"Siempre parado del lado del mal", escribió tiempo atrás en un tuit Javier Milei contra el papa Francisco del que -tal vez, vaya uno a saber- ahora esté algo arrepentido. Porque aquellas violentas declaraciones contra la cabeza de la Iglesia católica expresadas por un aspirante con pocas posibilidades de llegar a la Casa Rosada ahora resultan ser las del sorprendente ganador de las PASO y motivaron la primera reacción de los curas vque trabajan en la villas y barrios populares, que anticiparon que no se quedarán quietos. "Nos fuimos dando cuenta de los insultos, las mentiras y el odio de sus expresiones y pensamos que no podíamos dejarlo así", explicó el padre Lorenzo "Toto" De Vedia en El Destape Radio. Por su lado, Francisco -que no suele dejar nada librado al azar- se fotografió en la audiencia general de ayer saludando a Miguel "Tano" Santucho y a su hermano, el nieto recuperado 133, justo después de la reivindación de la dictadura y de los insultos a Estela Carlotto por parte de Victoria Villarruel, la compañera de fórmula de Milei.
El padre Pepe Di Paola, uno de los más carismáticos curas villeros, se encargó de la homilía de la misa del martes en la parroquia de la Villa 21-24, en Barracas. Calificó a Milei como una persona con "desorden emocional" poco apta para el cargo al que se postula y reinvindicó la búsqueda de una política que tenga en el centro a la persona humana y que aspire a la justicia social. Términos como "jesuita que promueve el comunismo", "personaje impresentable y nefasto" o "representante del maligno en la Tierra" fueron algunas de las expresiones de Milei para referirse al Papa en tiempos pasados, que llevaron a los sacerdotes a plantear ahora su repudio. En eso, como en tantas otras cosas, Milei copia las posiciones de la ultraderecha a nivel internacional que tiene a Francisco -y su prédica humanista y a favor de los más humildes- como uno de sus principales enemigos globales.
Hay una prédica conservadora en la que las derechas y el Vaticano se tocan. Por ejemplo, el rechazo al aborto. Pero la línea renovadora impulsada por Francisco de acercar la Iglesia a los pobres, ser más flexible en cuestiones como la homosexualidad y potenciar el lugar de las mujeres pone de los pelos a los sectores conservadores del catolicismo y, junto a ellos, a las ultraderechas. Como sucedió en Brasil con Jair Bolsonaro, Milei cuenta con cierto nivel de apoyo de los pastores evangélicos con influencia en los barrios populares, por eso en Unión por la Patria veían importante la decisión de los curas villeros de intervenir activamente en la campaña. "Muchos votos de Milei salieron de los barrios populares y son de ex votantes del peronismo, es fundamental que los curas lleven este mensaje a esos votantes para que entiendan qué es lo que están votando", planteaba un dirigente.
Hubo presencia política en la misa. El diputado y ex embajador en el Vaticano, Eduardo Valdés, se ubicó junto al ministro de Defensa, Jorge Taiana, el de Cultura, Tristán Bauer, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre varios otros dirigentes, principalmente del oficialismo. "La justicia social no es una mierda, no nos va a ganar el odio", sostuvo Valdés. El diputado preside la comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara baja que ayer sesionó para dar dictamen al proyecto que establece el día nacional de las iglesias evangélicas y protestantes. Oliveri también estuvo allí y los agravios de Milei al Papa se pusieron en discusión a partir de una propuesta de la legisladora de Juntos por el Cambio, Margarita Stolbizer, dado que el libertario es diputado. Junto a la diputada oficialista Mara Brawer coincidieron que se debía preparar una declaración de repudio para que se debata en el recinto.
Hay una particularidad en esta intervención de la Iglesia católica en la campaña y es la conocida mala relación de Francisco con Massa. "No tienen mala relación, no tienen relación", corregía un funcionario. El conflicto se remonta a la época que Massa era jefe de gabinete de Cristina Kirchner e intentó una maniobra para desplazar a Jorge Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires cuando era muy crítico del kirchnerismo. "Pasó mucho tiempo", aseguraba el funcionario, quien decía que en el Vaticano hoy prevalece el principio aristotélico del "mal menor", que claramente representa el candidato de Unión por la Patria ante lo que ofrecen las tenebrosas opciones opositoras. "Si los curas hicieron esa misa y van a aparecer hablando por los medios es porque hubo un guiño desde Roma", completaba.
Quienes conoce los entresijos vaticanos aseguran que no hay gesto casual en Francisco, todo es premeditado y teniendo en claro el efecto que provocará. Principalmente, cómo lo recibirán sus enemigos de los sectores conservadores. Por ejemplo, la reciente designación del ex juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni en un nuevo organismo académico del Vaticano sobre derechos sociales y colonialismo. Lo de ayer fue más claro aún porque al finalizar la audiencia general en la Plaza San Pedro se acercó a saludar al nieto 133 recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. El hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y nieto de Nélida Navajas, se encontraba junto a su hermano el "Tano" Santucho. Fue justo dos días después del acto en la Legislatura de Victoria Villarruel en donde buscó reivindicar la dictadura militar y luego calificó como "personaje siniestro" a Estela Carlotto. "Es una pobre mujer", respondió la presidenta de Abuelas a los agravios.
Luego está la cuestión de la demorada visita papal a la Argentina. Una semana antes de las PASO, en una entrevista con un medio español, Francisco la confirmó para el año que viene, luego de las elecciones presidenciales. Sin embargo, de vuelta de su reciente viaje a Mongolia, hizo un repaso de los viajes que le quedaban por delante y Argentina ya no estuvo en la enumeración. Milei dijo que si es presidente lo recibiría como a cualquier otro mandatario extranjero. El Papa, que tendrá entonces 87 años y una salud dañada, seguro encontrará algún nuevo motivo para no visitar su país con un personaje que lo trató de ese modo en la Rosada.