En los 90 fue uno de los estrategas más influyentes y exitosos de Estados Unidos, y luego recorrió el mundo demostrando que sabía cómo hacer que un candidato ganara las elecciones. En Argentina, lo consiguió con Fernando De La Rua. Hoy, alejado de los grandes medios que lo celebraban, Dick Morris trabaja para que Donald Trump vuelva al poder en Estados Unidos en 2024 y, según reconoció a El Destape, "quizás" también Patricia Bullrich este año. "Creo que quizás no entiende cómo ganar las elecciones y espero poder explicárselo", sostuvo el veterano de 74 años que está convencido que Javier "Milei no va a ganar".
Milei y Trump, dos discursos diferentes
Hace unos años, cuando estaba cerca de sorprender con el resultado de las elecciones legislativas de medio mandato, Milei sostenía que su alineamiento con Trump y el entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, "era casi natural". En estos días, ya como favorito para quedar primero en las elecciones 2023 de octubre, recibió al periodista favorito de Trump, el ex Fox News Tucker Carlson, para una entrevista en Buenos Aires y crecen los rumores de que el ex mandatario estadounidense y actual precandidato republicano para volver a la Casa Blanca se podría sacar una foto con él o expresar algún tipo de apoyo.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Para Morris, quien vivió en Argentina un tiempo en 1999 durante la campaña de De La Rua y habla algo de español, esto no sucederá. Trump no va a apoyar a Milei. No se jugó por la foto, pero fue contundente sobre el apoyo. Tan contundente como cuando aseguró que "Milei no va a ganar" y que habrá balotaje en noviembre. Dijo que acaba de medir la intención de voto de los tres principales candidatos: Milei 32%, Sergio Massa 29% y Bullrich 28%. Aún así, sostiene que será la ex ministra de Seguridad macrista la que pase a segunda vuelta.
"Milei era un gran candidato hasta que pisó una mina: la dolarización", sostuvo en una charla el viernes en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCA, que organizó la Asociación Argentina de Consultores Políticos Argentinos y la Cumbre Mundial de Comunicación Política. La imagen de una mina es contundente: una vez que se la pisa ya no hay vuelta atrás, la destrucción es asegurada.
El estratega, sin embargo, reconoció que el libertario tiene algunas similitudes con Trump. "No me gustan todas las ideas de Milei pero algunas son muy buenas, como oponerse a la clase política, a los peronistas, lo que hicieron y todo el dinero público que gastaron", le dijo a este portal en referencia a su rechazo por la casta, un discurso muy similar a la promesa de "limpiar el pantano" (en referencia a Washington) que suele repetir Trump.
MÁS INFO
El veterano referente electoral estadounidense reconoció que tanto Trump como Milei consiguieron el apoyo de un grupo importante de los sectores más vulnerables, aunque cada uno usa un discurso muy diferente.
A lo largo de su exposición, Morris describió el corazón del discurso de Trump como "nacionalismo económico": cerrar las fronteras y amenazar a China y Rusia para garantizar los salarios de los trabajadores estadounidenses. "En el mundo de hoy existe una clase económica que controla todo por completo y construye su poder de manera no democrática. Esta clase pelea usando las ideas de Adam Smith. Además, la mayoría de los gobiernos nacionales no son democracias (Nota del redactor: para el neoyorquino, "la única democracia pura es la de Estados Unidos")."
En ese contexto mundial, sostuvo, "Trump promete devolverle el poder a los ciudadanos" y, más especialmente, "a los trabajadores estadounidenses". En este análisis, claro, quedan afuera medidas que abiertamente beneficiaron a las grandes fortunas en Estados Unidos como la reforma tributaria regresiva que logró aprobar Trump en su mandato.
Milei propone en su discurso un mundo y un cambio político muy distinto. Coincide en el rechazo de potencias como China y Rusia, pero habla de apertura, no de cerrar fronteras. No habla de la necesidad de un Gobierno que limite a una clase económica global que domina y presiona por sus intereses, sino que promete destrozar el Estado nacional con una motosierra. En sus propuestas, la palabra nacionalismo no tiene lugar.
MÁS INFO
Pero estas diferencias no parecen importar. La razón por la que una victoria de Milei le parece imposible al exitoso estratega y actual aliado de Trump es sencillamente la promesa de dolarización. "Es una de las propuestas más crueles que he escuchado. Quizás a largo plazo pueda funcionar, pero la gente come hoy, no a largo plazo", sostuvo y dijo que la clave es explicarle a la gente cuánto podrá comprar cuando 800 pesos se transformen en 1 dólar.
Mientras esa es la razón por la que cree perderá en las urnas, hay otra cuestión que lo preocupa del libertario. "Milei está creando un partido político, pero el problema es que no podrá generar suficientes legisladores para poder aprobar algo. Temo que cuando tienes un movimiento popular que demanda cambios y el Congreso no apoya esos cambios, entonces podría eliminar el Congreso. Temo que Milei traiga de vuelta a los militares".
Por eso, para Morris, aunque promete enfrentar a la casta, el libertario es peligroso. No así Bullrich, a quien conoció "cuando estaba con De La Rua". En su análisis sobre el escenario argentino, el estratega estadounidense iguala casta o clase política simplemente con peronismo y construye un relato histórico en el que fue siempre esta fuerza la que frenó el cambio. Durante la charla académica, el estratega estadounidense destacó que, mientras De La Rua "fue débil" y Mauricio Macri "ni siquiera intentó" enfrentar al peronismo, Bullrich "es tan dura como ellos y les va a ganar".
La estrategia de Trump para volver al poder
A diferencia de los estrategas bolsonaristas que suelen circular por los medios o muchos de los estudios que analizan el crecimiento de los movimientos y candidatos de extrema derecha en el mundo, para Morris la llamada batalla cultural aún no es el tema central para ganar las elecciones y llegar al poder. En su opinión, el slogan de la campaña que le consiguió la reelección presidencial al demócrata Bill Clinton a mediados de los 90s aún sigue vigente tanto para Argentina como para Estados Unidos: "Es la economía, estúpido".
"La estrategia de Trump seguirá centrándose sobre la economía. Porque la diferencia aún es enorme entre lo que hizo Trump y lo que hizo Biden. Hay dos gestiones para comparar", sostuvo, pese a que la tasa de desempleo cayó del 6,3% cuando Trump dejó la Casa Blanca a un 3,8% en agosto pasado. En gran parte, esto se debió a que, con el plan nacional de vacunación contra el Covid-19 Biden logró reactivar la economía y lanzó una serie de iniciativas billonarias para inyectar dinero público a la economía.
La promesa central de Trump, según Morris, será conseguir crecimiento económico sin inflación a través de una mayor producción de hidrocarburos -metiendo mano en las reservas no explotadas y en contra de los reclamos ambientalistas- y salarios más altos -retomando su política de mano dura comercial con sus rivales internacionales.
Al igual que el resto del mundo, Estados Unidos sufrió el año pasado picos de inflación como hacía décadas que no atravesaba. la mayoría de los analistas lo vincularon a la rápida recuperación pospandemia y al crecimiento dramático de los precios internacionales de la energía y los alimentos, empujados por la guerra en Ucrania y la lluvia de sanciones financieras y comerciales que el propio Washington y sus aliados impusieron a Rusia como represalia por la invasión en febrero de 2022.
Después del peor pico interanual de 9,1% en junio de 2022, la inflación ha ido desacelerándose mes a mes. En julio pasado, registró un 3,2%. No obstante, en un país en el que el crecimiento de la economía y, principalmente, la economía familiar está muy basado en el endeudamiento, el impacto aún se siente y, más aún, si la política que eligió el Gobierno de Biden para bajar la inflación fue subir las tasas de interés y enfriar la economía.
MÁS INFO
Por eso, Morris va a volver a apostar por la economía. Aún si reconoce que la batalla cultural -o como se corporizó en Estados Unidos, la lucha contra el movimiento Woke que denuncia la discriminación y prejuicios raciales, sexistas y hasta socio-económicos- también da resultados. "El movimiento Woke es un tema importante, pero no creo que reemplace a la economía. Aunque está creciendo mucho", advirtió el estratega.