Con la confianza de hacer una buena elección en los comicios legislativos 2021, con la mirada puesta en el día después, en el 15 de noviembre, y con dos identidades algo diferentes, Juntos por el Cambio definió cómo esperará y celebrará los resultados del domingo. Otra vez, divididos pero, esta vez, no tanto. En Buenos Aires buscarán mantener la identidad bonaerense, en la Capital Federal se lanzará el discurso más nacional con la presencia de los referentes de todo el país y un plan B anti lluvia, si el pronóstico no llegara a acompañar. El último tramo de la campaña repitió la estrategia usada en las PASO, una que servirá de puntapié inicial para la carrera hacia el 2023: la perspectiva de un futuro gobierno amarillo y rojo, la necesidad de nacionalizar elecciones provinciales, de no limitarse a representar al pueblo de sus distritos en el Congreso sino de plantear un nuevo proyecto para la Argentina.
María Eugenia Vidal, que culminó su campaña con un acto sobre la avenida Figueroa Alcorta, en el norte de la Ciudad, volverá a tener su epicentro electoral en Costa Salguero. La candidata esperará los resultados junto a sus compañeros de lista nacional, local y la plana mayor de Juntos por el Cambio. El manejo de los datos será cuidadoso, concentrado más en las mesas testigo que en los boca de urna. Por eso, los primeros números fiables podrían llegar cerca de las 20:30 o minutos antes de las 21 pero recién saldrían al escenario después del discurso gubernamental del ministro del Interior, Eduardo de Pedro, con la difusión de los primeros cómputos.
Como en las PASO, habrá pocas declaraciones previas a las cifras oficiales. Probablemente Fernando Straface, jefe de campaña de Vidal, será nuevamente el primero en salir a hablar sobre la participación electoral y el desenvolvimiento de la jornada. Esta vez, estiman que habrá un crecimiento cercano o levemente superior al 5% respecto del 12 de septiembre, por lo que llegarían casi al 75% de concurrencia a las urnas.
En Costa Salguero nuevamente estarán los referentes de la mesa nacional pero, a diferencia del 12-S, esta vez no se mudarán a otro espacio para dar una conferencia de prensa post elecciones. Los motivos de ese cambio son, al menos, dos: por un lado, el problema de la logística. En las PASO muy pocos medios de comunicación se trasladaron para escuchar tres monólogos victoriosos similares a los del búnker y después de medianoche. Por otro, en esta ocasión no habrá internas y nadie deberá sentirse ofendido por mostrarse en el centro de operaciones de uno u otro candidato.
Por estas horas, incluso, no se descartó la posibilidad de separar - algo así como una suerte de corralito - a la mesa nacional del búnker Vidalista. Como para, más allá de todo, marcar una distancia entre ambos ámbitos, el porteño y el nacional, pero en un mismo complejo. También quedó en el tintero, expectante, la posibilidad de mudar el búnker a un salón techado dentro de Costa Salguero dado el pronóstico de lluvias para el domingo.
Los bonaerenses mirarán esos discursos desde lejos, en Gonnet, La Plata. Facundo Manes y Diego Santilli eligieron el Salón Vonharv para esperar los resultados junto al resto de los candidatos, intendentes opositores, autoridades partidarias provinciales y referentes bonaerenses del espacio. Dado lo ajustado del resultado esperado para Buenos Aires, no se descartó que los discursos fueran tarde, cerca de las 23. Un voto más, un voto menos, puede ser determinante. Por eso, por una cuestión de tiempo, probablemente no puedan mudarse a la CABA para una foto conjunta.
La estrategia provincial fue la de fortalecer la identidad bonaerense, por eso no habrá referentes nacionales, así como también las figuras de Manes y Santilli. Un concepto muy diferente al adoptado por una Ciudad de Buenos Aires que tendrá el lanzamiento de la carrera electoral 2023, un distrito cómodo para Cambiemos, el territorio que los vio nacer.
Esas dos identidades pudieron verse en los cierres de campaña. Tanto en CABA como en Buenos Aires sonó el concepto de "vamos a volver" pero en la Ciudad estuvieron los dirigentes nacionales, Horacio Rodríguez Larreta lanzó un "volveremos en 2023", Vidal centró su puntada final en la necesidad de decir "basta" y construir un "espacio seguro", como el que construyeron en Capital Federal, pero dentro del Congreso. La elección del concepto "espacio seguro" no fue casual. En medio de una fuerte maniobra para instalar la inseguridad como tema del sprint final, no sólo bombardearon desde los medios de comunicación sino que el diputado nacional del radicalismo, Luis Petri, presentó un proyecto para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
En el caso de Buenos Aires, en tanto, se hizo más foco en la provincia, en la necesidad de construir una Buenos Aires y un país mejores. Se apeló a la supuesta liberación masiva de presos, el compromiso para endurecer el Código Penal, la obligatoriedad de la evaluación educativa, de mejorar la infraestructura y la conectividad y otros ejes que se repitieron hasta el infinito estas semanas.
Lo cierto, a fin de cuentas, es que con más o menos énfasis, ambos distritos buscaron nacionalizar la campaña. Les sirvió en las PASO, entendieron que la ciudadanía votó contra la gestión nacional y quisieron volver a hacerlo. Por eso se habló menos de la Ciudad y la provincia que del país. La gran incógnita ahora pasará por ver los resultados: si Vidal logrará superar por mucho el piso autoimpuesto del 50% de los sufragios; si conseguirá meter ocho de los diez diputados que renueva la oposición por la CABA; si en provincia podrán mantener la diferencia de tres puntos con el oficialismo, si el resultado será muy ajustado o si, por sorpresa, el territorio más populoso del país cambiará de color.