En 24 horas cambió todo en el armado del futuro gobierno de Javier Milei. El presidente electo abandonó la idea de una gestión con sello propio, evitando padrinazgos, y se arrojó a los brazos de Mauricio Macri. Finalmente, Luis "Toto" Caputo sería el ministro de Economía y esa decisión disparó otras. Emilio Ocampo, el ideólogo de la dolarización, ya no presidirá el Banco Central y será reemplazado por Demian Reidel, otro ex funcionario macrista. Es decir, ni dinamita para el BCRA, ni dolarización, de las pocas promesas que Milei aún mantenía. Carolina Píparo tampoco irá al Anses y su lugar quedaría para Osvaldo Giordano, el ministro de Economía de Juan Schiaretti en Córdoba, con lo que al armado de "gobernabilidad" con el macrismo se sumaría el peronismo cordobés. El escenario se completaba con la designación de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad -relegando a la vicepresidenta Victoria Villarruel- y, probablemente, con Florencio Randazzo en la presidencia de la Cámara de Diputados. "La casta tiene empleo", era el nuevo cantito.
La resistencia de Milei duró lo que un suspiro. Después de su impactante triunfo en el balotaje mostró juego propio confirmando a Nicolás Posse como jefe de Gabinete y Mariano Cúneo Libarona como ministro de Justicia, ambos salidos de la Corporación América. A Justicia, en especial, le había echado el ojo Macri que quería allí a Germán Garavano, procupado por sus causas judiciales. El ex presidente también ambicionaba manejar YPF a través de Javier Iguacel, pero Milei designó a Horacio Marín, hombre del grupo Techint. Parecía que Macri mordería el polvo ante las señales de juego propio del presidente electo, pese a su apoyo decisivo para el balotaje. Pero eso duró hasta ayer.
Federico Sturzenegger ya se había caído como opción para ocupar el ministerio de Economía. Comentaban que no estaba de acuerdo con la idea prioritaria de rescatar las Leliqs a través de una millonaria operación financiera en dólares en la que venía trabajando Toto Caputo. Un dato significativo fue que Caputo acompañara a Posse en el primer zoom que mantuvieron con las autoridades del FMI. "Tiene la experiencia necesaria para desarmar la situación que tenemos", dijo luego Milei cuando le preguntaron si podría ser su ministro. La situación se habría terminado de decidir en una reunión que Posse mantuvo ayer a la mañana con Caputo en el hotel Four Seasons. Caputo, que había aducido "motivos personales" para no aceptar un primer tanteo, terminó diciendo que sí, pero al frente de un esquema propio donde los libertarios no tenían lugar.
Caputo, presentado en su momento por Marcos Peña como "el Messi de las finanzas", fue presidente del Banco Central y secretario y ministro de Finanzas durante el gobierno de Macri, cuando lanzó aquel recordado bono a 100 años. Un símbolo del hiper endeudamiento. Toto es primo de Nicky Caputo, el "hermano de la vida" de Macri, y del escribano Claudio Caputo, el padre de Santiago Caputo, el principal asesor de la campaña de Milei. Todo queda en familia.
Ocampo, quien tuvo un papel protagónico en la campaña al presentarse como el ideólogo de la dolarización, salió eyectado de la presidencia del BCRA, donde Milei lo había designado para que "dinamitara" la institución. Un excéntrico, el economista libertario no era bien visto por los mercados y a Milei le comenzaron a llegar sugerencias para que lo reemplazara. Reidel ya ocupó una vicepresidencia del Central durante la gestión de Sturzenegger, en la presidencia de Macri. De Sturzenegger, en tanto, se decía que podía terminar en una cartera de Modernización para hacer el ajuste del Estado. Una curiosidad, ya que ese ministerio no figuraba en el plan original de Milei. Es decir, crearían un ministerio para achicar el Estado.
Poco después de que Carolina Píparo anunciara que había acordado reunirse en lunes con Fernanda Raverta para iniciar la transición en la Anses, surgió fuerte la versión de que al frente del organismo finalmente quedará Giordano, el economista de Schiaretti. Giordano ya había dado la nota durante la campaña cuando se ubicó en la primera fila de la presentación de Carlos Melconian como economista de Bullrich. La jusitificación fue que se realizaba en la cordobesa Fundación Mediterránea. Schiaretti, resultó notorio, evitó apoyar a Sergio Massa en el balotaje. El domingo pasado, Milei se impuso en su provincia por 74 a 26%.
La posibilidad de un acuerdo de Milei con el peronismo cordobés comenzó a tomar volumen cuando surgió el nombre de Florencio Randazzo como presidente de la Cámara de Diputados, dejando atrás a Cristian Ritondo, quien ya se pobraba el saco. La idea la impulsa el designado ministro del Interior, Guillermo Francos, quien entiende que con Randazzo no sólo sumaría al peronismo cordobés -fue compañero de fórmula de Schiaretti- sino a parte del peronismo del interior, que anda en busca de un interlocutor para conversar sobre sus problemas. Randazzo fue ministro del Interior en el gobierno de Cristina Kirchner y conoce las necesidades de las provincias.
Ante tantos cambios, Milei evaluó suspender el viaje espiritual que tenía previsto realizar el viernes a Estados Unidos e Israel. Desde el interior del Hotel Libertador no paraban de surgir versiones de nombramientos para desesperación del entorno del libertario, que advertían que lo único oficial era lo que se publicaba en las redes a través de la cuenta del presidente electo. Pero desde Juntos por el Cambio confirmaban que Bullrich finalmente recalaría en Seguridad, el ministerio al que había prometido no volver. Un "sacrificio" de la ex candidata en pos del mega acuerdo con la nueva gestión. Originalmente de esa tarea se ocuparía Villarruel, pero la vice -como Píparo y Ocampo- tuvo su propio plan motosierra. Con todo, aún no se sabe qué ocurrirá con Defensa. Bullrich se había posicionado en contra de una fusión como la que pretendía Villarruel.
Fue un día extraño en el Libertador, en el que muchas certezas que existían sobre el gobierno entrante quedaron en el aire. En el esquema de gobernabilidad que pergeñaron Posse y Francos -que, indudablemente, tienen un peso decisivo en las decisiones del titubeante Milei-, La Libertad Avanza gestionará junto al macrismo y el peronismo federal, que esperan desembarque de la mano de Schiaretti y Randazzo. Ya no será un gobierno libertario ni anarco capitalista, sino algo más parecido al "segundo tiempo" que pretendía Macri, con funcionarios que se repiten de su gestión y el agregado del peronismo cordobés, con el que siempre tuvo un vínculo fluido. Lo más curioso: Macri consiguió todo eso estando de viaje en Dubai, a más de 13 mil kilómetros de distancia.