El candidato a presidente Sergio Massa acompañará al gobernador Axel Kicillof esta tarde en Merlo en el cierre de campaña de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires, una vez más convertido en el distrito definitorio de lo que ocurra a nivel nacional. Junto a ellos estarán sobre el escenario los cabeza de boleta a senador Eduardo "Wado" de Pedro y a diputado Máximo Kirchner, la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente anfitrión Gustavo Menéndez, frente a una platea repleta de candidatos y jefes comunales. Alinear las intenciones de voto de los intendentes en sus municipios con las que muestran Kicillof y Massa a nivel provincial puede resultar clave para el resultado final. Gran parte del esfuerzo del oficialismo de los últimos días estuvo centrado en potenciar el voto en el Conurbano.
La situación no es nueva. El peronismo/kirchnerismo tiene su talón de Aquiles en la región centro del país, una desventaja de votos que suele ser compensada con la cosecha en el populoso GBA, en la primera y tercera sección electoral. Por eso, el trabajo de Unión por la Patria bonaerense estuvo en buena medida dirigido a movilizar al electorado de estos distritos, ubicado mayoritariamente en los sectores populares y desencantado con los resultados del actual gobierno. La prédica de Massa y Kicillof en cada acto estuvo destinada a entusiasmar a ese elector que apoyó en 2019, que se quedó en su casa en 2021 y que podría volver a definir ahora. "Hay enojo, desilusión, bronca, hasta ganas de no ir a votar, pero les quiero pedir estos últimos días hablen con ellos que no es volviendo al pasado con angustia y dolor cómo sale adelante la Argentina", sostuvo el candidato presidencial en el acto con la CGT, en Tortuguitas.
Será la oportunidad de volver a ver juntos sobre el escenario a los candidatos bonaerenses, algo que extrañamente se dio poco durante la campaña luego aquel arranque conjunto en Lomas de Zamora. Está descartado que participe la vicepresidenta Cristina Kirchner, lo mismo en el cierre nacional del jueves. Los números de Massa vienen en subida y la idea que prevaleció fue no hacer nada que modifique ese repunte final. Por lógica, en esta campaña para las primarias se suponía que los candidatos se "pegarían" a Cristina para consolidar el caudal de voto propio, pero no sucedió así. El domingo se conocerá si la estrategia resultó acertada. "Igual, nosotros no tenemos forma de 'deskirchnerizarnos'", ironizaban cerca del gobernador.
Si bien no aparece en actos, Cristina no se priva de dar señales a través de las redes sociales. Hace unos días recibió en su despacho al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, quien se juega una interna con Patricia "Colo" Cubría, dirigente del Movimiento Evita. Ayer, la vice no le dejó pasar una declaración de Mauricio Macri respecto a la llegada del FMI a la Argentina, de la que trataba de hacerse el distraído.
Merlo, con la conducción política del intendente en uso de licencia "El Tano" Menéndez, actual presidente del Grupo Provincia, suele ser sede de cónclaves importantes del peronismo. Allí, en 2019, se hizo la foto en la que CFK bendijo la fórmula Kicillof-Magario, que ahora van por su reelección. La gestión de Axel es muy valorada por los bonaerenses. Su intención de voto también subió en el último tramo aunque, supuestamente, todavía no llega al nivel de los intendentes. De acuerdo a un encuestador que trabajó en los principales 20 municipios del Conurbano en los últimos días, los jefes comunales bien ponderados andan en el rango del 50-55%, Kicillof en el 40-45% y Massa entre el 30 y el 35%. Si esas intenciones de voto se emparejan hacia arriba, la UP puede tener una alegría grande en el territorio bonaerense. En el Conurbano votan 9 de los 14 millones de electores que tiene la Provincia.
Mientras que los jefes comunales del oficialismo utilizaron su poder territorial para ir en busca de ese elector desencantado, Kicillof en el último tramo buscó apuntalar la cosecha de los candidatos de Unión por la Patria en los municipios manejados por la oposición. Preparó 11 spots para detallar las obras realizadas por su gobierno en cada una de esas jurisdicciones y recorrió personalmente casi todas. Por ejemplo, ayer estuvo en Bahía Blanca junto a Federico Susbielles, que se tiene confianza para pelear la intendencia. El jueves, luego del cierre oficial, el gobernador recalará en Olavarría, otro de esos municipios, y luego se reunirá con Massa para el cierre nacional en La Plata, también en manos opositoras. El ministro y candidato presidencial, por su lado, antes de ir esta tarde a Merlo pasará por Mar del Plata, donde la titular del Anses, Fernanda Raverta, quiere destronar al macrista Guillermo Montenegro.
Serán los últimos esfuerzos antes del cierre. Toda la energía está focalizada en la idea de que Massa se convierta en el candidato individualmente más votado, un porcentaje para lo que suceda en la provincia de Buenos Aires resultará determinante. De ahí también la decisión de concluir en el Teatro Argentino platense, en un escenario emblemático para el kirchnerismo. Luego del acto tradicional del miércoles en Merlo, el del jueves será atípico: un conversatorio de Massa con ciudadanos, el formato de cercanía que tanto recomienda el asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubi.