Con fuerte contenido electoral y económico, la mesa nacional de Juntos por el Cambio se reunirá en forma presencial por primera vez en el año, ya que el anterior encuentro, en pleno enero, fue virtual para garantizar la participación de toda la dirigencia, mayormente de vacaciones. Los ejes a debatir pasarán, básicamente, por el ordenamiento en medio del caos desatado en distintas provincias producto de la inexistencia de las PASO como herramienta ordenadora y, como dejó bien en claro Mauricio Macri en el último tiempo, un apartado para la economía, el foco en el que la oposición concentrará todas sus críticas. Por supuesto, también se charlará sobre el juicio político a la Corte, un ítem que partió aguas en Diputados.
El encuentro fue pautado para las doce del mediodía en el barrio de Palermo y, además de los puntos anotados en agenda, también tendrá otros condimentos como el cara a cara entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta confirmado por el propio jefe de Gobierno. Ambos, desde que comenzó el año electoral, se mostraron disputando el amor de Macri con reuniones en el sur en las que fue clave la existencia o inexistencia de una foto. Hasta ahora, en materia de resultados, la ex ministra fue una vez, con su esposo, y tuvo imagen, posteo y hospedaje. El porteño asistió dos veces pero recién en la segunda hubo una captura del encuentro que incluyó cena con las parejas de ambos dirigentes.
Esos gestos fueron motivo de emoción para los sectores en pugna por la Casa Rosada y los combativos se mostraron contentos. Si Larreta estaba convencido, el año pasado, de que iba a ganar sin sobresaltos y que, como en 2021, lograría un acuerdo con Bullrich para bajarla de la carrera y quedar en soledad, ahora el escenario se mostró más complejo. Con pocos recursos, la líder del PRO logró posicionarse y no está en sus planes, por ahora, salir de ninguna contienda por la presidencial.
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Incluso, hasta se empezó a considerar que podría llegar a triunfar en una PASO nacional. En todas las encuestas, ella tiene más núcleo duro que el jefe de Gobierno pero menos margen de crecimiento. En cambio, Larreta mostró menos votante seguro pero un techo más alto. Los que eligieron creer en la sorpresa, también miraron las imágenes positivas y negativas y no encontraron tanta diferencia.
Fuera de eso, que recién se develará con el conteo de votos, por el momento quedó bastante claro que a nivel nacional el PRO tendrá al menos dos opciones y eso obligará, indefectiblemente, a que haya interna en Buenos Aires. Allí se perfilaron Diego Santilli y Cristian Ritondo como los contrincantes predilectos. De todos modos, al no poder descartar la aparición de ninguna varita mágica ordenadora, cualquier escenario seguirá abierto hasta el cierre.
En la reunión de este lunes habrá cuatro bloques temáticos. El primero, el más importante, analizará la situación política de Juntos por el Cambio en provincias con cronograma electoral anticipado. Allí ya se mostraron los primeros rompimientos, como en Neuquén y Río Negro. En la primera, el radical Pablo Cervi cosechó el apoyo de Miguel Ángel Pichetto, además del de la Coalición Cívica y otros sectores que se encolumnaron detrás suyo desde el principio, y podrá pelear el sello de la alianza a su favor. Un armador PRO le reconoció a este medio que el macrismo deberá resignar el uso de "Juntos por el Cambio" (o similares) por ser el responsable de la ruptura. En Río Negro no hubo mayores novedades, sólo algunas fotos de respaldo amarillo al macrista Aníbal Tortoriello, el candidato que se quedó con el nombre de la alianza y obligó, por falta de internas, a que la UCR tuviera que romper.
Chubut, entre idas y vueltas y mil reuniones, buscó un acercamiento que dejara a todos contentos. El PRO quería internas abiertas en toda la provincia, la UCR accedió salvo en Trelew, que se había convertido en el foco del conflicto. Finalmente, el viernes se encaminó un acuerdo, en principio no habrá partición e irán a internas cerradas el 5 de marzo. Todavía quedará pendiente Mendoza, pero la presencia de Alfredo Cornejo en la reunión podría agregarle un tinte cordillerano a la discusión, como sucedió en enero, para pedir que Omar de Marchi, el hombre del macrismo, baje el nivel de confrontación. Para el sector más duro, el armador de Larreta buscó tensionar de más para obligar al senador a regresar a la provincia y robarle a Bullrich, de este modo, el candidato a vicepresidente.
Bullrich tuvo un rol bastante destacado a comienzos de semana cuando viajó a Córdoba para encontrarse con Rodrigo De Loredo y Mario Negri, dos radicales dividos en el Congreso, y Luis Juez, del Frente Cívico. También sin PASO, se empezó a especular con conflictos a gran escala porque el hombre de Evolución mostró su deseo de competir y el senador no. Si bien no se selló un pacto, la foto de los cuatro empezó a abrir el camino para resolver la disputa con encuestas o, eventualmente, una interna abierta. Pero la gran conclusión, con todos adentro.
Menos problemáticas se plantearon las situaciones de Salta y Tucumán. En la primera, un sector del radicalismo se mostró disconforme con la decisión provincial de acompañar al PRO en un fórmula porque el partido amarillo está intervenido y dividido en mil pedazos. De hecho, un dirigente importante se fue a un nuevo frente integrado por un Cámpora y un (ex) Juntos por el Cambio bajo la sombra de Alfredo Olmedo, el famoso diputado de campera amarilla.
En Tucumán, en tanto, el macrismo no encontró un candidato para la gobernación por haber tenido el partido intervenido hasta antes de las elecciones del 2021 y por haber nacionalizado su funcionamiento, no permitiendo el crecimiento de nuevos nombres. Por eso, dio vía libre para que la dirigencia se sintiera representada por quien desee. Ya sea Germán Alfaro, del Partido por la Justicia Social, o el radical Roberto Sánchez. Sí habrá discusión en la categoría de intendentes pero confiaron en que, encuestas mediante y análisis cualitativo de la estructura política de cada uno, se conseguirá una sola boleta y la alianza permanecerá unida.
El segundo bloque a conversar el lunes estará vinculado al contexto económico y político. Mauricio Macri ya mandó el mensaje de hablar de economía, puntualmente de la emisión de pesos y Leliq, para apuntar directamente contra Sergio Massa y "explicar" a la ciudadanía cuál es la "bomba" que dejará el Frente de Todos y que obligará al ajuste brutal en un próximo gobierno.
Habrá un análisis de la situación económica, se alertará sobre el presente y las "graves consecuencias" en el mediano y largo plazo, también se abordará la situación institucional con su consiguiente división de Poderes y una mención especial en materia de seguridad. Sobre lo institucional, claramente habrá un debate por el juicio político a la Corte Suprema. Esa discusión se dará el mismo día en que la Coalición Cívica tendrá una reunión con Carolina Gaillard, presidenta de la comisión, para intentar negociar algunos ejes de interés y acompañar (o no, dependiendo la conversación) el pedido de admisibilidad.
La seguridad también tendrá su fortaleza, sobre todo después de la pelea pública con una ex bullrichista, actual larretista, por los muertos que dejó la ex ministra de Seguridad en operativos de desalojo. Esa discusión con Florencia Arietto se sumará a la propuesta de Patricia Bullrich de cambiar la legislación para poder recurrir al Ejército para hacer frente al narcotráfico en Rosario, por ejemplo. En la materia, en medio de rumores de no retorno y posibles reemplazos, la Ciudad se mostró activa para intentar el regreso del ministro Marcelo D'Alessandro post licencia.
En el tercer bloque, que probablemente será veloz, se mostrarán los avances del famoso plan de gobierno que, hasta el momento, no mostró ni su carilla. Las fundaciones de los cuatro partidos con representación nacional empezaron, hace más de un año, a trabajar documentos con propuestas que deberían unificarse en algún momento para tener un acuerdo programático consensuado. A eso se le sumaron otros encuentros micro entre Elisa Carrió y Gerardo Morales, también en la misma dirección, para crear una hoja de ruta por cincuenta años.
Finalmente, se hará un análisis general, más algunas consideraciones, sobre el calendario 2023 y los posibles lugares para próximas actividades o reuniones con la intención de revivir el órgano nacional que, producto de las internas y los problemas provinciales, estuvo bastante paralizado durante la segunda mitad del año pasado y será clave para lograr acuerdos en un período electoral.