El AMBA -la zona metropolitana que componen la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense- fue en las primarias la región del país en la que Unión por la Patria le sacó mayor diferencia a La Libertad Avanza. Los últimos movimientos de Sergio Massa como candidato buscan apuntalar esa fortaleza en las elecciones del domingo. Luego de encabezar un gran acto por el Día de la Lealtad junto al gobernador Axel Kicillof en Sarandí, hoy el candidato a presidente cerrará la campaña porteña con Leandro Santoro en el mítico Luna Park junto a la dirigencia porteña, que ven al alcance de la mano jugar en la Capital también un balotaje contra Jorge Macri y comenzar a poner en discusión la hegemonía porteña amarilla.
En el comando de Unión por la Patria consideraban cumplido el objetivo de mostrar músculo territorial en Provincia, algo que desde la oposición buscaron poner en cuestión luego de las PASO. Los últimos actos y caravanas junto a la movilización de ayer que congregó a unos 60 mil militantes por el 17 de Octubre en la cancha de Arsenal terminaron por exhibir al peronismo de nuevo en campaña, unido detrás de sus candidatos. Kicillof dejó un mensaje claro respecto a las versiones -casi folclóricas- de reparto de boletas cortadas para asegurar las chances de las autoridades locales. "La boleta completa es un escudo para proteger los derechos de nuestro pueblo. No alcanza un gobierno local, no alcanza con la provincia, necesitamos un proyecto nacional", aseguró el gobernador.
El resultado en la Provincia es clave. Para empezar, para asegurar la reelección de Kicillof, pieza fundamental del armado del oficialismo. El acto de ayer que lo tuvo como orador central junto a Massa los mostró como los nuevos referentes centrales de la coalición, sin Cristina Kirchner ni Alberto Fernández en cancha. Para el candidato a presidente, en tanto, hacer diferencia en la primera y tercera sección del Conurbano es fundamental para compensar lo que Javier Milei pueda sacarle de ventaja en regiones en los últimos tiempos muy refractarias al peronismo kirchnerismo como Cuyo y, principalmente, la zona Centro del país. El libertario lo sabe y por eso también se ocupó durante los últimos días en recorrer en caravana puntos estratégicos de la Provincia en el objetivo de descontar. El Conurbano podría ser la llave para ingresar al balotaje.
Las últimas encuestas difundidas antes de la veda daban por segura la reelección de Kicillof como gobernador y una distancia de la boleta completa de Unión por la Patria respecto a la de La Libertad Avanza en la geografía bonaerense. Por si bien el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, aparece segundo en la competencia en la Provincia, desciende al tercer lugar cuando se lo mide junto a Patricia Bullrich en la simulación de boleta completa. La candidatura presidencial es la que termina prevaleciendo: Bullrich tira para abajo y Milei para arriba.
La disputa se repite en CABA, donde también Massa aparece mejor posicionado que Milei comp ya sucedió en las primarias. La Capital Federal tiene la particularidad de ser el único distrito del país donde Bullrich se impone como candidata a presidenta, con lo que Juntos por el Cambio tiene algo así como la patente de derecha local. Pero la aparición de una tercera fuerza le impediría a Jorge Macri conseguir un triunfo en primera vuelta el domingo y quedaría forzado a un balotaje contra Santoro. Con una campaña llamativa, el candidato de Unión por la Patria apunta a dar lo que denomina "una batalla cultural" para comenzar el principio del fin del largo reinado del macrismo en la Ciudad, para lo que considera clave llegar a la segunda vuelta y poner de relieve los dos modelos de gestión.
La discusión entre ambos candidatos ya subió de temperatura. "Santoro se disfraza para que no se note que es kirchnerista", tiró Jorge Macri en una entrevista. "Yo no me disfrazo de nada, el que se tuvo que disfrazar de porteño es él", le respondió el candidato de UP. Esta tarde, en el Luna Park, Massa y Santoro buscarán acaparar todo el electorado porteño que esté del centro hacia la la izquierda -incluyendo a radicales-, polarizando con el modelo de grandes negocios inmobiliarios que caracteriza la gestión del PRO.