En horas de definiciones, está previsto que este miércoles a la tarde se constituya la Junta Electoral de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires, un distrito que cuenta con la particularidad de no tener la obligación de elegir un compañero o compañera de fórmula para la conducción de la Capital Federal. Por lo tanto, salvo alguna posible baja de un postulante a la Jefatura de Gobierno, el mapa de los cambiemitas apareció saldado en el nivel ejecutivo.
Sin embargo, todavía quedan algunas cuestiones por resolver. La más importante es si habrá una lista de consenso en la alianza para las categorías de legisladores y comuneros o si irán a la competencia total entre todos los precandidatos. En el primer caso, el acuerdo político garantizaría, sin necesidad de esperar un resultado, los lugares asignados en las listas. En el segundo, cada postulante deberá generar su propia estructura y los perdedores calcular, después de la PASO, el renglón obtenido.
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La semana pasada, después de varias horas de negociaciones, se estipuló un piso del 20% para que las minorías puedan colocar sus nombres en la lista ganadora. El macrismo buscó elevar la base al 30% mientras que los aliados buscaron mantenerla en el 15%. Partieron la diferencia. Un porcentaje elevado hubiera tenido el efecto de cancelar el deseo de competencia para negociar previamente. Uno bajo, potenciarla al garantizar chances de ingresar dirigentes propios en casilleros “entrables”.
Si bien la posibilidad de llegar o no a un acuerdo se terminará de definir este miércoles a la tarde-noche, el oficialismo porteño no perdió las esperanzas. Hace meses se especuló con esta chance, cuando el larretismo sostuvo a varios candidatos para competir en interna contra Martín Lousteau. En esa instancia, el radicalismo no pareció mostrarse abierto a un pacto, pero el tiempo ubicó al senador cada vez más cercano a Horacio Rodríguez Larreta que le garantizó igualdad de condiciones en la competencia. En esta ocasión, ante la consulta de El Destape, no hubo respuesta sobre un posible cambio de postura.
Este lunes, en pleno fin de semana largo, se dio una particularidad. La Ciudad volvió a organizar un campeonato del asado y Larreta decidió ir con Lousteau temprano. Ese mismo día pero más tarde, para el cierre y la entrega de premios, Jorge Macri también desfiló por la avenida 9 de Julio. El primo de Mauricio se convirtió en el candidato de unidad del PRO pero llamativamente no estuvo con el mandatario amarillo.
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La foto de Larreta y Lousteau se interpretó como un paso más en su alianza nacional con ese sector del radicalismo, también extensiva a su conductor nacional y posible compañero de fórmula, Gerardo Morales. En medio de una suerte de desconcierto, se recordó que el jefe de Gobierno “se comprometió públicamente en apoyar al candidato del PRO en la Ciudad”.
La interna entre los dos precandidatos con más potencia dentro de las PASO de Juntos por el Cambio escaló en los últimos días sobre los “pases” territoriales y políticos de uno y de otro. Una suerte de disputa para ver quién es el más merecedor, por antecedentes, de ganar la competición. Además de las propuestas arrojadas por los postulantes, Lousteau sacó chapa de su pertenencia al territorio porteño, a diferencia de Macri que se mudó recientemente desde Buenos Aires.
Senador porteño, ex diputado por la Ciudad, ex candidato a jefe de Gobierno en 2015 recordó, en una entrevista, su pasado político como referente de la Capital Federal y su capacidad de esperar el momento para lanzarse y entender, ante la derrota, el lugar que le tocó ocupar. Respecto de su contrincante, señaló “una diferencia muy importante” porque, dijo, él persigue “transformaciones, gane o pierda. Lo que no hago es ser candidato por la provincia de Buenos Aires, diputado, intendente Vicente López, intentó ser gobernador y que me digan que no y, entonces, irme a otro distrito”.
Casi como en un diálogo mediático, aún sin debate entre los precandidatos, Macri también se dedicó a responder estos cuestionamientos y le retrucó a Lousteau que el radical permanece en “el mismo lugar geográfico, no político” y le pidió a los porteños pensar “qué valoran más”, si la residencia o la “coherencia política”, dado que el senador fue funcionario del gobierno de Cristina Kirchner. Autor, de hecho, de la simbólica resolución 125 de retenciones móviles al agro.
El o la vice podrá conocerse recién hasta 48 horas después de notificado el candidato ganador de la PASO. La legislación capitalina sobre las internas no exige optar entre una fórmula sino sólo entre posibles cabezas de la conducción. Cuando declinó su chance de aventurarse en las urnas, Soledad Acuña, ministra de Educación, recibió el ofrecimiento larretista de ser la vice del ganador. Sea quien sea. Habrá que ver si eso efectivamente sucede.
A nivel local, estas elecciones serán clave. Vamos Juntos, el bloque del oficialismo porteño, pondrá en juego once legisladores de los cuales seis podrán renovar y cinco cumplirán dos mandatos consecutivos por lo tanto abandonarán sus puestos, entre ellos dos de Confianza Pública, la fuerza de Graciela Ocaña que ya anunció que se presentará como precandidata a Jefa de Gobierno. También perderá un alfil Patricia Bullrich y otros dos su aliado bonaerense, Cristian Ritondo.
Elisa Carrió mantendrá a varios de sus referentes, también Francisco Quintana, una figura clave del macrismo. Evolución, espacio aliado de Horacio Rodríguez Larreta, pondrá cinco bancas en juego de las cuales tres podrán renovar y dos no. En tanto que el partido socialista arriesgará una de las dos sillas, justo esta no podrá reanudar el mandato.
Se espera que Jorge Macri tenga mucho peso en el armado de las listas de la legislatura, habrá que ver la composición y los lugares otorgados a los aliados con los que Larreta supo construir en los últimos cuatro años. También habrá figuras nacionales que deberán renovar, algunas de máxima confianza del actual jefe de Gobierno.
Si bien en provincia ya se definió que habrá dos armados en paralelo, en la Ciudad podría haber una sola lista, pero las chances de una I latina podrían mantenerse. En Diputados, se vencerá el mandato de Álvaro González, un larretista de confianza que, de hecho, ofició brevemente como jefe de campaña de Fernán Quirós. Si el mandatario lo necesita, estará.
Victoria Morales Gorleri será otra de las legisladoras nacionales que verá vencer su mandato de cuatro años y que está encolumnada detrás del jefe de Gobierno. Más cercanos a los halcones se mostraron Pablo Tonelli y Dina Rezinovsky, también del PRO electos en 2019 por la CABA. El primero decidió que no irá por un nuevo periodo por lo que no estará en la papeleta. El capitalino pondrá más en riesgo porque también culminarán los períodos de Maximiliano Ferraro y Mariana Zuvic, de la aliada Coalición Cívica; así como los de Emiliano Yacobitti y Dolores Martínez, de UCR-Evolución, socios mediante Lousteau.