Las últimas encuestas de las elecciones 2023 muestran a Javier Milei acercándose ya a los 40 puntos, nutriéndose de los votos que Patricia Bullrich no logra retener de la primaria de Juntos por el Cambio. Lo llamativo es que el grueso de sus apoyos siguen llegando desde el interior del país. Para contrarrestarlo, Sergio Massa buscará activar el rol de los gobernadores del peronismo al relanzar su campaña el próximo sábado en Tucumán. Además, el aún gobernador Juan Manzur fue designado algo así como el jefe de campaña para el Norte -"es nuestro Manuel Belgrano", ironizaba un dirigente- y apuntará a movilizar la estructura partidaria para revertir la tendencia en esa región, que tradicionalmente votó al peronismo.
Tucumán fue uno de los resultados sorpresivos de las PASO. Allí, Massa y Agustín Rossi realizaron el acto más nutrido de su corta campaña y luego se encontraron con que Milei ganó la provincia por tres puntos. Manzur y su sucesor, Osvaldo Jaldo, le aseguraron a Massa que lo darán vuelta, como ya hicieron en las elecciones locales. El candidato viajará a Tucumán el viernes para compartir un asado con los gobernadores en la casa de Manzur, al que también están invitados los jefes de la CGT. El sábado se reunirá con quienes encabezan las boletas legislativas de las provincias norteñas y luego será el momento del gran acto con el que esperan darle impulso al inicio de la campaña para octubre.
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De esa manera, también buscarán dejar atrás algunos desencuentros de los últimos tiempos. La mayoría de los gobernadores decidieron desdoblar las elecciones provinciales y en el comando de campaña hubo quienes pensaron que hubo demasiada pasividad durante la campaña para las primarias nacionales. Incluso, circuló la versión de que Massa no era un candidato de su agrado, una curiosidad dado que fueron algunos gobernadores los que intervinieron para que sea el elegido. Para más, esta semana hubo mandatarios que avisaron que no pagarían el bono de 60 mil pesos dispuesto por el ministro de Economía y candidato como recomposición salarial luego de la devaluación impuesta por el FMI.
El gobernador riojano Ricardo Quintela se encargó de aclarar ambos puntos. Respecto al adicional, explicó que muchas provincias ya habían otorgado paliativos y que otras tenían aumentos con cláusula gatillo, así que no necesitaban otorgan recomposición. "Quieren instalar la idea de distanciamiento de los gobernadores peronistas con el Ejecutivo nacional y el candidato, eso es falso", marcó Quintela. El riojano reconoció que tal vez faltó énfasis en el primer tramo de la campaña y que el resultado los sorprendió, pero que el apoyo a Massa se mantiene firme y que eso se verá claramente el viernes y sábado en Tucumán. La Rioja fue otro de los triunfos inesperados de Milei y que, al igual que Tucumán, en el comando de UP están seguros de revertir.
Salta y Misiones, en tanto, están gobernadas por fuerzas provinciales aliadas. El gobernador salteño Gustavo Sáenz es amigo personal de Massa y en su provincia Milei sacó el porcentaje de votos más alto de todo el país. "Ya están trabajando para achicar esa diferencia, está claro que no imaginaron lo que podía suceder. La idea era al revés, que había que cuidar que se votara a Milei para que equilibrara a Juntos por el Cambio", explicaban. Los gobernadores ahora también pondrán en juego espacios de poder propios porque se elegirán senadores y diputados, así que el interés por hacer un buen papel se potencia. Ni hablar las que ese día también votarán gobernador como Catamarca y Entre Ríos.
Massa ya habló personalmente con la mayoría de los gobernadores, que le prometieron hacer todos los esfuerzos. También hay una búsqueda de movilizar a la militancia. El jefe de gabinete y candidato a vice Agustín Rossi encabezó esta semana una actividad desde la sede del PJ de la calle Matheu a la que se conectaron casi mil dirigentes del interior, donde pudieron escuchar algunos lineamientos del mensaje oficial con los que ir "casa por casa" a dar vuelta la situación. Con un justicialismo que parece con el freno de mano puesto, Rossi busca ocupar el rol de ser quien le hable a los militantes. "Massa está muy ocupado con las cuestiones de la gestión, así que Rossi está tratando de ocupar los lugares que quedan sin cubrir", explicaban en jefatura.
El voto en el interior se ve cada vez más decisivo. En provincia y ciudad de Buenos Aires los apoyos a Milei suben un poco, pero se mantienen en los niveles de una tercera fuerza. Un trabajo de la consultora Circuitos aparecido esta semana mostró que en la ciudad de Buenos Aires, donde el macrismo hace mucho que juega de local, Bullrich se mantiene al frente con el 36,1%, pero perdiendo muchos votos respecto al 48,3% que sumó Juntos por el Cambio en las primarias. Massa, en cambio, sube del 23,6 al 27,3% y el candidato libertario del 17,7 al 21,8%, en un tercer lugar a distancia. En la provincia, los últimos sondeos marcan que Unión por la Patria mantiene la delantera y asegura la relección para el gobernador Axel Kicillof, con Bullrich y Milei disputando el segundo puesto.
Por eso, a diferencia de lo que ha sucedido tradicionalmente en el país que los fenómenos políticos se "exportan" desde el AMBA hacia el interior, en esta ocasión sucedería lo contrario: el interior consagra a un candidato, que curiosamente es porteño y que en el primer tramo de la campaña ni siquiera visitó muchas provincias en las que triunfó. Sin embargo, fue el vehículo que encontró el elector del interior para expresar su enojo contra la "casta", una dirigencia nacional muy identificada con el área metropolitana. "Está subiendo en intención de voto en todo Cuyo, en Córdoba, en el NEA y en el Sur", aseguraba un encuestador que no podía mostrar sus datos pero que seguía con sus tracking periódicos. "Parecería que el peronismo dejó de representar a quienes representaba", interpretaba.
Esos números lo daban a Milei acercándose al 40% con Massa instalado como su seguidor pero con alrededor del 30%. Es decir, que una resolución en primera vuelta ya no es una hipótesis descabellada. Frente a eso había dos ideas. Una, como ya se explicó, centrar la disputa en esas provincias que solían ser peronistas, como las del norte del país. La otra, en cambio, potenciar el voto en los lugares donde el peronismo ganó, principalmente la provincia de Buenos Aires, yendo a buscar a quienes no votaron en el Conurbano. Con ese voto, el peronismo-kirchnerismo en las últimas elecciones equiparó las derrotas en las provincias de la región centro.
Esta vez, las provincias esquivas son más, pero el apoyo en la primera y la tercera sección del GBA podría alcanzar para llegar al ballotage. En principio, este sábado Massa volvió a mostrarse con Kicillof. "Tenemos que conseguir que la participación suba del 70 al 80% del padrón. Con eso nos aseguramos ir a la segunda vuelta", se convencían en el comando de UP.