A horas de recibir a su flamante par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y a dos días de ser el anfitrión de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Celac en Buenos Aires, el presidente Alberto Fernández analizó la convulsión política que se vive en América Latina, destacó su preocupación por la crisis en Perú, por el avance de una derecha más violenta que amenaza directamente a la democracia, defendió el diálogo entre todos los gobiernos de la región, sin excepciones, y advirtió que "las verdaderas consecuencias negativas de la guerra en Ucrania se van a comenzar a ver ahora" en el mundo. En este contexto, habló del año electoral argentino y fue tajante: "Lo único que no quiero es que Macri vuelva a ganar."
"Tengo la certeza de que el Frente de Todos, el peronismo, va a vencer. Si se decide que sea candidato, puede ser, sino será otro de nuestros liderazgos. La única cosa que no quiero es que Macri vuelva a ganar. Macri o cualquiera de su círculo, es lo que representa Macri, que es lo opuesto a lo que hacemos nosotros", afirmó el presidente en una entrevista con el diario brasileño Folha do Sao Paulo. Y en referencia a los otros dos presidenciables del PRO, la titular del partido, Patricia Bullrich, y el jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aclaró: "Todos son Macri del otro lado".
La entrevista se publicó este domingo, a horas de que Lula llegara a Buenos Aires para una visita de 48 horas, la primera oficial en el extranjero desde que asumió su tercer mandato hace solo tres semanas.
La región, la Celac y la derecha
Alberto destacó la importancia de la reincorporación de Brasil a la Celac y cómo Lula hizo frente al ataque a la democracia que protagonizaron miles de bolsonaristas golpistas a solo una semana de asumir el poder, cuando invadieron las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia. "Hay un cierto sector de la derecha latinoamericana que piensa que la violencia es un modo adecuado para combatir la democracia, amenazar a la sociedad. Debemos estar alertas y no permitir que eso suceda en ningún lugar", sostuvo el presidente argentino.
"En América Latina tenemos una derecha muy fuerte. En Chile, Boric ganó una elección, pero el 45% de la población votó por una propuesta con características nazis. Acá gané, pero la derecha tuvo 41% de los votos. En Colombia, la diferencia fue parecida. La elección en Brasil fue más justa. Es más difícil construir grandes mayorías y es necesario aprender a lidear con eso y defender la institucionalidad. Una cosa es que haya debate político, rivalidad y otra son las amenazas a la institucionalidad, como está sucediendo en Perú", destacó.
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El Mercosur y la interna con Uruguay
Como ejemplo, diferenció lo que fue su mala relación con el antecesor de Lula, Jair Bolsonaro, y con su actual par uruguayo, Luis Lacalle Pou, con el que también protagonizó diferencias políticas públicas, especialmente en el seno del Mercosur por los reclamos de Montevideo de abrirse a tratados comerciales bilaterales, por fuera de la unión aduanera.
"Tengo una buena relación con Lacalle Pou. Puedo no estar de acuerdo con sus ideas, pero a nivel personal nunca tuvo un problema, no estuvo ni cerca de ser parecido a la relación que tuve con Bolsonaro. Con Lacalle Pou siempre pude conversar", explicó.
"La globalización está cambiando de forma. Lo que antes estaba de moda, la reubicación industrial que llevaba a empresas alemanas o francesas a producir zapatillas u otros productos en el exterior, hoy vive un movimiento inverso. esas empresas están volviendo a sus países, potenciando las regiones. Uruguay debe entender que debe buscar objetivos como socio de una región. Ese es el papel de los países menores, mientras que el de los países mayores es entender las asimetrías que existen y remover los obstáculos para los países menores", continuó.
Las consecuencias de la guerra
Para Fernández, además de este cambio, este año el mundo enfrentará las secuelas de la guerra en Europa. Por eso, argumentó, es necesario fortalecer la Celac como principal plataforma de intregración de toda la región: "Estoy terminando mi mandato al frente de la Celac y, en este difícil momento, fue un mecanismo importante para llevar la voz de América Latina a la Cumbre de las Américas y al G7 y para participar de la discusión sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia. Y el año que comienza es determinante porque gran parte de las consecuencias de la guerra comenzarán a ser vistas ahora. Es cuando la FAO dice que 300 millones pasarán hambre, eso nos preocupa mucho, porque muchos de ellos pueden ser latinoamericanos."
La invitación a Maduro
Y dentro de su estrategia de unidad de toda la región, defendió la decisión a invitar a la cumbre a Buenos Aires a todos los jefes de Estado y Gobierno de los países miembros de la Celac, pese a las quejas y las denuncias de la oposición contra la presencia de los líderes de Venezuela y Cuba. "Venezuela es parte de la Celac y (el presidente, Nicolás) Maduro está más que invitado. Hasta donde sé, vendrá. La posición de Argentina con Venezuela es la de, por medio del Grupo de Contacto, estimular los diálogos que se están realizando en México. Creemos que pueden dar buenos resultados. La idea es que los venezolanos decidan las cosas entre venezolanos", sostuvo en referencia al foro internacional que también integra la Unión Europea y que impulsa el diálogo político como salida de la crisis en Caracas.