"Melconian, desayunando en mi casa me dijo 'por favor cuidame las SIRAs'", contó el ministro de Economía, Sergio Massa, en su presentación en la CAME, la confederación que agrupa a los empresarios pyme. La revelación de que el principal asesor económico de Patricia Bullrich le había pedido un encuentro reservado que se concretó tiempo atrás, sirvió para que el candidato de Unión por la Patria eche un poco más de sal a la explosiva interna de Juntos por el Cambio, donde varios parecen ir acomodándose a la posibilidad de que la coalición quede afuera del ballotage. Es una posibilidad que adelantan la mayoría de las encuestas y tiene cada vez más inquieta a Bullrich, que ayer le pidió explicaciones a Mauricio Macri por sus coqueteos con Javier Milei.
"Se lo tiene que avisar a Melconian", respondió Massa cuando el animador Alejandro Fantino le comentó que en la presentación anterior a la suya Luis Petri, el candidato a vice de Bullrich, había asegurado que en un hipotético gobierno de Juntos por el Cambio las SIRA desaparecerían. SIRA es la sigla de Sistema de Importaciones de la República Argentina y es la manera en que el Estado regula el acceso a las divisas para las operaciones de comercio exterior, un derivado -explicó el ministro- de la falta de dólares ocasionada por la sequía.
Massa comentó entonces que era necesario terminar con el doble discurso porque Melconian había ido a su casa hacía unos meses junto a su socio Rodolfo Santangelo para preguntarle detalles de las negociaciones con el FMI y del acuerdo con China. Que en ese contexto le pidió "cuidar" las SIRAs como mecanismo transitorio para administrar correctamente el ingreso y egreso de divisas. Todo lo contrario de lo que acababa de expresar Petri.
La revelación de Massa vino a agregar un poco más de picante a la interna de Juntos por el Cambio, en cuyo interior Bullrich parece controlar cada vez menos. Por un lado, está su titubeante discurso de campaña, por el que primero debió resignar opinar de cuestiones económicas y dejar como vocero excluyente precisamente a Melconian, cuestión de no decir más disparates. Pero en los últimos días le agregó insólitas declaraciones sobre espiar a delincuentes mientras hablaban con sus abogados o derogar leyes mediante decretos, cuestiones que hicieron pensar a Milei que estaba a tiro de arrebatarle los votos de derecha que le faltan para ganar en primera vuelta. El libertario salió entonces a recordar el pasado montonero de Bullrich y la acusó de poner bombas en jardines de infantes. La candidata lo acusó de mentiroso y le respondíó con una denuncia.
Pero mientras ella se encontraba luchando a brazo partido aquí contra Milei, el jefe político de su coalición, el ex presidente Mauricio Macri, aseguraba muy suelto de cuerpo en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, que Juntos por el Cambio respaldaría en el Congreso las reformas que el libertario propusiera en caso de que llegara a la Casa Rosada. Como era de imaginar, las declaraciones le cayeron pésimo a Bullrich. "No es momento de decir una cosa así. Nuestra fuerza está trabajando absolutamente unida, así que discutiré con Mauricio Macri por qué hizo una definición de este tipo en un momentos en que nosotros estamos en la lucha diferente", avisó temprano.
Se supo que luego llamó a Macri para aclarar los puntos. “Me aclaró que en todo momento habló del rol de Juntos por el Cambio. No hay dos opciones para el cambio, hay una sola”, aseguró ella luego en Radio Rivadavia. Para que se viera que no había cambiado de camiseta -todavía-, Macri subió a Twitter el tramo de la charla en Harvard donde sostenía que esperaba que Milei ayudara a Bullrich cuando ella estuviera a cargo de llevar adelante las reformas necesarias contra el status quo. También Fernando de Andreis, que actúa como vocero informal del ex presidente, salió a aclarar que se habían interpretaciones "muy equivocadas" de las frases de Macri. Si hay que aclarar tanto es porque no quedó nada claro.
Las revelaciones de Massa sobre su desayuno con Melconian servirán para sumar tensiones a la coalición opositora, donde cada sector parece ya jugar su propio partido. El candidato de Unión por la Patria levanta como una de sus principales mensajes de campaña la propuesta de un gobierno de unidad nacional en caso de resultar electo, en el que incluye a radicales y peronistas del PRO, que claramente no adhieren a las simpatías de Macri con Milei. Días atrás hubo dirigentes macristas que se enojaron porque dos gobernadores radicales como el jujeño Gerardo Morales -que además preside la UCR- y el correntino Gustavo Valdés participaron de un acto encabezado por Massa donde reiteró esta consigna. "No hay que prestarse", los amonestó Macri. Ahora el reconvenido fue él. La campaña de Juntos por el Cambio parece haber perdido definitivamente el norte y Milei y Massa buscan sacar ventaja de eso.