Con el salto en el último bimestre, la inflación se estableció claramente como la principal preocupación de los argentinos: así lo cree un 48,4% del país, porcentaje que crece un poco más de cuatro puntos cuando se lo centra exclusivamente en la clase media. No es para menos dado que un 90% de los consultados informó que había que tenido que hacer recortes en sus consumos. Como es de imaginar, entre los rubros que sufrieron la poda están en primer lugar las salidas y la indumentaria, pero también allí figuran los alimentos, con un 45,9% de argentinos que debió modificar su manera de alimentarse. El dato no deja de preocupar porque según encuestadoras privadas en la primera quincena de mayo la suba de los alimentos no sólo no se detuvo sino que se aceleró, tema que seguramente será central en la reunión de gabinete de este jueves.
Los datos surgen del último estudio "Termómetro de clase media" que elaboran las consultoras Trespuntozero, que dirige Shila Vinker, y el Grupo de Opinión Pública, de Raul Timerman. En el tracking mensual que realizan respecto a cuál es la principal preocupación, la inflación pegó un repunte en paralelo al que experimentaron los porcentajes del Indec. Así, en marzo pasado un 34,4% respondía su preocupación que era la inflación, número que subió al 48,4% en mayo. El trabajo se completó con focus groups y se diferenció entre los votantes de Alberto Fernández y de Mauricio Macri en 2019.
"Los relatos son profundamente angustiosos y describen el esfuerzo que hay que hacer para lograr acomodarse a esta incertidumbre económica", describe el estudio acerca de los testimonios recogidos. Un panorama de compras que se reducen al mínimo y se fragmentan para cumplir con las necesidades justas, al tiempo que se abandonan salidas o compras tales como un par de zapatillas, que entran en el terreno de lo lujoso. “Es increíble que hoy por hoy es un gusto hasta un delivery o ir al cine o McDonalds. Hay cosas básicas que ahora son lujos", es un testimonio de uno de estos encuestados de clase media. En concordancia con esto, también se reducen las posibilidades de proyectar a futuro, punto que incide en el humor social y es clave para cualquier expectativa electoral para 2023.
Un 89,3% a nivel país y un 91,3% en lo referido a la clase media dijo haber tenido que hacer recortes en sus gastos. Curiosamente, varía un poco cuando se hacen los números de acuerdo a sus simpatías políticas. Hay más votantes de Macri (94,3%) que dicen haber sufrido la inflación que de Alberto Fernández (86,1%). En el detalle de los rubros que tuvieron que recortar hay una diferencia muy significativa entre el sondeo realizado a nivel país y en el que se diferencia específicamente a la clase media. En el total país, hay tres primeros rubros casi en el mismo nivel: salidas y entretenimiento (47,9%), alimentos (45,9%) y ropa (45,5%). En cambio, en los consumos de clase media bajan más salidas y entretenimiento (49,4%) y ropa (29,5%) que alimentos (21,7%).
Del estudio de Trespuntozero y el Grupo de Opinión Pública surge que los encuestados que son jefes y jefas de hogar comentaron que redujeron el consumo de carne y leche y que buscaron reemplazarlos por otros alimentos de menor precio, tratando de mantener la calidad. "Yo a mis hijos les daba dos o tres veces por semana carne y ahora con suerte puedo darles una vez por semana. Les doy legumbres, pollo y cosas así que son más baratas pero no es lo mismo", fue uno de los testimonios recolectados.
Hay allí también una cuestión cultural argentina que asocia el comer bien con el comer carne. "Por lo tanto reducir las cantidades semanales de consumo de carne supone un problema nutricional. También es un impacto cultural", analizó el trabajo. Un 22,9% a nivel país y un 18,5% en clase media respondió que dejó de comer carne, en tanto que un alredor de un 60% y 66%, respectivamente, dijeron que comen la que pueden mientras que sólo un 10% aseguró comer toda la carne que quisieran.
El índice de inflación, en especial en el rubro alimentos, seguro será el principal tema a tratar en la reunión de gabinete convocada por Juan Manzur para este jueves bien temprano. El ministro de Economía, Martín Guzmán, apuesta a una paulatina normalización de las principales variables macroeconómicas, alteradas por la guerra en Ucrania y la disparada de los precios de las commodities a nivel internacional. El martes, Guzmán se reunió con el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, para discutir posibles nuevas medidas. Feletti se pronunció públicamente por una suba de retenciones a las exportaciones de cereales que sirva para descoplar los precios internacionales de los locales. "No se van a aumentar los derechos de exportaciones, la decisión está tomada por el Presidente y cada funcionario debe respetar las decisiones del Presidente”, avisó Guzmán en una entrevista.
Los fideicomisos, planteados como alternativa "consensuada" a la suba de retenciones, no parecerían estar funcionando como se esperaba. La consultora Eco Go, de Marina Dal Poggetto, detectó una nueva escalada de precios en la segunda semana de mayo, por lo que la primera quincena del mes resultó con subas aún más altas que en meses anteriores. De acuerdo a estas estimaciones privadas, los precios de los alimentos en mayo subiría otro 5,5%, por encima del índice previsto. De confirmarse, el Gobierno tendrá que pensar en políticas más efectivas que las puestas en marcha hasta el momento.