Como nunca -o como siempre-, toda la atención estará concentrada en lo que suceda sobre el escenario del remodelado Teatro Argentino de La Plata, donde la vicepresidenta Cristina Kirchner dará una charla sobre "La Argentina Circular". Título oportuno, en momentos que el Gobierno enfrenta una corrida de los sectores económicos que presionan por una devaluación ante la escasez de reservas, una situación que se ha visto montones de veces en las últimas décadas. Pero más allá del motivo formal de la "clase magistral" con la que inaugurará la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, el Frente de Todos espera una definición respecto a cuál será su posición en las elecciones. Luego del renunciamiento de Alberto Fernández a la reelección, sólo queda por conocer la decisión de Cristina para terminar de trazar la oferta electoral del oficialismo. Muy dada a sorprender con alguna jugada inesperada, las especulaciones sobre lo que diría Cristina estaban a la orden del día.
Una de las pocas certezas respecto al acto era que el "Cristina presidenta" que bajará de plateas y pullman será atronador. La convocatoria no tiene nada que ver con las que vino haciendo la "mesa de Ensenada", el grupo de dirigentes kirchneristas que moviliza contra la proscripción de la vice y a favor de una candidatura presidencial. En esta invitación no hubo ninguna referencia electoral y, en cambio, sí a la situación económica. "El FMI y su histórica receta de inflación y recesión. Fragmentación política y concentración económica", será el temario, muy parecido al de su última charla en la Universidad Nacional de Río Negro. La circunstancia especial de cumplirse 20 años de la elección que consagró a Néstor Kirchner será un motivo para el recuerdo emocionado, como surge ya desde el video presentación.
Menos convencidos que hasta unos días atrás, los integrantes de la mesa de Ensenada admitían que hoy la candidatura presidencial de CFK no es la opción más probable. Es más, la insistencia con esa posibilidad, que la propia vice descartó en dos ocasiones, terminó por generar divisiones en el kirchnerismo debido a las contradicciones que muchas veces se genera en el mensaje. Proscripción, clamor por la candidatura y la aparición de postulantes alternativos en el mismo espacio termina armando un menú que requiere más de una explicación. En lo que no hay distinciones es que el liderazgo político de la coalición es de Cristina y, por ende, la "lapicera" para redactar la estrategia electoral le corresponde. "Cristina es la ordena este lío", afirmaba uno de estos dirigentes.
"La birome siempre la han tenido los militantes. El problema que tenemos hoy es que las biromes quieren escribir un nombre y el Poder Judicial saca el nombre que quieren escribir esas biromes para esta elección", sostuvo Máximo Kirchner en el plenario del sábado pasado en Ferro en respuesta al video del renunciamiento de Alberto en el que insistió que los candidatos debían surgir de las PASO. "Démosle la lapicera a cada militante", fue la frase que grabó Alberto. Como continuidad a la respuesta de Máximo, desde las redes surgió la iniciativa de subir una foto con el nombre de Cristina escrito en un papel. Carlos Bianco, el jefe de asesores y mano derecha del gobernador Axel Kicillof, fue de los primeros en sumarse a la iniciativa que siguieron funcionarios, dirigentes y militantes. Un operativo clamor, pero por escrito.
"¿Qué dirá?", era la pregunta repetida como eco dentro del Frente de Todos. "El que te dice que sabe, miente. Cristina nunca le adelanta nada a nadie", era la respuesta que se daban los mismos que preguntaban. Sólo quedaban las hipótesis:
* Cristina presidenta. “El 10 de diciembre del 2023 no voy a tener más fueros, así van a poder dar la orden de que me metan presa. Sí, presa, pero nunca una mascota. No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora, mi nombre no va a estar en ninguna boleta. Termino el 10 de diciembre y me vuelvo a mi casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fue mi compañero”, dijo, furiosa, Cristina en diciembre luego de que se conociera la sentencia del Tribunal Oral Federal 2 en la amañada causa Vialidad, cuando la condenaron a seis años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos. Luego aclaró que ella no se había bajado de la candidatura, sino que la habían proscripto dado que la sentencia era una guillotina que una justicia "mafiosa" podía bajar cuando lo dispusiera. Por ejemplo, pocos días antes de la elección.
CFK instó a dirigentes y militantes a sacar el "bastón de mariscal" y salir a la calle. Cada uno la interpretó a su manera la frase. Para un sector importante, significó iniciar una lucha contra la proscripción y, al mismo tiempo, la instalación de su candidatura presidencial. Por cierto, la vicepresidenta nunca frenó esta iniciativa y en la reunión que mantuvo dos semanas atrás con un grupo de sindicalistas, avisó que no estaba en sus planes jubilarse. Pero después de eso no hubo novedades y en el mismo grupo cristinista se apagó el entusiasmo. "La situación actual justifica que un anuncio que hizo Cristina en su momento se pueda rever", volvió a la carga esta semana el secretario general de la CTA, Hugo Yasky. La gente más cercana a la vice aseguraba que la negativa nunca se modificó.
* Cristina senadora. Descartada la presidencia, una posibilidad que se barajó desde el vamos fue que se presentara como candidata a senadora en la provincia de Buenos Aires. Por un lado, es el distrito donde se mantiene como la dirigente con mayor intención de voto, en especial en los municipios más populosos del Conurbano. De esa manera, contribuiría a la victoria nacional del Frente de Todos y, particularmente, a la del gobernador Axel Kicillof, por el arrastre de la boleta. Pero aquí también juega aquella promesa de que no desea fueros, porque se sabe inocente de los cargos por los que la condenaron. Una posibilidad que se escuchó en los últimos días fue que se presentara como candidata a gobernadora, acompañando en una postulación de Axel a la presidencia. "De todas las variantes me parece la más improbable", comentaba ayer un dirigente cristinista.
* Cristina electora. Si la vicepresidenta efectivamente cumple con su decisión de no presentarse quienes viene promoviendo su postulación hablaban de un "empoderamiento" para que ella designara a quien creyera que mejor podría representarle. El ministro bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque lo imaginó como hizo Perón con Cámpora en el '73. Según se viene comentando desde hace tiempo de parte de quienes dialogan con CFK, su favorito es el ministro de Economía, Sergio Massa, con quien generó un vínculo de confianza pese a sus diferencias. Sin embargo, las dificultades económicas y la imposibilidad de bajar el índice de inflación como había prometido llenó de dudas la alternativa Massa.
El ministro, decidido a convertir la crisis en oportunidad, busca desde esta semana mostrarse como el gran protagonista de frenar la corrida, conseguir dólares, renegociar con el FMI e. incluso, promover el tan anunciado acuerdo de precios y salarios. En su hiperactividad, ayer sorprendió con una reunión con la CGT y los movimientos sociales y anunció que el sábado convocará a los empresarios para que retrotraigan los precios a los valores previos a la corrida. Si lo consigue, tendrá buena parte del camino allanado.
Sin embargo, desde el propio kirchnerismo surgió una resistencia a la posibilidad. Una cosa sería el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, un fiel exponente del kirchnerismo. Pero respecto a Massa, en los últimos días, tanto el dirigente Juan Grabois como el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, expresaron su desacuerdo con que nuevamente el candidato presidencial sea nuevamente un representante de las líneas moderadas de centro. "No quiero otro candidato conservador, quiero un candidato peronista", planteó Capitanich en diálogo con El Destape Radio, De todas formas, avisó que esperaría la decisión de Cristina "porque es la líder de nuestro espacio".
¿Lo hará? "Veo difícil que diga algo taxativo porque estamos en medio de una crisis. Yo creo que vamos a tener que seguir esperando", imaginaba un dirigente que se contaba entre los que ya habían recibido su pulserita para acceder a las primeras filas del Teatro Argentino, allí donde esta tarde estará concentrada toda la atención. Lo que tenía que quedar en claro era en qué escritorio estaba apoyada la lapicera. "Nada sin Cristina", aclaraba.