En un momento de inestabilidad e incertidumbre, en el equipo de Sergio Massa entienden que el mejor capital del ministro es su personalidad y sus conocimientos frente a la gran incertidumbre que representa alguien como Javier Milei, que aparece como un generador de caos a su alrededor. "Massa es trabajo, diálogo y responsabilidad. Es una elección para adelante, hacia el futuro. Milei con el apoyo de Mauricio Macri es una vuelta a las políticas del pasado", afirmaban en el comando de campaña de Unión por la Patria los futuros ejes de mensaje. Hubo una indicación para que esta semana todos mantuvieran un perfil bajo para que sólo resonara la estridencia de la pelea en la oposición, pero imaginaban que a partir de la semana que viene la situación será diferente. "Ellos se van a ordenar, pero de última esta elección terminará siendo candidato contra candidato y ahí Sergio tiene todas las de ganar", definía un funcionario cercano a Massa.
Fue una semana atípica para Unión por la Patria. Luego de sufrir durante mucho tiempo las divergencias internas, esta vez tocó observar la implosión de Juntos por el Cambio mientras que el oficialismo se mostraba ordenado como nunca. "Cuando los peronistas olemos el triunfo, nos concetramos en hacer las cosas bien", definía un dirigente que participó de las reuniones de esta semana. Primero, Massa con Axel Kicillof y los intendentes bonaerenses convenciéndose de la necesidad de redoblar los esfuerzos en el distrito principal del país para asegurar la victoria el 19 de noviembre. Luego, el candidato con todos los gobernadores del oficialismo para una gran foto de apoyo y unidad, ofreciendo la contraparte exacta de lo que se veía en la otra vereda. El orden que Massa propone para su gestión, ya comenzó a ponerlo en práctica en la coalición oficial, sostenían.
Después del encuentro, Massa volvió en público en su planteo de un futuro gobierno de unidad nacional. "Nueva mayoría" era el eslogan que lo acompañaba desde antes de ser candidato a presidente, que ahora reactualiza con esta propuesta. Milei, en cambio, archivó sus invectivas contra la "casta" política -que le permitió solidificar un 30% de apoyo del electorado- para abrazarse a la prédica de antikirchnerismo furioso de Macri y Patricia Bullrich. "La grieta se murió, empieza una nueva etapa", proclamó Massa la noche del domingo electoral, entendiendo que representaba a una mayoría de la sociedad harta de los enfrentamientos y la obstrucción a la gestión. "Argentina Sí", rezaba la nueva gráfica con mensaje nacional y positivo que se veía detrás suyo. La nueva alianza de ultraderecha, en cambio, apuntaría a crecer en base a grieta y más grieta.
Un funcionario cercano a Massa entendía que después de estos días de gritos cruzados, la entente opositora conseguiría emprolijarse y el apoyo de Macri y Bullrich -junto algunos de sus legisladores y ex funcionarios- le serviría a Milei para mostrar una construcción un poco más sólida alrededor suyo. La historia reciente en la región muestra que los balotajes suelen ser más parejos de lo que se supone de antemano. Ahí está el recuerdo del triunfo de Lula sobre Jair Bolsonaro por menos del dos por ciento. La suma de los 30 puntos de La Libertad Avanza más de los casi 18 de Bullrich en las PASO permitirían imaginar una cosecha cercana al 50 si consiguieran unificar el voto propio. "Que ellos son el cambio contra Massa que es la continuidad es un punto a su favor, van a pivotear en base a esa idea y a algunos van a engancharse", comentaban cerca del ministro.
Massa viene conversando con dirigentes radicales y del peronismo del PRO. Esperaba seguir sumando adhesiones -o, al menos, compromisos públicos de neutralidad-, lo mismo que desde fuerzas provinciales, el cordobesismo y la izquierda. Una muy amplia construcción con la que plantea promover grandes acuerdos, a diferencia de lo que se ve en el fracturado Juntos por el Cambio, partido en varios pedazos. Es decir, Massa proyecta acuerdos con fuerzas políticas, sociales, empresariales. En tanto, el gobierno de unidad nacional estará integrado con los mejores cuadros provenientes de esas organizaciones. Massa lo planteará así en sus próximas apariciones.
A esa idea de un gran consenso, Milei y Macri contraponen la de una gran confrontación. "Eso genera desilusión en los votantes moderados como los que eligieron a Juan Schiaretti, a Rodríguez Larreta en primera vuelta o al radicalismo en el interior", interpretaban en el comando massista. "¿Cómo van a generar la confianza y la estabilidad que necesita Argentina con un pacto secreto que le generó desconfianza a sus propios aliados?", se preguntaban. Voceros mediáticos que durante años sostuvieron la pelea cultural de derecha que propuso el macrismo, en los últimos días aprecieron criticando el acuerdo con Milei y en algunos casos anticipando su voto a Massa.
En el comando, optimistas, veían un amplio terreno en el que Massa podía seguir sumando voluntades. De todas maneras, sabían que en último caso los balotajes se definen en la balanza de candidato contra candidato. La entrevista televisiva de Milei de esta semana, donde se lo vio tan desenfocado en su conversación con el conductor Esteban Trebucq, resultó una muestra cabal de esa imprevisibilidad que le adjudican. Los estudios muestran que los votantes de Bullrich tienen como prioridad el orden, la estabilidad, la seguridad y una educación pública de calidad. Son valores que en UP veían en mejores condiciones de estar representados por Massa que con alguien como Milei, quien supo ser agresivo e intolerante con la propia ex ministra, además de un estado de ánimo que pasa de la euforia al enojo y del enojo al llanto en cuestión de minutos. A diferencia de Massa, el libertario se pasó su campaña insultando a quienes debía ir a pedir sus votos para el balotaje.
En la última encuesta de la Celag, realizada bastante antes que esta entrevista en A24, ya un 58% consideraba a Milei una persona inestable emocionalmente, una característica poco adecuada para ocupar la presidencia en un país como Argentina. Alfredo Serrano Mancilla, a cargo del estudio, empezó a hablar entonces del techo del libertario para una segunda vuelta. Los dos porcentajes casi idénticos obtenidos por La Libertad Avanza en las primarias y las generales volvieron muy válida esa suposición. Con su apresurada apuesta al apoyo de Macri y Bullrich, Milei buscó sumar adhesiones para romper ese techo rígido. Lo que no podrá es modificar sus características personales, por lo que en el entorno de Massa se mostraban confiados en que la comparación terminará inclinando la elección definitiva para el lado del ministro.