Elecciones 2023 Santa Fe: sprint final de una carrera violenta hacia las PASO

Las primarias en Santa Fe se caracterizaron por la virulencia entre los candidatos opositores durante la campaña. Los oficialistas conviven en la indiferencia. Monteverde, la novedad. Entre tanto ruido, la moneda gira en el aire en unos comicios que tendrán impacto nacional.

14 de julio, 2023 | 17.38

A la provincia de Santa Fe le quedan horas para definir su futuro en las elecciones 2023. Este domingo 16 de julio, pasada la medianoche, se conocerán cuáles serán los candidatos que competirán en las generales, a realizarse el 10 de septiembre próximo. Si bien Santa Fe también eligió desdoblar sus comicios para evitar el efecto campana de las nacionales, no pudieron evitar la nacionalización de las votaciones, cariz a través del cual se puede observar tanto la interna de Unidos por la Patria como de Juntos por el Cambio.

La película y las fotos: las PASO tuvieron en Santa Fe toda la intención de ser provincializadas pero terminaron teniendo todo el carácter de las confrontaciones nacionales. Carolina Losada, que se enlinea cada día más con la figura de Patricia Bullrich, rompió todo tipo de promesa de tregua o unión que cualquiera esperaría entre dos precandidatos que conforman el mismo frente al prometer que no lo acompañará en caso de salir ganador, mientras que Maximiliano Pullaro camina con la frente en alto sin darle respuestas públicas. Por su lado, el peronismo juega tranquilo su propio juego, con un Marcelo Lewandowski no muy ruidoso que aspira a ser el máximo elector de este encuentro.

Rosario es un capítulo aparte. Las interna de Unidos para Cambiar Santa Fe (JxC) se dirime entre Pablo Javkin, que decidió hacer campaña sólo y con su gestión, y Miguel Tessandori, que se desvive denostando dicha gestión. La verdadera novedad está del otro lado, una interna -¿peronista?- entre Roberto Sukerman, viejo abanderado de Agustín Rossi, y Juan Monteverde, líder de un movimiento social evolucionado a partido político de izquierda, que propone ir más allá de los muros de los partidos políticos y tender puentes entre los sectores que buscan construir una “Rosario Sin Miedo”. En las dos internas, ningún candidato supera a su contrincante por encima del punto y medio. Todo está en danza y el domingo se tocará el último acorde.

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Santa Fe tiene otra particularidad, que embarra el análisis de lo que pueda llegar a pasar el domingo: la boleta única. Una sábana de papel que engloba en una única impresión a todos los precandidatos, una por cada categoría, que encabezan la lista, y el nombre de los siguientes dos candidatos, no de la lista completa. Esto desarticula al candidato de esa tracción que pueda llegar a tener un nombre potente a gobernador como también una pertenencia partidaria: la imagen personal está por encima de las estructuras. Esto hace que la lucha sea por destacar, por resaltar, por quedar en la retina del votante. En el caso de la oposición, la triple división de la elección entre pullarismo, losadistas y socialistas sólo eleva la temperatura de hervor.

Losada vs. Pullaro

Los cañonazos de Losada contra Pullaro llegaron al punto de afirmar este fin de semana que no tiene problemas con los equipos técnicos del exministro, pero que no lo acompañará en las generales en caso de resultar ganador del espacio: “Tengo un deber ético que no me lo permite”, dijo Losada en una entrevista televisiva.

De nada sirvió que las autoridades radicales y del PRO solicitaran a los equipos de la senadora nacional una baja en sus ataques contra el exministro de Seguridad. Las acusaciones de complicidad con el narcotráfico y la policía de la provincia decoraron cada aparición pública de Losada. Desde los campamentos pullaristas, sostienen que la candidata tiene poco que aportar más que su figura de outsider de la política, y que tanta tirria viene de sus malos resultados: los equipos de Pullaro están contentos, con encuestas territoriales que le dan cuatro puntos arriba de su adversaria, lo cual los lleva a actuar con cautela pero con tranquilidad.

Entre tanto escándalo, quien mira aliviada es Mónica Fein, la cual es la gran beneficiada por la guerra entre los candidatos de Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en Santa Fe: fuentes socialistas le trasladaron a El Destape que la intención de voto de la exintendenta y presidenta del partido a nivel nacional ha crecido en estos últimos días. Estamos demasiado cerca del día de la elección como para decir si lo suficiente como para mover el amperímetro.

Por el lado del peronismo, los cuatro candidatos (Marcelo Lewandowski, Leandro Busatto, Eduardo Toniolli y Marcos Cleri) se sostienen entre la convivencia y la indiferencia: salvo por Marcelo Lewandowski, que tiene el estandarte del perottismo, el resto de sus compañeros de interna se dan la libertad de lanzar dardos a la gestión provincial y despegarse de su figura. Por su parte, el senador nacional hace una campaña de bajo perfil, con la seguridad de saberse el favorito para ganar. Una encuesta que circula lo pone como el candidato que tiene más votos individualmente de cara a las generales.

En Santa Fe el comisario corre con su propio caballo

En la capital provincial, el abanico político es más angosto que en Rosario pero, al igual que en aquella portuaria ciudad, repite el esquema provincial: Unidos para Cambiar Santa Fe va con tres candidatos que responden cada cual a una de las centrales antiperonistas que allí confluyeron.

Emilio Jatón, actual intendente de la ciudad capital, tiene origen socialista y va en busca de su reelección de la mano del partido de la flor roja. Por otro lado, Juan Pablo Poletti es el representante de Carolina Losada para la intendencia: un recién llegado a la política cuya participación pública ha sido por años desde la dirección del Hospital Cullen, el efector de salud más importante de la zona. Adriana Molina completa el podio de Juntos por el Cambio en Santa Fe. “Chuchi” Molina es una militante radical desde hace muchos años y representa a Pullaro en la competencia por la intendencia.

El peronismo tiene, por su lado, también una interna dirimida entre “Nacho” Martínez Kertz, el hombre de Perotti, y Martín Gainza, vicepresidente de Trenes Argentinos Cargas y alfil de Sergio Massa (y del Frente Renovador) en Santa Fe.

Según pudo reconstruir El Destape, el peronismo no tiene fuerza ni pie en la capital: un analista político cercano a la Casa Gris apunta que “hace años que no construyen un candidato fuerte”. Así las cosas, el perottismo podría llegar a perder en la ciudad, según encuestas locales. Si se cruza la calle y se observa la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe, el asunto viene así: tanto Poletti como Molina están “palo a palo” en las encuestas, pero no parece llegar a alcanzar: tanto la popularidad como la gestión de Jatón le han dado la espalda suficiente para ser el favorito a ganar el próximo domingo la reelección.

La madre de las peleas: Rosario

La violencia y la rotura de las calles rosarinas parece haber convencido a los precandidatos de la oposición de que más violencia es la respuesta para empatizar con sus votantes.

Patricia Bullrich anunció que, en la interna de Juntos por el Cambio, habría candidatos que respondan a su figura en cada provincia y en cada municipio: Rosario no fue la excepción. Si la candidata de Bullrich a la gobernación es Carolina Losada, el candidato de la senadora es Pablo Javkin, que se mostró con las dos mencionadas y en papelería callejera con Losada. Un detalle de color: la exministra de Seguridad de Macri tiene dos candidatos a intendente en Rosario.

Javkin desembarcó en el Frente Progresista Cívico y Social como abanderado de la Coalición Cívica con Lilita Carrió, se abrazó a los socialistas y hoy reivindica su origen radical en la Franja Morada, pero sin embargo es candidato de la porción más beligerante de Juntos por el Cambio. Patricia Bullrich ya tenía un soldado para la intendencia que levantaba su estandarte desde los tiempos de Mauricio Macri hasta la fecha, el concejal del PRO Carlos “Charly” Cardozo, quien se quedó con los blasones de “La Piba” y de Losada, pero sin la bendición pública de ninguna.

El intendente muestra su gestión como principal virtud y esconde las graves faltas de la ciudad señalando hacia arriba: la inseguridad es endilgada por todos al gobernador Perotti (quien es el punching ball de propios y extraños), las deficiencias del transporte a los fondos no entregados por Nación y la cuestión económica a la situación inflacionaria del país. Mientras tanto, el que endureció su discurso contra Javkin fue el candidato de Pullaro a la intendencia, Miguel Anguel Tessandori, experiodista deportivo de muchísima trayectoria en el multimedios más visto de la ciudad, que no para de calificarlo como “el peor intendente de Rosario”.

Los informes de opinión pública de Pullaro los señalan en un escenario indescifrable que se definirá con los votos ya emitidos. Tanto uno como otro se sienten ganadores de la elección, pero caminan con cuidado: del otro lado, la interna de Juntos Avancemos, el espacio panperonista, por segunda vez en ocho años se muestra no solo competitivo, sino con posibilidades de sacar a la coalición conservadora del Palacio de los Leones.

Monteverde, la novedad

El peronismo, a diferencia de las internas provinciales, incorporó en su esquema al espacio “Rosario Sin Miedo”, una conformación “disruptiva y transpartidaria” en lo que hace a los espacios tradicionales que pueblan la política local, menos tensionada y más propositiva. Desde la cercanía de Roberto Sukerman dijeron a este medio que llegan “con apetito renovado del peronismo y sus aliados por volver a la intendencia de Rosario después de 50 años”.

Por otro lado, la seguridad de Juan Monteverde, líder de Ciudad Futura, un partido cuya génesis se encuentra en una organización social que surgió al calor del 2001 y que tienen una construcción barrial desde abajo potente que los convirtió hace tres lustros en partido político y hace ocho en el bloque más grande del Concejo Municipal, los transforman en competitivos para ganar la elección.

Según explicó a El Destape un dirigente cooperativo que se sienta en las mesas de definición política de Monteverde, la diferencia en la interna está en la no pertenencia al aparato tradicional del peronismo (Sukerman es militante histórico del espacio liderado por Agustín “el Chivo” Rossi) y la conformación pactos comunes para constituir la alianza en el aparato del peronismo y discutir desde dentro esas diferencias. Desde el peronismo hablan, con sorna, de “generosidad”. “Olvidamos nuestras diferencias en cuestiones puntuales y nos pusimos a trabajar en las concordancias más importantes, que son muchas, para llenar de contenido la política de la ciudad, algo que desde hace años no está ocurriendo en Rosario”, dice el dirigente de Ciudad Futura.

“Este espacio viene a reflejar una nueva generación de militantes, de personas que se le escaparon a los partidos tradicionales y que construyeron sus propias organizaciones sociales y políticas, justamente porque las que había no nos representaban”, dijo a El Destape.

El espacio político Rosario Sin Miedo hace confluir a organizaciones sociales y sindicales y militantes de partidos tradicionales. Desde sectores como el Movimiento Evita o el Peronismo de la Soberanía encontraron un lugar para “aportar su granito de arena”, de cara a la construcción de soluciones para los problemas no sólo de la violencia en las calles, sino del transporte, la conectividad, la falta de respuestas de las instituciones municipales, el respeto a los espacios públicos y el acceso a la vivienda: todas aristas que tanto Juan Monteverde como Sukerman comparten. De ahí lo novedoso de la apuesta.

Salvo la rara avis de Ciudad Futura, cuyo diferencial está en la cercanía y en lo cálido de su campaña y quehacer militante, el cierre de campaña en Rosario en particular y en la provincia en general se ha destacado por su lejanía de la sociedad y por la competencia de quién tiene más culpas sobre la conversión de la cuna de la bandera en aquella ciudad de pobres corazones de Páez.

De nuevo, como entre Tessandori y Javkin, la diferencia en las encuestas entre Sukerman y Monteverde está dentro del margen de error de los informes. Todo está por verse en una interna que definirá el destino de la ciudad más caliente del país.