Sergio Massa viajará este lunes a última hora a Washington para cerrar la negociación por los desembolsos que debe aprobar el directorio del FMI, que le permitirán cubrir los pagos hasta fin de año y cerrar un frente que le trajo varios dolores de cabeza. Sin ir más lejos, la devaluación decidida el lunes pasado, que el ministro y candidato definió como una "imposición" del organismo. El objetivo es conseguir del directorio una extensión de los 7.500 millones de dólares, cuestión de asegurar un extra para fortalecer las reservas y, de ser necesario, contar con poder de fuego para intervenir en los mercados y mantener a raya la cotización de los paralelos. Sostener la estabilidad de las principales variables hasta las elecciones es el objetivo primordial de Massa, con medidas de recomposición de los ingresos que ayer se estuvieron evaluando y anunciará a la vuelta de su viaje.
Todavía se terminaba de definir la agenda de martes y miércoles en la capital norteamericana, que incluiría reuniones con autoridades de la Casa Blanca y del Departamento de Tesoro. Los asesores especiales Jake Sullivan, Juan González y Chris Dodd suelen ser interlocutores del ministro en sus viajes a Estados Unidos. El triunfo en las primarias de Javier Milei y su idea de dolarizar despertó mucha inquietud en Estados Unidos, incluyendo declaraciones de rechazo de parte de varios ex funcionarios como fue el caso de Mark Sobel. En un largo artículo, el influyente ex integrante del Departamento del Tesoro y representante ante el FMI advirtió que "no hay soluciones mágicas, sólo trabajo duro" para la Argentina. Los únicos que recibieron con alegría el resultado fueron los halcones del Partido Republicano más cercanos a Donald Trump.
Por eso, Massa esperaba contar con la colaboración del equipo de Joe Biden para que el encuentro con el staff del Fondo salga como espera y cuente con respaldo económico para transitar los dos meses de campaña con tranquilidad. Si Massa se dedicó durante su carrera a generar buenos lazos con el Departamento de Estado -de lo que no reniega- será el momento para ponerlos en funcionamiento. El ministro también se reunirá el martes con funcionarios de otros organismos internacionales con sede en Washington como el Banco Mundial y el BID y con integrantes del Departamento del Tesoro que encabeza Janet Yellen. El embajador Jorge Argüello trabaja en la preparación de la agenda.
El miércoles, en tanto, será la reunión del directorio anunciada hace dos semanas, antes del inicio del receso de verano. El nuevo acuerdo incorporó el impacto de la sequía -calculada por Economía en 20 mil millones de dólares- y relajó las exigencias de meta de reservas. Para afrontar los vencimientos, Massa debió utilizar parte del swap de China, un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y un crédito de Qatar, que ahora deberá reponer. Por eso, el objetivo de conseguir, además, una extensión de la suma convenida. Entre el anuncio del acuerdo y la materialización del reembolso ocurrieron las PASO. Los técnicos del Fondo quisieron conversar vía zoom con Milei, Patricia Bullrich y sus respectivos equipos para conocer sus planes.
En las entrevistas que dio esta semana, Massa se refirió en duros términos al FMI. Aseguró que en el inicio de la negociación el organismo exigía una devaluación del 100%, que luego quedó en un 60% y que él accedió únicamente al 20%, medida tomada el lunes posterior a las elecciones. “Argentina tuvo que tomar una decisión muy desagradable que fue la devaluación de su moneda por imposición del Fondo Monetario Internacional”, definió el ministro en Crónica TV. Recordó que el préstamo récord fue tomado por Mauricio Macri y que, como consecuencia de eso, ahora el organismo funciona como un síndico de una empresa en convocatoria, revisando las cuentas del país cada tres meses. En términos coloquiales, Massa definió al préstamo como un "perno", un "tomuer frío" o un "collar de sandías" con el que debe lidiar.
Es de suponer que las autoridades del organismo acepten esas expresiones en el marco de la campaña electoral, en la que el papel del Fondo terminó siendo gravitante. Luego de la liviandad con la que le otorgaron a Macri una cantidad de dinero exorbitante, ahora tienen con el gobierno de Unión por la Patria un nivel de exigencias mucho más elevado, y eso que se trata únicamente de los desembolsos para cancelar los pagos con el mismo organismo. En las entrevistas, Massa insistió que su objetivo es juntar la cantidad de dólares necesarios para cancelar la deuda y sacar al Fondo de la Argentina, como en su momento hizo Néstor Kirchner. Claro que ls cifras eran otras.
Massa espera coronar con un buen resultado su periplo americano junto con el anuncio de medidas de recomposición del poder adquisitivo, que se reclaman desde hace tiempo desde diferentes sectores del oficialismo. Anticipó la reapertura de paritarias y el otorgamiento de una suma fija para los salarios más bajos, junto con un aumento de las asignacionales familiares y un refuerzo de la AUH. Por otro lado, habría un bono para jubilados y pensionados. Este sábado hubo un encuentro del equipo económico, al que se sumó también la titular de Anses, Fernanda Raverta, para comenzar a evaluar las posibilidades de esta recomposición.
Esto se sumará a los acuerdos sectoriales para congelar precios que ya se cerraron y los que están en carpeta. El equipo que lidera el titular de Aduana, Guillermo Michel, ya anunció acuerdos sobre los precios de los combustibles, supermercados y mayoristas y medicamentos por tres meses, y se anticipan también medidas para el campo, la industria y las pymes. Las estimaciones privadas calculan que la inflación de agosto será más alta y rondará el 10%. Todo el esfuerzo está puesto en limitar esa suba y que baje en septiembre, en el índice que se conocerá en la semana previa a las elecciones del 22 de octubre.
Con un escenario de reservas estable que le permita manejar el valor de la divisa, la inflación inevitablemente alta pero controlada y la asignación de paliativos para los ingresos de cada sector, Massa espera llegar a los comicios cumpliendo la promesa de mantener "el timón del barco firme en medio de la tormenta". El ministro se mostró confiado en que la gente terminará valorando su decisión de agarrar la "papa caliente" cuando le hubiera convenido seguir tranquilo como presidente de la Cámara de Diputados. El resultado de las PASO puso un interrogante respecto a esa conclusión. Los próximos días resultarán clave para el escrutinio definitivo.