“Hay una Pichettomanía”, dicen desde el entorno del auditor general de la Nación, Miguel Ángel Pichetto. Lo atribuyen a que “habla de lo que nadie habla”, en referencia a las críticas hechas a la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la delincuencia. Con ese discurso duro, el rionegrino está encolumnado en el bando de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, los más radicalizados dentro de la alianza de Juntos por el Cambio y con su participación en el espacio apuntan a captar dirigentes “no kirchneristas”. Cerca suyo especulan, incluso, con una candidatura en las elecciones 2023 nuevamente en el rol de vice.
Pichetto, que fue el presidente de la bancada peronista en el Senado por casi dos décadas, se pasó al bando macrista en las elecciones de 2019 cuando integró la fórmula del líder PRO que perdió frente a Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Desde su entorno analizan que la distancia con el Frente para la Victoria tuvo su origen en ciertas restricciones a su accionar y porque no le dieron el espacio que deberían haberle dado. Un “cartel político” que sí le dio Macri al nombrarlo candidato a vicepresidente, una ocasión que aprovechó para seguir en la escena política y no desaparecer al abandonar la Cámara Alta.
El dirigente integra el sector duro de Juntos por el Cambio y cerca suyo especulan, incluso, con una posible candidatura del ex senador al lado de Patricia Bullrich. La expresión de deseo se basa en la coincidencia de ambos en ciertos eventos durante los últimos días y en charlas que compartió o compartirá con personas que se mostraron junto a Bullrich.
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Si bien no se sabe si el rionegrino irá a las urnas en estas elecciones legislativas, ya imaginan un tándem Bullrich-Pichetto para un 2023 que aún es muy lejano. “Vice del que sea, por consenso”, dicen ante la posibilidad de que Mauricio decida jugar en el próximo año impar, algo que tampoco está definido. Por eso, de momento el rol del ex senador será intentar captar dirigentes indecisos para ensanchar las filas de Juntos por el Cambio, algo que también quiere hacer Horacio Rodríguez Larreta pero sin un discurso de tan extrema derecha. Por eso, preocupa la aparición de figuras como José Luis Espert o Juan José Gómez Centurión, que podrían restar votos.
A pesar de haber criticado una supuesta “cultura del pobrismo” en Argentina, apuntar contra la AUH y pedir incentivos para que las familias “no tengan tantos hijos” o quejarse porque “acá entran delincuentes extranjeros”, cerca suyo aseguran que es un hombre de consenso y que “no es fanático”. Además, sostienen que “Cristina Kirchner le debe la libertad” porque, amparado en las leyes y la falta de una condena firme, no aportó senadores para sacarle los fueros a la actual vicepresidenta.
Con ese panorama de fondo, dicen que Pichetto tiene “buenos ratings” en la televisión y remarcan que está viajando por todo el país. Este viernes estará en Mendoza con Alfredo Cornejo, el titular del radicalismo a nivel nacional, y antes estuvo en Rosario. Apunta a conquistar cierto “sector del medio” que existe, aseguran, gracias a las medidas adoptadas en torno a la cerealera Vicentín o la renuncia de Ginés González García por la aplicación de dosis de vacunas del coronavirus por fuera del esquema de turnos estipulado.
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En 2019 Pichetto no analizó, como primera opción, volar del peronismo hacia Cambiemos sino que pasó primero por Alternativa Federal, donde compartió cartel con Sergio Massa, Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey. Un espacio que duró un suspiro y se partió. Desde el bando del rionegrino culpan por ello al presidente de la Cámara de Diputados. Ante esa situación, se fue junto a Macri que “fue el primero que lo metió en cartel político”, aseguran. Casi de forma contradictoria, aclaran que al dirigente no le interesan los cargos pero denuncian que Néstor Kirchner y Carlos Soria no le dieron el espacio para disputar la gobernación de su provincia y que, tiempo después, Jaime Durán Barba – el gurú de Mauricio - “le vio el perfil de vice por ser el mejor cuadro político”.
Por eso, consideran que “arrasa” en la Ciudad de Buenos Aires junto a Patricia Bullrich, con más del 50% de los votos, y que tiene mucha fuerza en Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Sin embargo, falta mucho y es casi imposible pensar en un escenario de candidaturas para el 2023 con las elecciones 2021 por delante y una pandemia por resolver. Sin embargo, Pichetto decidió volver a la escena política con su Paronismo Republicano para captar voluntades “no kirchneristas” y reforzar Juntos por el Cambio, algo que celebraron tanto Bullrich como Macri.