Cuando el conflicto porteño pareció solucionado al encontrar un mecanismo de definición aceptado por los dos precandidatos macristas que quedaron en pie, apareció un asterisco en la discusión. La metodología, los encargados, los alcances, los momentos y otros detalles clave de los sondeos a realizar se convirtieron en el nuevo punto de negociación que todavía no tuvo lugar. Fernán Quirós, su equipo y sus auspiciantes quieren mayor transparencia. Jorge Macri ya está convencido de que no hacen falta más estudios de campo para confirmar que está mejor posicionado en la interna.
El dirigente y legislador porteño de la Coalición Cívica, Facundo del Gaiso, fue el primero que salió públicamente a poner un manto de duda. En redes sociales, puso en duda el mecanismo de las encuestas como un mecanismo sencillo de llevar a cabo porque ya no todo el mundo contesta o tiene un teléfono de línea o atiende una llamada desconocida.
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Por eso, pidió “ser claro” en el mecanismo de medición porque “si una encuesta telefónica hecha hace quince días dice que a Quirós no lo vota nadie”, aún teniendo el 60% de imagen positiva, “algo no cierra”. Advirtió que en los próximos días, hasta que se tome la decisión, habrá “muchas operaciones” para bajar la candidatura del ministro de Salud de la CABA.
Del Gaiso pidió, para evitar que eso perjudique una decisión, “establecer reglas claras para la encuesta, criterios” porque “si no, van a tirar resultados de todo tipo con diferencias abismales que no existen”. Pese a algunos trascendidos periodísticos y consultado por El Destape, confirmó que no pensaron, desde la Coalición Cívica, en un plan B y que seguirán junto a Quirós para que sea el elegido en la Ciudad porque fue su apuesta desde el minuto cero.
En los próximos días, según explicaron desde el entorno del ministro de Salud, debería convocarse a una mesa de diálogo para conversar los términos y condiciones de las encuestas que Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta pactaron hacer, en acuerdo con Macri y Quirós, para tener un candidato de unidad en la CABA.
De lograrlo, se llegaría a “un proceso transparente donde la gente se puede expresar y nosotros escuchar”. De lo contrario, “perdemos contra (Martín) Lousteau” por caer en las disputas innecesarias y oscuras. Lo cierto es que aún no hubo precisiones, el comando de campaña de Quirós no está enterado aún de los alcances y Jorge Macri considera que sobran encuestas para dar por cerrada la discusión.
En el mismo sentido, Claudio Cingolani, presidente de la Coalición Cívica porteña, remarcó el apoyo del partido local y de la líder nacional, Elisa Carrió, a la candidatura de Quirós "como la mejor opción para seguir transformando la Ciudad, con transparencia y gestión ejemplar. La mejor encuesta fue la pandemia que vivimos", sostuvo.
El candidato no se definirá por sondeos sino por política, se dijo cerca del ministro de Gobierno. El jefe de campaña del primo, Fernando de Andreis, dialoga constantemente con Federico Di Benedetto, hombre fuerte de la mesa larretista. A diario, intercambian posiciones, puntos de vista e informaciones que harían suponer que la decisión ya está tomada.
Los dos equipos de campaña trabajaron con encuestas propias hace meses y en todas apareció arriba Macri. Arriba de cualquier otro nombre del PRO y arriba del radical Lousteau. “No van a variar los números en diez días”, se dijo. Los últimos sondeos de abril y de mayo mostraron una distancia clara entre los dos nombres.
Para Marketing & Estadística, Macri aventaja por 14% a Quirós, con Ricardo López Murphy y Martín Lousteau en el medio. Según Trespuntozero, por 15%, con el radical posicionado entre ambos. El estudio de Federico González y Asociados también reveló una distancia de 14 puntos, incluso con María Eugenia Vidal como un escalón entre ambos. Y Circuitos arrojó 17 puntos entre ambos.
Con esos datos sobre la mesa, para Jorge Macri no harían falta nuevos sondeos porque los números ya dieron lo que tenían que dar. Eventualmente deberán hacerse para cumplir con la promesa hecha públicamente por los dos candidatos presidenciables pero todavía no llegó ese momento. La gran preocupación de un sector, especialmente el de los lilitos, es que “están operando para que se baje” Quirós.
Se lo vio, por eso, a Maximiliano Ferraro con el ministro de Salud para fomentar las campañas de donación de sangre. El presidente de la Coalición Cívica es una palabra autorizada a la hora de marcar el camino del espacio que ya le dio su apoyo al funcionario con un explícito posicionamiento de Elisa Carrió hace meses.
Horacio Rodríguez Larreta, por su parte, apostó por no jugársela por ninguno si bien quedó más que claro su apoyo a Quirós para mantenerlo en la pelea hasta el final como una prenda de negociación. De hecho, el jefe de campaña del ministro, Álvaro González, es un fiel larretista. En las últimas horas, después del acuerdo con Bullrich, se mostró con Fernán y con Jorge en dos oportunidades, los tres juntos, para no presentar preferencias.
Su estrategia cerrará en forma sencilla. Dirá que abrió el juego, que apoyó a todos y que la ciudadanía eligió, en este caso mediante encuestas. Ese mecanismo ya se había utilizado en Córdoba pero como una cortina de humo, porque siempre se supo que el candidato sería Luis Juez pero buscaron levantar el perfil de ambos y pretender simular una competencia inexistente con Rodrigo de Loredo.
Por eso, se entendió que la encuesta será la salida elegante de Larreta para bajar a su candidato sin quedar como el perdedor de una pelea que lo enemistó con el resto del partido. Con buena imagen, con alto nivel de conocimiento, Quirós no mostró la misma intención de voto ni logró captar una transferencia del presidenciable.
Los que apoyaron a Jorge Macri no encontraron mayores inconvenientes en este período de definiciones. Patricia Bullrich le dio su visto bueno desde el minuto cero, lo que alejó al primo del círculo de Larreta y dio por iniciada la guerra porteña. María Eugenia Vidal también le dio su banca y Mauricio Macri fue el primero que le puso la medalla.
Así, Larreta logrará darle al radicalismo lo que quería, igualdad de condiciones en la pelea electoral con elecciones concurrentes separadas de las nacionales y también cumplirá con el mandato macrista de no dividir votos para evitar poner en peligro la hegemonía en la CABA. Ahora restará ver, además de los resultados de los sondeos, cuál será el destino de los candidatos liberales dentro de Cambiemos.
Ya se lanzó Roberto García Moritán y también lo hizo Ricardo López Murphy, que se abrazó a Patricia Bullrich pero, eventualmente, se supone que no competirá. La intención es que estas figuras no participen para no perjudicar a Macri al quitarle voto duro. Jorge debería ser el referente liberal de Cambiemos. Pero, según se interpretó, el robo de sufragios sería marginal. La discusión quedará para más adelante.