Alberto Fernández y Lula da Silva se encontrarán el lunes próximo cara a cara nuevamente. Será la segunda vez en el año que estarán juntos luego de la asunción del presidente de Brasil el 1º de enero. Ambos preparan una agenda económica "muy potente", tal cual describieron a este portal fuentes que rodean al Jefe de Estado argentino.
Los dos Presidentes compartirán un raid de 48 horas. Lula llega el 23 a Argentina y el 24 será la Cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que se desarrollará en Buenos Aires y tiene presente a su presidente pro tempore: Alberto Fernández.
La agenda económica que tratarán entre ambos mandatarios tendrá temas prioritarios, según pudo constatar El Destape: la moneda común entre Argentina y Brasil, un swap, el pago de importaciones y la provisión de gas al Brasil.
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Parte del temario fue adelantado por el ministro de Economía Sergio Massa en entrevistas publicadas el último fin de semana. El funcionario se reunió en Chapadmalal con Fernández para terminar de darle forma a esta agenda a tratar con Lula en menos de una semana.
Massa estuvo reunido hace menos de un mes con el ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, y con Geraldo Alckmin, vicepresidente y ministro de Industria y Comercio. "Estamos avanzando en encontrar sinergia comercial, encontrar sinergia desde lo financiero, y encontrar sinergia en infraestructuras", contó el tigrense.
El ministro dio detalles de lo que serán las 48 horas de la agenda de Alberto y Lula. Moneda común y swap están agarradas de las manos. En relación a estos temas, el ministro recordó que en agosto las reservas netas eran "casi negativas". En diálogo con El Cohete a la Luna, describió: "Cerramos el año con más de 8.000 millones de dólares y tenemos además ampliado y activado el swap con China. Vamos a empezar las importaciones a pagarlas en renminbi (moneda china) a partir del acuerdo que se celebrara entre el Presidente Xi Jinping y el Presidente Fernández en el G7. Con Brasil, por ahora estamos hablando de BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) y obviamente tenemos en la mesa la agenda del comercio bilateral. Dos de los socios comerciales más importantes de la Argentina son Brasil y China, claramente. Entonces encontrar mecanismos de compensación de moneda para no estresar las reservas y para viabilizar el proceso de importaciones de las empresas argentinas para mantener los niveles de producción es importante".
La idea de tener una moneda en común con Brasil se debate desde antes de la llegada de Lula al poder y tomó relevancia tras el triunfo del líder del PT. No sería la eliminación del peso ni del real; se generaría un swap entre ambas monedas debido a los déficit en la balanza comercial. Así, se evitaría perder dólares de la reservas del BCRA en las compras a Brasil.
El pago de importaciones que hace nuestro país desde el país vecino también será parte de esta agenda cargada. Massa apuntó que, desde el punto de vista comercial, "hay que encontrar un mecanismo de optimización de lo que es el pago de las importaciones que hace Argentina desde Brasil, en sectores como el automotor". Al citar un ejemplo, mencionó que "hoy el auto más vendido de la Argentina tiene 50 y 50 de composición nacional extranjera, pero algunos tienen menos de composición nacional". Por eso, el objetivo del funcionario, mientras se mejora en ese aspecto, "encontrar un mecanismo de balanceo con Brasil".
Enfocado en las reservas de dólares en el BCRA, el gasoducto ocupará un lugar clave dentro de la bilateral entre Alberto y Lula. "Brasil hoy paga 14 dólares el millón de BTU a Bolivia y nosotros, a partir de septiembre u octubre, si terminamos todas las obras, desde Uruguayana le vamos a estar pudiendo vender 2 millones día de metros cúbicos, a un valor 20 o 30% más barato que el que paga Brasil en Bolivia", adelantó Massa en una entrevista a Infobae.
Se refiere al tramo 2 del gasoducto Néstor Kirchner, que ya habilita la posibilidad de llegar a Brasil a través del municipio de ese país llamado Uruguayana. En ese sentido, el ministro de Economía explicó a El Cohete a la Luna: "El primer tramo habilita la posibilidad de empezar a exportar, una exportación chiquita de aproximadamente un millón de metros cúbicos por día vía Uruguayana. Después, hay una segunda obra que es Salliqueló-San Jerónimo, que nos posibilita entrar a Rio Grande Do Sul en otro gasoducto. Recordemos que en Brasil el gas lo manejan los estados. Y hay una tercera obra que es la Reversal del Norte. Es el gasoducto del norte que habitualmente usamos para importar gas de Bolivia que, con obras de compresión nos puede permitir entrar a Mato Grosso vía Bolivia. Esa es una obra que ya charlamos con la gente de TGN porque realmente es importante pensando que en 2025 gas y petróleo van a tener un incremento de las exportaciones que le van a dar un peso en el PBI de la Argentina superior a los 14.400 millones de dólares".
Así serán las 48 horas de Lula en Argentina, el primer país que visitará en su tercer mandato como presidente brasileño. A su vez, Fernández, en un año que tendrá un intenso calendario electoral, armará su primer escenario internacional.
Lula llegará a Argentina tras el intento de golpe de Estado que sufrió de parte de militantes bolsonaristas, que atacaron las sedes de los tres poderes en Brasil. Alberto Fernández intenta fortalecer a la región en medio de los tiempos de convulsión que atraviesa América Latina hace un tiempo. En la Cumbre de la Celac, Brasil tomará relevancia por los hechos sucedidos recientemente.
El mandatario argentino es el presidente pro tempore del organismo y debe elegirse un nuevo titular para ese lugar. "No se va a decidir ahora en Buenos Aires. Se hará más adelante, durante este año", adelantaron desde la Casa Rosada a El Destape. Aun no está el nombre del sucesor. Lula está descartado. Se especula con algún jefe de Estado del Caribe pero no hay consenso. Mientras, Fernández podrá tener un 2023 como líder de la Celac varios meses más.
En este contexto de convulsión en Brasil, Perú, Bolivia y Colombia, Alberto apuesta a hacer de esta Cumbre una foto contundente que muestre unidad y fortaleza de cara a los intentos de la ultra derecha latinoamericana que viene bajando desde el norte alentada por el trumpismo.