Un lugar común de los últimos días de campaña fue escuchar a algunos precandidatos asegurar que estas elecciones serían las más importantes de los 40 años de democracia recuperada. A juzgar por el clima enrarecido en el que concluyó la campaña -suspensión de los actos de cierre inclusive-, habrá que aceptar que algo de eso hay. Casi 35 millones y medio de argentinos estarán en condiciones de ir a votar este domingo a unas PASO determinantes y con el adicional de un nivel alto de incertidumbre, dado las pocas certezas que ofrecen las encuestas en estos tiempos. También influirá en el resultado el nivel de asistencia, menor al promedio histórico en casi todas las elecciones provinciales de este año. Tanto así que la Cámara Nacional Electoral emitió un comunicado convocando a la ciudadanía "al ejercicio del derecho fundamental del sufragio".
Los propios encuestadores admiten que los sondeos son poco confiables. Los más habituales, que se hacen en modalidad telefónica u online, los responden sólo los electores militantes, con lo que suelen salir mejor parados los candidatos más radicalizados. Pero en las entrevistas domiciliarias el problema es que sólo atiende uno de cada tres consultados, así que la muestra también resulta parcial. Por eso, toda la expectativa estará puesta en la carga de los primeros datos del escrutinio, pautados para las 21 o tal vez un poco más tarde, cuando haya una carga proporcional a la distribución de electores. Lo que se procurará será no ofrecer un recorte poco exacto de lo sucedido, según explicó el director nacional electoral, Marcos Schiavi, en diálogo con El Destape Radio.
Uno de los principales interrogantes a resolver tendrá que ver con el nivel de participación. Salvo en los casos de Formosa y Tucumán -justamente, dos de dos mejores elecciones del peronismo-, en las demás elecciones provinciales celebradas este año se registraron mayores índices de ausentismo. Hasta ahora, el porcentaje más bajo se dio en las PASO de 2021 con el 68% de asistencia y ésta amenaza con ser aún menor. Por eso, en sus últimos actos, tanto Sergio Massa como Axel Kicillof insistieron en la necesidad de que la gente vaya a votar y los intendentes de UP organizaron operativos especiales para movilizar a los electores. Especialmente el de los sectores populares, en donde el peronismo tiene el grueso de sus apoyos y resultó el que más se ausentó en los comicios de hace dos años, lo que resultó decisivo para el resultado final.
También era difícil mensurar en qué medida el abrupto final de la campaña derivado del crimen de Morena, la niña de 11 años, en Lanús, podría impactar en el electorado. Un encuestador que hizo trabajos tanto para el oficialismo como para la oposición cerró su último sondeo este sábado, con un resultado prácticamente idéntico a su anterior medición de diez días atrás. Es decir, no registró mayor impacto ni en cuanto a niveles de participación ni a modificación del voto.
Sergio Massa puso mucho énfasis en la necesidad de convertirse este domingo el candidato más votado individualmente, tanto para potenciar sus chances en octubre como para garantizar la estabilidad macroeconómica desde el lunes. Unión por la Patria hizo una apuesta de riesgo con una campaña que giró casi exclusivamente en torno a su postulante presidencial, ministro y máximo responsable en materia económica, el motivo de mayor preocupación de los argentinos. En el equipo que comanda Eduardo "Wado" de Pedro y asesora el catalán Antoni Gutiérrez-Rubi están convencidos que Massa reúne mejores condiciones que los demás candidatos en cuanto a liderazgo y conocimiento de gestión, que por eso era lógico que tuviera toda la centralidad. "Es una elección presidencial y no hay nada más importante que quien será presidente", argumentaban.
También las PASO permitirán conocer qué tan acertado fue haberle permitido a Juan Grabois competir como presidencial con la misma lista de candidatos que Massa, algo que ya le habían avisado a Daniel Scioli que no le habilitarían. El objetivo fue canalizar el voto de izquierda dentro de la coalición, probablemente disconforme con la designación de un nuevo candidato moderado como Massa. El riesgo es que el voto se divida demasiado y el ministro no quede como el más votado. A favor, el porcentaje que obtenga Grabois le permitirá a Unión por la Patria sumar lo suficiente para llegar a la línea de tercios que le permitirá competir con posibilidades.
Con el 37% del padrón nacional, la provincia de Buenos Aires es el territorio que define la balanza. El gobernador Axel Kicillof quiso ir por otro mandato cuando muchos le aconsejaban apuntar a la Rosada. Este domingo también se comprobará lo acertado de la decisión, determinante para el resultado final. En su caso no hay dudas de que será el candidato más votado, habrá que esperar si Unión por la Patria queda arriba de la suma de los dos postulantes de Juntos por el Cambio, Diego Santilli y Néstor Grindetti, un dato significativo. El oficialismo necesita ganar la Provincia para descontar lo que pierda en la esquiva región centro del país.
Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta protagonizaron la pelea más feroz de la campaña, que varias veces llevó a Juntos por el Cambio al borde la fractura. Situación que se concretó en algunas provincias, como Mendoza. Un símbolo fue lo que les costó mucho ponerse de acuerdo para esperar el resultado este domingo en el mismo búnker. Aunque en el detalle de sus políticas no parece haber muchas diferencias, quien resulte ganador modificará la impronta de la coalición opositora. Bullrich impulsa una derechización de tinte bolsonarista afín a las propuestas de Javier Milei, Rodríguez Larreta apunta a una línea más dialoguista en la que habla de sumar a sectores del peronismo como el del cordobés Juan Schiaretti. Todo indicaría que a quien gane le resultará muy complicado retener todo el voto de su adversario.
Junto a esta interna deben resolverse otras dos candidaturas claves. La ya mencionada para gobernador bonaerense entre el larretista Santilli y el bullrichista Grindetti y la mucho más encarnizada puja porteña entre Jorge Macri y el radical Martín Lousteau. La decisión de Rodríguez Larreta de desenganchar la pelea capitalina de la elección presidencial a través del voto electrónico "concurrente", enfureció a Mauricio Macri y podría resultar un factor extra de tensión en el búnker conjunto en caso de que el primo no gane. El PRO maneja desde hace 16 años el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y perderlo sería un golpe muy fuerte.
El candidato a jefe de gobierno de UP, Leandro Santoro, en tanto, sumó su apuesta a convertirse él también en el candidato más votado individualmente y meterse en la discusión porteña, en un distrito extremadamente difícil para el peronismo/kirchnerismo. La apuesta es entrar en el ballotage y afirmarse en el rol de líder de la oposición local.
Otra función clave de estas PASO será determinar qué tan real es el "fenómeno Milei", como se lo caracterizó en algún momento de la campaña. Las elecciones provinciales desmintieron rotundamente el fenómeno, pero los encuestadores juran que el diputado libertario, luego de un bajón, se mantuvo en torno a los 20 puntos, incluso con una tendencia a la suba en los últimos días. Su prédica contra la "casta" lo convierte en una vía de descargo para el elector enojado. Lateralmente, para Unión por la Patria es importante que Milei se mantenga como opción para dividir el voto opositor, al menos en esta primera instancia. Incluso, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, resolvió sacar provecho de ese factor y unificó las eleciones locales con las nacionales, una astucia que tal vez le faltó a otros mandatarios del oficialismo.
La última revelación de las primarias abiertas será determinar qué fórmulas superan el piso del 1,5% y compiten en las generales de octubre, con todo lo que eso significa en cuanto a proyección y visualización. Quienes están posicionados con mayores posibilidades son los candidatos del FIT -van a primarias Miryam Bregman y Gabriel Solano-, el cordobés Schiaretti y el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. La noche del domingo será larga y resolverá varios interrogantes, aunque seguro abrirá otros.