba exclusivamente desde la Mesa Judicial o las reuniones del propio ex presidente con jueces y fiscales en la Quinta de Olivos o Casa Rosada. Bullrich fue también parte importante del lawfare.
El Destape obtuvo el listado de ingresos al Ministerio de Seguridad. Es distinto que el Registro Único de Audiencias, el registro público donde los funcionarios están obligados a dar cuenta de sus reuniones tal como consta en el decreto 1172 del 2003 y al que se puede acceder libremente (https://audiencias.mininterior.gob.ar). Al cotejar ambos surge que las reuniones que Bullrich mantenía con espías, fiscales, jueces u operadores no se anotaban en el registro público. El decreto dice que no anotarlas es una “falta grave”. La razón por la que no se anotaban era porque eran entre Bullrich y los hacedores de la persecución judicial y el espionaje ilegal.
Los encuentros sucedieron en momentos clave de las operaciones de espionaje o de las causas judiciales que se armaron, sobre todo, contra opositores al macrismo.
14 de agosto de 2017: Bullrich-D’Alessio
El 14 de agosto de 2017, al día siguiente de la victoria de CFK sobre Cambiemos en las PASO legislativas de 2017, la ministra Bullrich se reunió con el espía ilegal D’Alessio. Según los registros oficiales del Ministerio de Seguridad, el falso abogado estuvo en la Unidad Ministro. La reunión no consta en el registro único de audiencias. Bullrich dijo que conoció a D’Alessio al inicio de su gestión y no lo vio más. Esto la desmiente.
La fecha es clave. Era el regreso de CFK a las urnas. Tenían que atacarla y la causa Memorándum era uno de los frentes de persecución judicial. Doce días después de la reunión con Bullrich el espía ilegal D’Álessio avanzó con lo que se conoce como la “Operación Porcaro”, que según la causa judicial donde se investigó el espionaje ilegal tenía por objetivo a CFK y llegaba hasta la causa Memorándum.
¿Qué era la Operación Porcaro? El espionaje a Roberto Porcaro, a quien D’Alessio tenía registrado como operador de CFK y tenía archivos en sus computadoras son seguimientos y otros elementos obtenidos mediante espionaje ilegal.
No parece azaroso que inmediatamente después de esa cumbre la banda de D’Alessio avanzara en la “Operación Porcaro” en pos de complicar a CFK. Los avances de esa maniobra de espionaje ilegal los publicaba Daniel Santoro en Clarín. Otro de los asiduos visitantes de Pato y parte de la banda.
El juez Alejo Ramos Padilla detalló los movimientos de la banda de D’Alessio en agosto de 2017 en la Operación Porcaro: “Se observa que las tareas de inteligencia ilegales que tuvieron como objetivo a Roberto Porcaro guardaban estrecha relación con su presunta condición de ‘operador’ de Cristina Fernández de Kirchner y se dieron de forma concomitante con su señalamiento en la causa ‘MEMORÁNDUM CON IRÁN”. El juez habló de “sincronía entre las actividades de la organización y el avance de una causa judicial de enorme trascendencia nacional e internacional”.
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D’Alessio tenía en su computadora archivos digitales entre los que había imágenes y videos que ilustraban “lo que pretende mostrarse como una propiedad o vivienda de Roberto Porcaro, los que fueron registrados de forma subrepticia y en altura, posiblemente con un dron”. Las imágenes son del 26 de agosto de 2017, doce días después del encuentro entre Bullrich y D’Alessio.
“De forma contemporánea con el inicio de estas maniobras de espionaje que Marcelo D´Alessio realizó sobre Porcaro, en diciembre de 2017, la Cámara Federal de Apelaciones porteña confirmó el auto de procesamiento de Cristina Fernández de Kirchner en la causa conocida como ‘MEMORÁNDUM CON IRÁN’ que había dictado el juez federal Claudio Bonadío”, resaltó Ramos Padilla.
En ese pronunciamiento, los camaristas Martín Doctrina Irurzun y Eduardo Farah ordenaron investigar “la irrupción a días de la firma del pacto, de Roberto Porcaro –quien es mencionado como un operador directo de Cristina Fernández de Kirchner– reuniéndose con los representantes de personas de nacionalidad iraní prófugas’”.
Ramos Padilla vinculó las tareas de inteligencia ilegal de D’Alessio sobre Porcaro con su mención por los camaristas porteños en la causa Memorándum: “La ‘confrontación de datos de otros expedientes vinculados, rastreando puntos de contactos útiles’ para conocer circunstancias vinculadas al ‘operado de Cristina Fernández de Kirchner’ parece haber sido una de las tareas que emprendió la organización aquí investigada y que se ve reflejada en los informes, grabaciones e imágenes reseñadas al comienzo de este capítulo”, escribió Ramos Padilla respecto a la banda de D’Alessio.
Ahora se conoce que una de las operaciones sobre Porcaro se realizó apenas doce días después de un encuentro entre Bullrich y D’Alessio en el Ministerio de Seguridad, luego de la victoria electoral de CFK en las PASO.
21 de enero de 2016: Bullrich-Bidone - Triple Crimen, Pérez Corradi y escuchas a CFK
Otro de los procesados por integrar la banda de D’Alessio, el fiscal provincial Juan Ignacio Bidone, también se reunió en secreto con Bullrich. De acuerdo a los registros del Ministerio de Seguridad, el fiscal ingresó el 21 de enero de 2016 con destino a la Unidad Ministro.
Bidone está relacionado a las investigaciones del Triple Crimen y a la búsqueda de Ibar Pérez Corradi, dos casos que Cambiemos operó para complicar judicialmente a dirigentes kirchneristas. En el primero, se comprometió a Aníbal Fernández y en el segundo a Oscar Parrilli, quien terminó procesado durante el macrismo.
Bidone es un fiscal general de Mercedes que fue procesado por integrar la banda de D’Alessio. Era uno de los informantes de la banda que tenía acceso privilegiado a distintas bases de datos, como Migraciones o registros telefónicos. No tenía nada que hacer con la ministra de Seguridad de la Nación. De hecho, su visita no consta en el registro público de audiencias.
En el marco del D’Alessiogate, Bidone contó que mantuvo un encuentro con Arribas y Majdalani en enero de 2016 pero no que en la misma fecha se había reunido con Bullrich en el ministerio de Seguridad.
Tras sus encuentros con Arribas, Majdalani y Bullrich, el fiscal provincial decidió pasar sus investigaciones con connotación política a Comodoro Py. Terminaron en el juzgado de María Servini, quien investigaba el tráfico de efedrina. Así permitió unir el Triple Crimen con el Tráfico de Efedrina.
Según reconstruyó el juez Ramos Padilla, el fiscal Bidone conservó un legajo de investigación “reservado” y lo utilizó para hacer pedidos de información que luego usufructuaba D’Alessio.
Entre otras cosas, Bidone es quien habría conocido el paradero de Pérez Corradi por un informante. El caso Pérez Corradi, señalado como “cerebro del Triple Crimen” y del tráfico de efedrina, que estaba prófugo en aquel entonces, se utilizó para procesar a Parrilli en febrero de 2017 por el supuesto encubrimiento de su fuga. Esto lo resolvió el juez Ariel Lijo en una causa que se abrió en Comodoro Py y donde declaró Bidone como testigo. Lo hizo el 2 de febrero de 2016 por escrito y el 5 de febrero en persona. Es decir, 12 días después de ver a Bullrich. La ministra de Seguridad tenía un especial interés en el caso Pérez Corradi.
El mentado expediente que complicó la situación judicial de Parrilli se inició con una denuncia de Graciela Ocaña, quien sostuvo el 18 de enero de 2016 (tres días antes del encuentro Bullrich-Bidone) que la AFI sabía dónde estaba Pérez Corradi pero no contribuyó para su captura. “Dicha causa fue en el marco de la cual se ordenarían las intervenciones telefónicas, a partir de las cuales se registrarían diversas conversaciones entre Oscar Parrilli y Cristina Fernández de Kirchner, que aparecerían luego filtradas en distintos medios de comunicación”, precisó Ramos Padilla.
Pérez Corradi fue detenido el 19 de junio de 2016 luego de arduas negociaciones con el ministerio de Seguridad. De hecho, tal como publicó Carla Pelliza en este medio, Pérez Corradi llegó a decir que para negociar su situación judicial el gobierno de Cambiemos pretendía que involucrara a Aníbal Fernández en el Triple Crimen.
24 de abril de 2017: Bullrich - Stornelli
Bullrich se reunió con Stornelli el 24 de abril de 2017, un encuentro del que también participaron los fiscales Guillermo Marijuan y Carlos Rívolo, tal como detalla El Destape en otra nota de esta investigación. Los 3 tenían en sus manos causas contra CFK.
En el caso de Stornelli, por esa fecha manejaba el caso GNL, muy vinculado al espía ilegal D’Alessio. Catorce días después de ese encuentro Bullrich-Stornelli, el falso abogado D’Alessio creó en su computadora el archivo “Informe Bonadio” donde adelantaba mucho de lo que iba a pasar en la causa GNL. Ese expediente se abrió en 2014 por una denuncia de Federico Pinedo, Laura “técnicamente no es delito” Alonso y la propia Bullrich.
El caso GNL fue utilizado luego por Stornelli y Bonadio para quedarse con la causa de las Fotocopias de los Cuadernos Fénix.
En la misma causa D’Alessio se presentó como testigo en dos ocasiones en noviembre 2018 y se citan trabajos de Santoro, como su libro El Mecanismo.
Lo que revela el registro de ingresos al Ministerio de Seguridad es que Bullrich, que fue denunciante en la causa GNL, se reunió con los investigadores y testigos de la causa.
Bullrich-Pinamonti
De acuerdo al registro de ingresos al Ministerio de Seguridad, el espía Pablo Pinamonti estuvo en la jefatura de gabinete de asesores en 6 ocasiones, antes y después de ser contratado como espía en la AFI. Su última visita fue el 28 de marzo de 2017, después de dos marchas masivas en contra del gobierno de Macri.
Pinamonti es un agente clave en el D’Alessiogate. Era el vínculo entra la banda del espía ilegal D’Alessio y la AFI. En 2017 actuó “como Director de Reunión Provincia de Buenos Aires que tenía bajo su mando todas las bases de inteligencia de la AFI de la provincia de Buenos Aires”, tal como precisó el juez Ramos Padilla que lo procesó en una causa derivada del caso D’Alessio: el de las bases AMBA.
Algunos sindican a Pinamonti como el jefe de D’Alessio. En la causa que investigó el juez Ramos Padilla consta que “D’Alessio afirma que Pinamonti le había prometido nombrarlo en un cargo en un área de asuntos complejos en la AFI”.
Pinamonti está vinculado a Angelici, otro visitante de Bullrich. De acuerdo a su currículum pasó por Asuntos Internos de la Policía Metropolitana e ingresó a la AFI el 27 de mayo de 2016. Es decir, un mes y medio después de la anteúltima reunión en el ministerio de Seguridad.
En el sexto y último encuentro en el ministerio a cargo de Bullrich, Pinamonti ya era agente de la AFI. Tenía casi un año como espía. La reunión se dio en una fecha que no parece casual: días antes de que se formalizara el proyecto de la exSIDE para hacer un espionaje masivo e ilegal en la provincia de Buenos Aires. El Proyecto AMBA, que se creó formalmente en abril de 2017. Tal como reveló Ramos Padilla, el espionaje masivo e ilegal había comenzado meses antes.
Bullrich-Montoto
El empresario Mario Montoto, presidente de la Cámara de Comercio argentino-israelí y muy vinculado a la tecnología de la seguridad, registra al menos 16 visitas al ministerio de Seguridad. Nueve fueron para ver a Bullrich.
Montoto fue citado como testigo en el caso D’Alessio. Es uno de los contactos con los que más mensajes intercambió el espía ilegal que se presentaba como agente de la DEA. Incluso le reportaba operaciones. Hasta hay fotografías entre Montoto, D’Alessio y un juez que tuvo contacto con el falso abogado: Claudio de la Cárcova, integrante del fuero Penal Económico.
Uno de los encuentros con Bullrich fue 6 días antes de que D’Alessio visitara a la ministra.
Bullrich-Santoro: de Pérez Corradi al Memorándum con Irán
El operador de Clarín Santoro, parte importante de la banda de D’Alessio, también visitó a Bullrich en el ministerio de Seguridad. Figura con 8 ingresos. Cinco fueron a la Unidad Ministerial y dos a la Dirección de Comunicación (una fue para una entrevista con la ministra) y la última se dirigió a la Unidad de Auditoría interna. Varios de sus ingresos coinciden con notas sobre el caso Pérez Corradi y Memorándum con Irán.
Santoro está muy vinculado a D’Alessio. Fue procesado por Ramos Padilla y recibió luego una falta de mérito por parte de la Cámara Federal de Mar del Plata, que aún debe resolver una ampliación de su procesamiento que había resuelto el entonces juez de Dolores. Recientemente, fue procesado en otro expediente vinculado a D’Alessio que tramita en Comodoro Py: el del empresario Gabriel Traficante. El juez Luis Rodríguez consideró al empleado jerárquico de Clarín “partícipe necesario” en la tentativa de extorsión de la banda de D'Alessio a aquel empresario.
El primer ingreso de Santoro al ministerio fue el 13 de enero de 2016. Fue a entrevistar a la ministra. Al día siguiente, Clarín publicó un reportaje de Santoro a Bullrich sobre la entrega de Ibar Perez Corradi.
El mismo 14 de enero de 2016, Santoro también publicó: “El Gobierno levantó el secreto para que declaren todos los espías en el caso Nisman”.
Dos días después cargó contra Juan Martín Mena en Clarín: “Perfil del ex jefe de inteligencia K. Mena, el ideólogo del pacto con Irán”. “Fue el abogado que asesoró en la redacción del acuerdo. Participó de las negociaciones con Irán”, atacó el periodista al actual viceministro de Justicia.
El 15 de junio de 2016, Santoro vuelve a ver a Bullrich. Cuatro días después publicó: “Las razones de la caída de Ibar Pérez Corradi. Un ‘financista’ que se quedó sin apoyo político, policial y de la ex SIDE”. Allí, publicó: “Su captura fue gracias a la decisión de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de encontrarlo y de lograr un acuerdo con Paraguay y al hecho que perdió la protección política que tuvo hasta el 2015”. Siguiendo la línea de la operación que orquestó el macrismo intentó asociar al detenido con Aníbal Fernández.
El 20 de marzo de 2017, Santoro vuelve al ministerio de Seguridad. En esta ocasión, a la dirección de Comunicación. Al día siguiente, Santoro publicó: “Las razones ocultas del pacto por el atentado a la AMIA. El objetivo iraní siempre fue dar de baja las capturas”. La nota está ilustrada con una foto de Bullrich. Una vez más, fue un ariete de las operaciones mediático-judiciales del macrismo: “Desde que Macri asumió la presidencia, Patricia Bullrich y el entonces vicecanciller Carlos Foradori fueron forcejeando para que las trampas del kirchnerismo no sepulten la única herramienta que queda para intentar detener a los iraníes: las alertas”, escribió en esa nota.
No fue su única nota sobre el tema. Ese mismo día también publicó: “AMIA: descubren que Timerman permitió flexibilizar las alertas rojas de los iraníes”.
Sus visitas dejan en evidencia cómo operó el gobierno de Macri vía Clarín y el Poder Judicial para apuntalar causas emblemáticas del Lawfare.
Bullrich y tres jueces vinculados a D’Alessio
De acuerdo al juez Ramos Padilla “nos encontramos también con varios jueces que aparecen vinculados con distintos grados de cercanía” a D’Alessio. “Ellos son Marcelo Aguinsky, Claudio Bonadío y Claudio Gutiérrez De la Cárcova”. Casualidades de los tiempos macristas: todos ingresaron en distintos momentos al ministerio de Seguridad para entrevistarse con Bullrich.
Aguinsky, titular del juzgado en lo Penal Económico Nº 6, registra dos ingresos para ver a Bullrich, uno grupal, del 5 de mayo de 2016; y otro individual del 22 de abril de 2019. El segundo no figura en el registro único de audiencias.
De la Cárcova, presidente del Tribunal Oral en lo Penal Económico Nº 2, también registra dos ingresos: el 9 de marzo de 2016 y el 11 de abril de 2018. Ninguno figura en el registro único de audiencias.
Uno de los objetivos de la banda de D’Alessio fue la causa Mafia de los Contenedores. Al respecto, Ramos Padilla escribió: “Desde los inicios de aquella investigación la organización realizó extorsiones con información privilegiada. También se llevaron adelante distintas reuniones entre Marcelo D’Alessio, Daniel Santoro y el juez a cargo de la investigación y entre el primero, Mario Montoto y el presidente del Tribunal Oral que llevó adelante el juicio. Incluso, se halló en poder de D’Alessio un informe guardado bajo el nombre ‘Aguinsky informe’, dirigido precisamente a ese juez, con amplia y diversa información de inteligencia vinculada a la investigación a su cargo”.
La cantidad de visitas a Bullrich que realizaron los integrantes de la banda de D’Alessio y sus contactos deja al descubierto cómo funcionaron los engranajes del Lawfare durante el gobierno de Macri y el rol protagónico de la entonces ministra y hoy jefa de Juntos por el Cambio con ambiciones presidenciales.