La campaña de las elecciones 2023 girará en torno a la economía. Sergio Massa y Unión por la Patria con las medidas adoptadas y un camino centrado en la generación de riqueza y redistribución. Javier Milei, de La Libertad Avanza, con propuestas taquilleras y un recorte de prestaciones estatales pensado a partir de los números. Patricia Bullrich, floja en la materia, pudo ubicarse también en la zona de largada al sumar a Carlos Melconian.
La postulante de Juntos por el Cambio quedó en una incómoda posición intermedia entre el peronismo y los libertarios. Melconian planteó que llegó para proponer la solución, no el ajuste, aunque también adelantó que habrá que meter mano en zonas sensibles. Habló de la explotación de los recursos naturales con fuerte presencia de los privados y Bullrich bregó por la apertura de la Argentina al mundo sin que eso ponga en riesgo las actividades y puestos de trabajo locales.
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El plan no se conoció este jueves. Fue una presentación en sociedad. El economista casi que se dedicó a destacar el trabajo hecho en paralelo a cualquier equipo de campaña y, como si fuera un visitador médico, reconocer en Bullrich a la compradora de su programa. Le faltaba liderazgo político, dijo, y ahora lo consiguió.
Después de la presentación, Martín Tetaz, parte del equipo que estuvo presente en Córdoba, lanzó algunas conclusiones ante la consulta de El Destape. Para él, quedó en claro “que Juntos por el Cambio está detrás de una propuesta económica seria que viene siendo trabajada por un equipo de profesionales hace más de dos años, que está encabezada por una persona con probadas credenciales y que además es un gran comunicador”.
Si bien no hubo un detalle profundo de las propuestas, se dieron a conocer trazos gruesos. “Argentina va a tener un Banco Central independiente y un presupuesto equilibrado”, destacó Tetaz y agregó que “la independencia del Banco Central va a implicar una unificación cambiaria, la tendencia a la eliminación de impuestos a las exportaciones, a los controles de cambio, a los controles de exportaciones, a las cuotas y a todo tipo de restricciones al comercio exterior. Vamos a un esquema de normalización de la macroeconomía”.
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En ese programa, sostuvo el diputado, “no hay ninguna estrategia para tomar deuda en el primer año de gobierno”. O sea, la “principal diferencia con Milei es que el equipo de Melconian no plantea llegar al a normalización con deuda”. Para eso, será necesario “el equilibrio presupuestario desde el día uno”.
El BCRA, sin embargo, no tendrá su “independencia” de un momento a otro sino que demandará un proyecto de ley que será enviado al Congreso el 10 de diciembre en caso de ganar las elecciones y necesitará de un trámite parlamentario que será extenso o exprés, según la conformación de las mayorías. Se estimaron tres meses dada la complicidad entre Juntos por el Cambio y los libertarios en este asunto.
La apuesta con Melconian
Melconian es una buena noticia para Patricia. Ella no tiene conocimientos de economía y no podía compartir escenario con Massa y Milei. Ahora podrá mostrarse en igualdad de condiciones. Y, además, le saca la marca en la materia. Podrá dejar de meterse en laberintos enroscados para pasar a concentrarse en lo que a ella le interesa: el liderazgo.
Se encargó, en los últimos días, de mostrar el alineamiento de distintos dirigentes detrás de su figura, logró contener a los larretistas y a quienes hicieron un acuerdo con el jefe de Gobierno porteño para que ellos se encarguen de cuidar los votos moderados. Horacio Rodríguez Larreta dijo que, según unas encuestas, la mayoría de las personas que lo votaron a él ahora lo harán por Patricia. No todos los sondeos dicen lo mismo.
Pero fue un trabajo importante. En la primera semana le costó bastante conseguir las fotos, con el tiempo lo fue logrando. Ahora debería haber menos imágenes políticas y de cúpula para pasar a estar más con la gente y volver a la campaña de cercanía que le funcionó durante las PASO. Pero no sólo eso, sino también mostrar definiciones para plantarse como presidenciable.
Esta semana fue clave en ese sentido. Hubo una lluvia de propuestas. El martes, en materia de seguridad con foco en la situación narco de Rosario, pero con impactos nacionales al buscar cambiar la legislación para permitir que las Fuerzas Armadas patrullen las calles. El jueves, con algunos títulos lanzados por Melconian y con una serie de reformas planteadas por ella.
Patricia habló de implementar en todo el país la boleta única y el sistema unicameral de Córdoba. Ponerle fin a los privilegios en el Estado, que se bajen impuestos, mantener ciertos cuidados con la apertura comercial para que no destruya la economía local y foco en la educación para ser el “Sarmiento 5.0” que entienda el futuro. Lo más tajante estuvo en la diferenciación entre lo “humanitario” de la economía y la educación versus lo “firme” en materia de seguridad porque “los delincuentes si las hacen, las pagan”.
Con Melconian, Patricia empezó a tener espacio para hablar de temas en los que se siente más cómoda. El economista se transformó en un punto de inflexión en su campaña. Él, junto al resto de los voceros de Bullrich, permitirán que ella tenga menos peso en sus espaldas, que no tenga que ser la única voz que se escuche en los medios y le darán más tiempo para estar en el territorio.
Córdoba y nueva estrategia
Los acuerdos de cúpula y el momento de contención fuerte ya pasaron. Hubo respaldo en Córdoba de los referentes locales. Importante, porque en 2021, para las elecciones intermedias PASO, Juntos por el Cambio cosechó el 48% de los votos pero en 2023 sólo el 25%, también para categoría legislativa. La mitad en dos años. Número similar para el segmento presidencial.
Patricia se garantizó que las principales figuras cordobesas salgan a militarla y cuidar el voto para recuperar lo perdido. Lo mismo tendrá que hacer en Mendoza y se está trabajando para aumentar el caudal en Buenos Aires.
Para el bullrichismo, si se puede levantar la frente en las provincias propias que quedaron más flacas que hace dos años y si se puede interpelar a los ausentes, las chances de entrar a un balotaje están. Sobre todo porque la economía no ayuda al Gobierno con la inflación. Y porque Milei mostró su piso de votantes, que intentarán que sea su techo.
El que no fue a votar también mostró, el 13 de agosto, un rechazo a la propuesta del libertario. A la política en general. Si no, lo hubiera elegido sin problemas. Entonces, entre los ausentes no habría un voto garantizado para el dirigente de La Libertad Avanza. Para interpelarlo, se usará la estrategia del cambio racional con orden para lograr que perdure en el tiempo.
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El objetivo será demostrar que desde ese lugar intermedio, Bullrich quiere mejorar lo que está mal pero sin destruir lo que está bien. Reconocer que hay cosas que no funcionan y necesitan un cambio pero mantener el funcionamiento del país. Eso la pondría en la situación de golpear, al mismo tiempo, al oficialismo por el lado de la gestión y a Milei por el lado de lo irracional e impracticable.
Además, Milei tendrá un problema que ni ella ni Massa sufrirán. Pese al empate técnico entre los tres, el libertario ganó y correrá desde adelante con chances de ser alcanzado, aunque las proyecciones lo muestran en un balotaje seguro o ganando en primera vuelta. Con esa presión, el libertario, que ya extremó bastante su posición, deberá ir a más o a menos. No se va a poder quedar en el mismo lugar, estanco.
Ir a más lo pondría en la delicada situación de decir barbaridades, como promocionar la venta de órganos, de niños o la libre portación de armas. Sacarlo de la economía, su espacio más cómodo, para llevarlo al territorio del error. Ir a menos lo podría mostrar como más de lo mismo y perder a aquel electorado que lo eligió por ir a fondo.
Por el momento, pareció optar por el segundo camino con llantos en televisión, menos gritos y un replanteo de algunas propuestas impracticables. La dolarización pasó de ser un hecho a ser una posibilidad a futuro a ser algo que sólo puede realizarse según los tiempos de la sociedad. Pasó de ser su decisión inmediata a ser una medida probable y, luego, posible. Todos buscan su lugar.