El Congreso se prepara para una semana en la que cambiará su fisonomía con la jura de los legisladores electos y la designación de las nuevas autoridades en la que finalmente -todo indica- se respetará lo sugerido por Cristina Kirchner acerca de que la presidencia de las Cámaras les corresponde al partido gobernante dado que se trata de funcionarios que se encuentran en el escalón tres y cuatro de la línea sucesoria. El interrogante se abre acerca de cómo funcionará este nuevo parlamento con un oficialismo en minoría extrema y bloques opositores que todavía no se sabe bien cómo quedarán conformados, con amagues de rupturas tanto en Unión por la Patria como en Juntos por el Cambio. Para más, esto se da en el contexto del tratamiento inmediato de una ley ómnibus que anticipa un ajuste inédito.
Como sucedió con otros cargos, Javier Milei también tuvo que cambiar de parecer respecto a su primera opción para la elección de autoridades en el Congreso. Junto a su ministro del Interior, Guillermo Francos, habían imaginado que era una buena oportunidad para armar una alianza con un sector del peronismo antikirchnerista, con la opción de Florencio Randazzo como presidente de Diputados. La posibilidad no pareció sumar consensos y sirvió para enojar todavía más a Mauricio Macri que reclamaba el cargo para Cristian Ritondo, con el argumento de peso que además le sumaría al flaco bloque de 38 legisladores de La Libertad Avanza otros 40 del macrismo.
Ninguna opción lo terminaba de convencer, por lo que Milei optó por el riojano Martín Menem, de apellido famoso pero nuevo en la política. Cómo hará el joven Menem -hijo del senador Eduardo- para conseguir que el Gobierno saque sus proyectos de ley con tan pocos legisladores propios es algo que habrá que habrá que ver en funcionamiento a partir del mismo 11 de diciembre, cuando comenzará a tratarse la ley ómnibus que incluirá reformas estructurales que la nueva gestión considera fundamentales para sus objetivos. Sin Ritondo en la presidencia, desde el macrismo adelantaron que el futuro oficialismo también deberá negociar con ellos como con cualquier otro bloque de la oposición. La designada ministra Patricia Bullrich prometió arrimar una docena de voluntades al "mileismo".
Esta semana habrá reuniones para definir las jefatura de cada bloque, que es posible que disparen enojos y rupturas. Unión por la Patria será el bloque más numeroso de la Cámara baja con 108 diputados originales, que ya tuvieron una primera fuga con el anuncio del gobernador salteño, el massista Gustavo Sáenz, de la conformación de un espacio provincial junto a sus pares de Misiones, Río Negro y Neuquén. Es decir, sus tres legisladores que se contaban para UP irán a un bloque provincial, que votarán en cada caso de acuerdo a su conveniencia. En general, todos los gobernadores están muy interesados en conseguir algún tipo de acuerdo con la nueva gestión que le asegure que contarán con los fondos para el pago de salarios.
Hay una lógica general que se dio en los últimos tiempos que es que conviene formar sub-bloques que luego se integren a un interbloque general antes que armar un gran bloque común que responda a una conducción única. Primero, porque hoy en el peronismo no existe quien pueda adjudicarse esa jefatura única. Segundo, porque la experiencia indica que pueden conseguir una mayor visibilidad con bloques más pequeños.
Un caso fue el del jujeño Carlos Snopek, cercano al massismo, quien en el Senado armó una bancada separada de la UP con otros legisladores no alineados, movida que repetiría esta semana al asumir en la Cámara baja. En principio, se asociaría al santafesino Roberto Mirabella, que responde al gobernador Omar Perotti, y buscaban otros aliados entre los cordobeses. Con todo, luego de la designación del schiarettista Osvaldo Giordano en el Anses, el cordobesismo parece más integrado al gobierno que afuera.
Más allá de la sospechosa salida de los diputados massistas de la comisión de Juicio Político de la semana pasada, todo indicaría que el Frente Renovador continuará integrado a UP. Había quienes encendían una alerta sobre la posible continuidad de Guillermo Michel -mano derecha de Sergio Massa- en la Aduana, algo que el propio Michel descartó, pese a que las versiones siguieron. Pero lo que resultará determinante será conocer la posición de los gobernadores del peronismo, quienes mantendrán el poder territorial dentro de un partido golpeado. En esta oportunidad, probablemente serán ellos más que el kirchnerismo quienes lleven la voz cantante para definir la estrategia de la bancada.
En principio, todo indicaría que el santafesino Germán Martínez conservará la jefatura del bloque. Una decisión justificada en su buen diálogo con todos los sectores y con el trabajo intensivo que llevó adelante en el cargo. "Tenemos que ser claramente defensores de los intereses de las provincias y municipios de la Argentina", anticipó esta semana en una entrevista. Los legisladores de Unipon por la Patria -salientes y entrantes- se juntarán el miércoles en una cena y el jueves deberán tener listas todas estas definiciones junto a otras como quién ocupará la vicepresidencia primera de la Cámara, el puesto que le sigue a Menem.
En cuanto al Senado, Unión por la Patria cuenta con un número decisivo con 33 legisladores, que podrían llegar a 37 si consigue arrimar a los provinciales. Nada prodría salir aprobado sin su visto bueno. Se mantendría la lógica de un interbloque dividido para obtener mejor reparto en comisiones, con el formoseño José Mayans a cargo de la bancada más numerosa. El gobernador Gildo Insfrán sostuvo en su último acto la necesidad de que así como el peronismo respetará lo que se votó a nivel nacional, el nuevo gobierno también deberá ser respetuoso de lo que se eligió en cada jurisdicción. En su caso, ganó todas las elecciones del año. Otros fueron Axel Kicillof y Gerardo Zamora. Resultará decisivo lo que tengan para decir los gobernadores como él respecto a la reorganización del peronismo y la conducción de las bancadas que se resolverá esta semana.
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