Poco antes de conocerse los primeros resultados oficiales, la dirigencia de Juntos por el Cambio reunida en el búnker de Costa Salguero anticipaba los resultados. Con mesas testigo, adelantaron una victoria a nivel nacional que por cábala, cautela o el simple hecho de no creerlo posible, los daba como ganadores en todo el país. Media hora después, los datos comenzaron a cargarse y materializaron la visión opositora. Después de eso, sólo quedaron abrazos en el VIP del complejo ubicado en el norte de la Capital Federal, un desfile de candidatos en el escenario central y la reivindicación no sólo de la performance de María Eugenia Vidal en la Ciudad sino también de Ricardo López Murphy que se ganó un lugar en la foto de unidad tomada después de la medianoche en Palermo.
Salvo Diego Santilli, que cedió su lugar en Costa Salguero para conceder la imagen de unidad bonaerense, todos estuvieron en el búnker tradicional de Cambiemos. Llegaron pasadas las 19, a cuentagotas, con la votación cerrada y a la espera de los primeros números propios firmes. Desde que abrió el complejo, a las 17, los resultados fueron siempre los mismos: Vidal arriba de los 30 puntos, López Murphy con una excelente elección (entra cuarto y mete a Gustavo Lazzari octavo) y la figura de Javier Milei como un factor a tener en cuenta en noviembre.
El acuerdo para conseguir meter al economista levantó la cifra de la alianza en un territorio cómodo pero no logró que frenar el crecimiento del liberal que alcanzó el 13% de los sufragios. Restará, con el tiempo, constatar si los votos del ministro de la Alianza irán para Vidal sin pérdidas en el medio o si habrá filtraciones hacia Milei. Más allá de eso, analizaron que, aunque se dividan las voluntades en noviembre, el piso es alto y la victoria es un hecho. Firmaban con un 40 o 45% y lograron el 48%.
En el escenario principal, ante simpatizantes que luego se transformaron en militantes, López Murphy ganó un lugar como orador antes de Vidal, no así Adolfo Rubinstein, que estuvo presente pero no habló. El tercero en la PASO. Tampoco formó parte de la foto de unidad del cierre de jornada, pero sí de la conferencia bunkerista. Más que un desconocimiento de su elección, fue un reconocimiento al economista que contuvo varios votos del núcleo duro liberal ante la ausencia de una boleta con el nombre de Patricia Bullrich con quien la ex gobernadora hoy mantiene una excelente relación.
En Buenos Aires también se dio un resultado previsible. Santilli se impuso como la boleta ganadora ante Facundo Manes pero los números del neurocientífico causaron un impacto importante. El ex porteño no esperaba que su contrincante pasara los 35 puntos de la interna de Juntos y rondó los 40. Ahora, de cara a noviembre, ambos deberán guardar una relación de paridad, sin una cara única. Dos referentes, una provincia. El radical, más fuerte en el interior y el del PRO más consolidado en el conurbano.
Separados por casi 60 kilómetros, los dirigentes celebraron en los dos búnker. En Costa Salguero, resguardados en una zona VIP, Mauricio Macri repartió abrazos por todos lados. Eufórico, dicen los que compartieron el espacio especial con él. Pero no fue su triunfo. Recién terminada la elección, ninguno se animó a arriesgar un liderazgo post PASO. Falta noviembre pero Horacio Rodríguez Larreta dio un paso como armador en la Ciudad y la provincia. Pero tampoco lo hizo solo. Él y Vidal pidieron la participación del hombre FIFA en la campaña después de haberle solicitado que se abstuviera de hacerlo. Un sector PRO lo ve como líder y lo necesitaron.
¿Quién es el ganador? "Todos", respondieron eufóricos tras la victoria electoral. En el interior, Patricia Bullrich, como presidenta del PRO, recorrió muchas provincias y se alzó con una victoria contra Macri: en Córdoba, ganó su lista, la de Luis Juez, frente a la apoyada por el ex presidente, la de Mario Negri. Desde el larretismo, en tanto, no quisieron entregar el bastón nacional y resaltaron que ellos también visitaron muchos distritos, tal vez más que la ex ministra de Seguridad. Pero en Santa Fe perdieron todos. Perdió Macri, perdió Bullrich y perdió Larreta. Los tres estuvieron detrás de la boleta de Federico Angelini que quedó tercero en su PASO.
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Sin embargo, al cierre de la jornada no hubo más que alegría. En una exposición de los presidentes de cada partido fundador de la alianza, Bullrich destacó la victoria en 17 provincias entre las que se destacaron La Pampa, Santa Cruz o Tierra del Fuego, por poner algún ejemplo. Desde GEBA, Alfredo Cornejo por el radicalismo, Maximiliano Ferraro por la Coalición Cívica y la titular del PRO perfilaron el 2023. Consolidar el resultado en noviembre para ser una alternativa de alternancia en las próximas elecciones ejecutivas.
Bullrich dijo que lograron entender lo que quiere la sociedad, destacó que se convirtieron en la primera fuerza nacional y resaltó su orgullo por la construcción de Cambiemos en un año y ocho meses como oposición. Ferraro completó que el resultado los invistió de una responsabilidad importante para poner "límite y equilibrio" en el Congreso y fortalecerse para el 2023 y Cornejo sintió satisfacción por ser parte de una alianza que dio una "señal clara" para "ponerle un freno" al gobierno.
Extrañamente, Juntos por el Cambio tuvo siete espacios de encuentro sólo en la CABA y la provincia. El jueves, las autoridades nacionales acordaron un lugar especial para dar sus conclusiones y lo sumaron a López Murphy, pieza clave para noviembre. La jugada fue pergeñada por Bullrich y Cornejo que charlaron por teléfono y emprendieron la operación convencimiento para lograr la adhesión de los líderes a nivel país. La que faltó fue Elisa Carrió que siguió la elección desde su casa. Dijo no querer estar con la prensa porque no fue candidata.
Hubo una sola interpretación de ese convite especial: evitar que Larreta acaparara el triunfo como una victoria personal, que no tenga dos buenos resultados en un mismo lugar y que el trofeo sea de todos. El jefe de Gobierno tomó la postura de no hablar ni en el búnker ni en GEBA pero formó parte de todas las fotos.
Al cierre de la noche, casi como una reedición de la foto en soledad del Mago Sin Dientes en la derrota del 2019 (este domingo llegó a Costa Salguero a las 16, casi cuatro horas antes que los dirigentes), Macri, Larreta, Bullrich y Jorge Macri se quedaron en medio del patio que eligieron para mostrar su unidad. El intendente de Vicente López fue recibido por todos, minutos antes, entre aplausos y un "vamos, carajo" que emanó de su boca para celebrar el triunfo en Buenos Aires, donde es presidente del PRO. En el debate por el liderazgo, fueron los cuatro que decidieron mostrarse como los grandes armadores de la victoria.