“La gente de calle tenía una oficina, un lugar en Mataderos que llamaban ‘La Cueva’”, declaró en su indagatoria Alan Ruiz, director de Operaciones Especiales de la AFI macrista y jefe de los Super Mario Bros. “La Cueva” era una de las bases de operaciones de esta banda y funcionaba en el 1º piso de un edificio ubicado en la calle Pilar al 1460. “Ese lugar tenía una mezcla de agentes orgánicos, gente que vino en comisión de la Policía de la Ciudad y gente que no era de ningún lado”, contó Ruiz. Por allí desfiló hasta Susana Martinengo, ex coordinadora de Documentación Presidencial con oficina en la Casa Rosada, tal como confirmó la exfuncionaria en su indagatoria. Dijo que allí se encontró con el barra de Boca, Rafael Di Zeo.
“Un departamento chiquito. Tenía como un comedor grande, una cocina y un bañito. Siquiera tenía pieza ni nada. Y un balcón”, describió el policía porteño y ex AFI, Jorge “Turco” Sáez, una especie de jefe intermedio de esta banda, ante la Comisión Bicameral de Control de los organismos de Inteligencia.
“Ese era un departamento que usábamos a modo de base”, indicó el también policía de la Ciudad y ex AFI, Leandro Araque, en la comisión parlamentaria. Y explicó por qué necesitaban ese inmueble: “Nosotros apenas llegamos a la AFI nos alquilaron un departamento, que era propiedad de Mercedes Funes Silva. Alquilamos ese departamento con la idea, nos había dicho Dalmau en su momento, de que no nos conociera el resto de los agentes que reportaban en la Agencia”. Funes Silva, “Mecha”, es otra de las policías de la Ciudad y ex AFI que integró esta organización. En su declaración en el Congreso, esta agente afirmó que el departamento es de un familiar suyo y que se lo alquiló al organismo de inteligencia luego de que “en el mes de julio o agosto de 2016”, Sáez le dijera que “la AFI necesitaba alquilar un lugar en esa zona de la ciudad”. Contó que pactó un alquiler mensual de siete mil u ocho mil pesos. “A partir de ese momento, Sáez y Araque se hicieron cargo de la unidad y si debía concurrir, ellos debían estar presentes porque yo ya no tenía llaves”, se deslindó. También agregó que una escribana que cumplía tareas para la AFI “se constituyó en el lugar” para verificar “la existencia de la locación”. No obstante, su abogado José Vera explicó que no se firmó ningún contrato, “que fue todo verbal”.
Por esa base de operaciones desfilaron varios integrantes de la banda de los Super Mario Bros. Y hasta Susana Martinengo, exfuncionaria en la Casa Rosada, tal como aseguró la propia Martinengo en la indagatoria que prestó este jueves, cuando la causa todavía tramitaba en el juzgado a cargo de Federico Villena. Según relató, Martinengo se reunió en ese departamento una vez con Sáez y Araque y que "de casualidad" se topó allí con Di Zeo, quien le pareció un encanto. Martinengo era uno de los contactos que tenía esta banda de espías en la Casa Rosada. Constan varios registros de visitas de agentes a su oficina.
“En la calle Pilar estaba Leandro Araque; Angelito, que murió, un retirado; otro retirado, el "Gallego" Laperica, que murió también, pobrecito, un hombre buenísimo. Murieron los dos ese año, uno en marzo y otro en junio. Y, después, me quedé yo con Leandro Araque”, relató Sáez en el Congreso. “En ese ínterin entra a la AFI un muchacho que hoy es subcomisario de la Policía de la Ciudad, Marcos Barbosa, que él sí viene de la mano de Gustavo Arribas”, agregó.
Alan Ruiz afirmó que más gente reportaba en ese lugar. Así lo narró en la declaración indagatoria que prestó en el marco de la causa por espionaje ilegal contra Cristina Kirchner, la primera que avanzó en el juzgado de Juan Pablo Augé. Dijo sobre "La Cueva": “Ese lugar tenía una mezcla de agentes orgánicos, gente que vino en comisión de la Policía de la Ciudad y gente que no era de ningún lado. Empecé a preguntar y ahí me encontré con que Jorge Sáez, había traído dos personas de la Policía de la Ciudad en comisión, Leandro Araque y Mercedes Funes. Además había tres agentes orgánicos, o sea de la estructura, que eran Facundo Melo, Emiliano Matta y Belén Sáez, hija de Jorge Sáez”.
En su declaración, Ruiz dejó en claro el quiebre que se produjo en el grupo. Dijo que “Melo, Araque y Sáez no querían estar dentro de la agencia, que ellos tres querían estar afuera de la base, como habían arreglado con el director anterior”, en referencia al director de Contrainteligencia de la AFI macrista hasta 2018, Diego Dalmau Pereyra. “Tenían vehículos, computadoras y el departamento este que alquilaban”, agregó.
Según Ruiz, en La Cueva “había otras personas que yo entendía que eran fuentes, y estaban trabajando ahí con ellos”. Entonces dio mayores precisiones sobre “Angelito”: dijo “que era un ex servicio penitenciario y que vendía dólares en una cueva de la calle Florida. Le pedí a Sáez que lo eche”. Sáez “lo utilizaba para ir a manifestaciones y a alguna marcha”, comentó. Y resaltó que “siempre lo veía en ‘La Cueva'” y que “no estaba ni en comisión ni era agente orgánico de la agencia”. También aseguró que “un tal Tano Ciccarelli, que estaba obsesionado con el intendente de Avellaneda”, Jorge Ferraresi, y que era expolicía “trabajaba en ‘La Cueva’”. E hizo mención a “Roly”, un expolicía de la Bonaerense y a “otro más que no recuerdo el nombre que hacía de chofer de Sáez”, añadió. Cuando en la indagatoria le preguntaron a Ruiz si conoció el departamento de la calle Pilar y lo visitó, dijo que sí.
Todo indica que Sáez tenía ascendencia en “La Cueva”: “Cuando ‘el Turco’ Sáez necesitaba algo, concurría a la oficina que él tenía en la calle Pilar, pero por algún requerimiento en particular”, dijo el abogado y ex AFI, Facundo Melo, ante la comisión bicameral de Inteligencia. “A la base de Pilar fue infinidad de veces. Habré ido un montón de veces”, indicó y aseguró que era la base de la cual “dependía”, que allí Sáez tenía a cargo a su gente.
“¿Y ahí quién era el jefe?”, le preguntaron en la bicameral a Melo. “En realidad el encargado del grupo era ‘el Turco’ Sáez”.“¿De quién recibías vos órdenes?”, le repreguntaron. “Yo, en realidad, pertenecía a un grupo que dependía del ‘Turco’ y las instrucciones o las directivas se las daba Ruiz. ¿Por qué me consta esto? Porque si Ruiz no impartía directivas, el grupo estaba prácticamente sin actividad. De hecho, todo el último año, cuando se da el conflicto con Ruiz, que prácticamente no confiaron en Sáez ninguna tarea más, no se hizo prácticamente más nada”, respondió.
Un día, Sáez convocó a Melo al departamento de la calle Pilar para conversar con Ruiz. “Voy al lugar. Estaba Sáez, estaba Araque y estaba Ruiz. Me presento. Él ahí había tomado conocimiento de que yo estaba patrocinando a uno de los detenidos en la causa Independiente. Y me hace tres planteos”, relató Melo. Fue entonces, según la narración de Melo, cuando Ruiz le pidió que oriente la declaración del barrabrava de Independiente Damián Lagaronne contra Pablo y Hugo Moyano, dirigentes de ese club de Avellaneda. Por el contrario, en su indagatoria Ruiz aseguró que Melo le ofrecía a su defendido “para que diga lo que quiera” y que él rechazó esa "oferta". También dijo que tanto Araque como Melo tenían "una relación" con el barra de Boca, Maxi Mazzaro.
Según Melo, en la misma Cueva, Alan Ruiz le hizo escuchar un audio suyo de una conversación que mantuvo con su cliente Lagaronne en la alcaidía N° 3 de Melchor Romero, donde estaba detenido. De allí dedujo que esa unidad penal estaba “cableada”, lo que efectivamente fue constatado por la Justicia.
¿Quién fue el responsable del alquiler de “La Cueva”? Diego Dalmau Pereyra. El exdirector de Contrainteligencia de la AFI macrista se defendió en la comisión de Inteligencia diciendo que no era una base de operaciones sino un departamento. “Cuando se instala el departamento –no era una base, era un departamento– estábamos en un momento en el yo estaba mudando la base de la calle Estados Unidos hacia la base que se armó en Villa Martelli”, se intentó justificar. “La realidad es que no tenían dónde trabajar Saez, Araque y Mercedes Funes, porque ellos estaban haciendo trabajos particulares. No eran trabajos que estaban dentro de toda la estructura de funcionamiento de la casa. Y venían de otra organización”, siguió con su relato. “No era inicialmente armar una base ni nada por el estilo, sino que surgió porque la madre de Mecha creo que tenía un departamento libre, y yo lo autoricé. No fue un tema de ocultamiento ni mucho menos. Fue un tema de practicidad”, añadió.
Ante esta situación, en la bicameral parlamentaria le preguntaron de quién dependía el personal que hacía base en el departamento de la calle Pilar. “Cuando yo las instalé dependían de mí”, respondió Dalmau Pereyra. “¿Dependían directamente de usted?”, le repreguntaron. “Cuando eran los tres, antes, y en algún momento, hasta que llegó Alan Ruiz, dependían de mí”, contestó.
Todo indica que algo pasó con el arribo de Ruiz a la AFI y esa base de operaciones. “Llegado el mes de mayo de 2018, se me informó que ya no debía concurrir a calle Pilar, desde ese momento tendría que reportar a la base ubicada en las inmediaciones de Tecnópolis, en la localidad de Villa Marteli; allí cumplían estrictos protocolos de ingresos”, señaló Funes Silva en su declaración ante el Parlamento. Ese mes, Dalmau Pereyra comenzó a despedirse de su cargo. Empezaba el tiempo de Ruiz, que fue nombrado director de Operaciones Especiales. Respondía directamente a Silvia Majdalani, la subdirectora de la agencia.
Es evidente que por aquellos días algo se quebró en el grupo. Y Sáez, Melo y Araque se distanciaron. Una de las versiones es que el problema fue por el dinero de los viáticos que provenían de los fondos reservados de la AFI.
Hoy, todos están detenidos en el marco de la causa por espionaje ilegal que tramita en los tribunales federales de Lomas de Zamora.