Mientras avanzan los lanzamientos y escala la tensión en la interna del PRO, Jorge Macri apuesta una estrategia de equilibrista para esquivar las esquirlas y la definición acerca de qué candidatura a Presidente de su partido apoya. En los últimos días repartió guiños a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal para apuntalar su deseo de ser el único candidato del partido a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Respaldo político y estructura de su primo Mauricio Macri. El “operativo demolición” para impulsar su campaña en marzo.
La última semana Rodríguez Larreta y Vidal lanzaron sus candidaturas, mientras que Bullrich protagonizó cruces con funcionarios porteños por sus cuestionamientos a la forma de gestionar del jefe de Gobierno. La ex gobernadora se mostró con el ex presidente, posible objetivo de algunas críticas de Larreta cuando en su video apuntó a los liderazgos carismáticos y llamó “estafadores” a quienes se benefician de “la grieta”. Todas esas fotos y declaraciones, Jorge Macri las esquivó y se limitó a replicar tuits de cada uno de los presidenciables del PRO. Y cerró la semana con una nueva foto con el fundador del partido, en el departamento que tiene su esposa, la periodista Belén Ludueña, en el barrio porteño de Palermo.
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De ese encuentro, según supo El Destape, Mauricio Macri ratificó su “total apoyo” a la candidatura de su primo. Un dato no menor que destacaron cerca del funcionario porteño: “Tienen un vínculo estrecho. A diferencia de los demás políticos que peregrinaron a Cumelén o a las oficinas de Olivos, Mauricio fue a la casa de Jorge y estuvo más de una hora y media”. Durante ese tiempo conversaron sobre cómo viene la campaña, los números de las encuestas, el panorama económico del país y sobre la intención de llegar a las PASO con un único candidato del PRO. “No quieren dividir el voto propio y favorecer al candidato de la UCR”, describieron en alusión a Martín Lousteau.
El respaldo de su primo Mauricio es tal que su jefe de campaña es Fernando De Andreis, el ex secretario general de la Presidencia en la era Cambiemos. Mientras que su equipo de comunicación lo integran los estrategas Julián Gallo, Hernán Iglesias Illia y Mora Jozami; ex funcionarios muy ligados a Marcos Peña y las mentes detrás de los discursos y estrategia digital de los cuatro años de gobierno de Macri.
Otro dirigente de peso en el PRO que se sumó en diciembre al gobierno porteño como vocero político y trabaja en su proyecto es Waldo Wolff. El “halcón” y ferviente anti kirchnerista entró a la política de la mano del ex intendente de Vicente López, y si bien al principio de su nueva función mantenía esa misma indefinición que él para encolumnarse detrás de un candidato a Presidente, esta semana blanqueó su respaldo a Larreta. Este equipo trabaja en el búnker de campaña que el ex intendente de Vicente López tiene en el piso 8 de un edificio en el barrio de Núñez.
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Uno de los integrantes de este equipo de trabajo contó a El Destape que llevarán adelante desde marzo una campaña en modo “operativo demolición”, lo que implicará intensificar la agenda de gestión con hasta tres o cuatro actividades por día y con mucho foco en cercanía con los vecinos de la Ciudad. “A lo Monzón, que ganaba sus peleas por demolición”, describió esa estrategia en comparación con la forma de pelear del boxeador, “más por golpear al rival y avasallarlo que por tener un golpe de nock out”.
En cuanto a su agenda de actividades, arrancará la semana con la inauguración del ciclo lectivo en la escuela técnica 21 ”Fragata Libertad”. Allí estará solo, sin la presencia de Rodríguez Larreta que estará en otra escuela junto a la ministra de Educación porteña y también anotada en la carrera por la sucesión, Soledad Acuña. A ellos dos se suman el presidente de la Legislatura, Emmanuel Ferrario, y el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós. Si bien Larreta nombra a los cuatro, estos tres últimos son los que sacó a la cancha cuando Macri recibió el apoyo de Patricia Bullrich para su candidatura.
Esa foto, que ocurrió en agosto pasado, despertó el enojo del larretismo y sus aliados políticos quienes lo interpelaron en reuniones de Gabinete por su actitud al punto tal que el secretario de Gobierno quedó al margen de la agenda oficial de Larreta y de la mesa política. Con el tiempo, esos malestares se encapsularon con el tiempo y ya desde diciembre se los volvió a ver juntos en público. Cerca de Jorge Macri describieron que ahora “el vínculo está mejor” y que “hablan y se ven todas las semanas”.
En las distintas notas que dio desde que comenzó el año, esquivó siempre la definición sobre quién es su candidato o candidata presidencialista y describió a Mauricio Macri como un “mentor” y no como a alguien que está enfocado en querer competir en las listas este año. Marca coincidencias con quienes visitan y dialogan con el ex Presidente, y lo ve alentando “una buena competencia”, aunque lo ubica en el lugar de elector con poder de veto.
“Es el fundador de nuestro espacio, sabe cuáles son las piedras con las que no tenés que tropezar. Sería ridículo y poco inteligente teniendo a alguien que estuvo en ese lugar no recurrir a él siendo precandidato a presidente”, lanzó casi como si le advirtiera a todos los aspirantes.
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Otra de las definiciones que deja es en torno al surgimiento de Javier Milei. Quiere conquistar a su votante y, si bien no manifestó querer sumarlo a la coalición opositora, no descarta una posible y necesaria alianza política en un futuro. “Tiene su espacio. Respeto lo que hace, no le voy a decir a dónde tiene que ir. Defiende ideas que también son parte de nuestras ideas. Probablemente ha convencido a algunos que antes nos votaron a nosotros y ahí tenemos que hacer un mea culpa para ver qué tenemos que mejorar y recuperar ese votante”, analizó en una entrevista con TN.
Ya iniciado el año electoral, Jorge Macri apuesta a jugar fuerte con una agenda cargada de actividades porque asegura que “es tiempo de empezar a resumir la oferta electoral” del PRO y mostrar quienes son los que compiten. Pero sabe que no alcanzará solo con mostrarse activo, sino que también deberá atender las dudas de los socios políticos que Larreta supo forjar en CABA como el radicalismo, el socialismo, el partido de Carrió y Confianza Pública. Ellos se inclinan más por una opción larretista pura y hasta algunos se animan a proponer a Vidal de candidata. Pero Macri sabe que su aceitada cintura política por los años de gestión en el conurbano bonaerense será puesta a prueba de forma más intensa a medida que se profundice la interna amarilla.