Los propios consultores admiten que las encuestas son menos confiables que nunca. Las que se hacen en modalidad telefónica u online las responden sólo los convencidos y militantes y a las entrevistas domiciliarias acceden apenas tres de cada diez contactados. El resultado también podría variar de acuerdo a la cantidad de gente que concurra a votar el domingo que viene. En esas condiciones, con los elementos de navegación averiados, lo que surge del diálogo con algunos de los principales encuestadores es que Patricia Bullrich es favorita para imponerse -con un margen que se achicó- en la competencia con Horacio Rodríguez Larreta y que la suma de ambos colocará a Juntos por el Cambio unos puntos por encima de Unión por la Patria, todo en un marco de gran paridad. En el oficialismo, Sergio Massa superaría con amplitud a Juan Grabois y hay muchas chances de que -como lo desea- se convierta en el candidato más votado individualmente. Pero para que eso suceda tendrían que darse dos supuestos: que el ausentismo no sea muy alto y que Javier Milei se mantenga en un margen cercano al 20%.
Hay un dato ya verificado. Salvo en los casos de Formosa y Tucumán -justamente, las dos mejores elecciones del justicialismo-, en el resto de los comicios provinciales realizados este año se registró una menor asistencia de votantes. Según calculan, hubo más de un millón de electores ausentes que en las PASO de cuatro años atrás en esas mismas provincias. Ese elector -se comprobó en las legislativas de 2021- corresponde en su mayoría a los sectores populares, desilusionado con los resultados del actual gobierno.
Una parte de ese voto enojado irá a Milei. Pero, según contaba la senadora bonaerense Teresa García en El Destape Radio, lo que veían en los barrios era más desencanto y desinterés que enojo, así que se trata principalmente de volver a motivar a ese votante. Toda la prédica de los últimos días de los candidatos del oficialismo, desde Sergio Massa a Axel Kicillof y los intendentes, estuvo dirigida en esa dirección. "Vení a votar, la Patria está en tus manos", sostiene el último spot de Unión por la Patria.
Es una posibilidad muy difícil de anticipar en una encuesta y podría modificar las tendencias. Con todo, algo que se comprobó en los últimos días fue una suba tanto de Massa como de Rodríguez Larreta, dos candidatos moderados dentro de las dos principales coaliciones. No generan grandes entusiasmos, pero cuando llega la hora de votar suelen ser los elegidos por los electores menos politizados. Todo indicaría que en la última semana el jefe de gobierno porteño recortó la ventaja que le llevaba Bullrich hasta quedar muy cerca, en escenario de empate técnico. Rodríguez Larreta tuvo su golpe de efecto con los apoyos que le brindaron Facundo Manes y María Eugenia Vidal.
"Son dos votos", minimizó Bullrich para celebración de su hinchada, pero el golpe se sintió. Principalmente, porque pese a llevar la delantera según los sondeos, la ex ministra prácticamente no ganó respaldos partidarios mientras que su adversario cerró con el sector radical de Gerardo Morales y Martín Lousteau, el peronismo republicano de Miguel Angel Pichetto, el ala liberal de José Luis Espert y no le permitieron sumar al gobernador cordobés Juan Schiaretti. Además, en las elecciones provinciales Larreta se anotó algunos triunfos de sus candidatos, especialmente con Maxi Pullaro en Santa Fe. Por eso, más allá de la ironía, los anuncios no fueron una buena noticia para Bullrich, que se conocieron a la par de sus nuevos bloopers en materia económica.
"A mí siempre me dieron parejos, pero ahora hay varios colegas que los tienen en menos de tres puntos, que para nosotros está en el margen de error", comentaba un consultor. La contienda podría resolverse en la provincia de Buenos Aires, donde se da la extraña situación que Bullrich está un poco mejor que Larreta, pero su candidato a gobernador Néstor Grindetti aparece muy detrás de Diego Santilli, el postulante larretista. El jefe de gobierno tratará de aprovechar la situación y tiene previsto un cierre junto al "Colo" el jueves en La Plata. Por lo general, el efecto "arrastre" lo produce el candidato a presidente, el más visible de la sábana por más que a Santilli le hayan coloreado su boleta a gobernador de rojo. Según cómo el elector de Juntos por el Cambio resuelva esta situación podría definirse la primaria.
Luego de una interna despiadada, Bullrich y Larreta consensuaron esperar los resultados en el mismo búnker, en una simulación de unidad. Quien resulte ganador deberá trabajar mucho para sortear la fuga de votos en octubre que, hoy por hoy, parece inevitable.
Un dilema de votos similar se produce en Unión por la Patria. Un encuestador acababa de medir en 20 municipios de los más poblados de la primera y de la tercera sección electoral contratado por el oficialismo. Dadas las circunstancias, consideraba que a UP le irá bastante bien y que se posiciona para retener la provincia, pero con otro interrogante a resolver. "En los municipios que al peronismo le va muy bien, tengo al intendente con una intención de voto entre 55 y 60%, a Axel con el 45% y a Massa con el 35%. ¿Qué porcentaje va a prevalecer? Si se estabiliza en la línea de los intendentes, el peronismo podría hacer una muy buena elección en este contexto económico", indicaba el consultor.
"Lo más probable es que nosotros empujemos un poco para arriba la boleta y que las candidaturas nacionales nos tiren a nosotros un poco para abajo y se estabilice en un promedio", comentaba un intendente de UP. Entendía la diferencia en que la gente premiaba el esfuerzo del gobierno de cercanía y veía mucho más distante la pelea nacional. Aclaraba que no tenía que ver con la economía y las politicas nacionales, porque aseguraba que la misma diferencia de porcentajes se daba entre los intendentes de Juntos por el Cambio y sus candidatos presidenciales. "Axel está muy bien", aclaraba.
A priori, Massa es un candidato que podría ayudar al peronismo al votante de la región centro del país. El ministro de Economía esta semana estuvo en Córdoba -territorio hostil al kirchnerismo por excelencia- y la que viene recorrerá Santa Fe. Recortar distancia en esa zona es clave, de manera que la ventaja que el oficialismo pueda obtener en la provincia de Buenos Aires le sirva para compensar. En definitiva, serían dos tercios: entre Juntos por el Cambio y Unión por la Patria obtendrían entre el 30 y el 35% de los votos cada uno, dejando un escenario expectante. Será algo nuevo desde 2003 a esta parte que quien gane lo haga con un porcentaje tan bajo..
El antiperonismo reúne habitualmente un 40% del electorado: es lo que sacó Mauricio Macri luego de un gobierno desastroso. Si esta vez Juntos por el Cambio obtendrá menos tiene que ver con la irrupción de Milei, que divide el frente anti. El voto libertario en las elecciones provinciales resultó un fiasco y Milei comenzó a caer, desinflando el escenario de tres tercios que en algún momento planteó Cristina Kirchner. Sin embargo -por ahora meramente un fenómeno estadístico-, en los últimos días Milei repuntó y en los sondeos se estabilizó en alrededor del 20%.
Para Unión por la Patria es vital que se mantenga para evitar una fuga hacia Bullrich, lo que incluso podría poner en peligro que efectivamente Massa resultara el candidato más votado. "No lo quiero difundir mucho porque no lo entiendo, pero a mí me dio que Milei creció en los últimos días", comentaba, con cierto desconcierto, un encuestador. Tal vez los pifies de Bullrich actuaron en beneficio del supuesto conocimiento del libertario en materia económica. ¿Será?
Por su parte, Grabois se mantiene según los encuestadores en alrededor de un 5% de intención de voto, clave para arrimar a Unión por la Patria a los porcentajes de Juntos por el Cambio y dejar el escenario abierto. Con posibilidades de superar el 1,5% de votos en las PASO y competir en la elección general se ubican el FIT -con Myriam Bregman como la candidata más votada-, el peronismo federal de Schiaretti y el peronismo ortodoxo del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. Pero las encuestas -ya lo dicen hasta los propios encuestadores- no dan seguridades.