Juan Grabois: "El salario universal sale o sale”

El dirigente social e integrante del Frente de Todos mantiene reuniones con la oposición para que su proyecto tenga consenso. Admite que "es más fácil hablar con los de enfrente que con los de al lado". Promueve candidatos de su espacio para estas elecciones. Define a Cristina Kirchner como "el corazón" del Gobierno y a Macri como "un sociópata".

18 de julio, 2021 | 00.05

Juan Grabois no da muchas vueltas para hablar y no calla críticas hacia el propio Frente de Todos que integra. Define al gobierno de Alberto Fernández como “de transición”, a Cristina Fernández de Kirchner como “el corazón” de la coalición y no esconde sus reuniones con referentes de Juntos por el Cambio. Pese a sus diferencias, en estas elecciones 2021 dice que votará al Frente de Todos porque “lo que hay enfrente es muy feo”, en referencia a Juntos por el Cambio. Más allá de quiénes sean los candidatos de la oposición, asegura que “son todo Macri”.

Como se hizo en otros años, menos en 2020 por la pandemia, el próximo 7 de agosto (el día de San Cayetano) encabezará junto a otros dirigentes una masiva movilización hacia Plaza de Mayo. Aprovechando el avance de la vacunación, aunque manteniendo las normas de cuidado por el coronavirus, la CTEP, Barrios de Pie-Somos, y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) impulsarán una agenda de reclamos aunque también será una forma de demostrar la fuerza del Frente de Todos en la calle, en medio de la campaña electoral. Una de las consignas será la implementación de un salario básico universal. “Lo vamos a sacar este año o el que viene, por las buenas o por las malas”, advierte Grabois en una entrevista exclusiva con el Frente de Todos.

Abogado, de 37 años, no se niega a sentarse con dirigentes del PRO o de la UCR para presentar sus proyectos y lograr los consensos necesarios para que se aprueben. Un ejemplo de eso fue la ley de Barrios Populares que negoció con el integrante de la mesa judicial macrista Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, hoy prófugo en Uruguay. Dice que le resulta “más fácil hablar con los de la vereda de enfrente que con los de al lado” porque “lo importante es tener claro los intereses que se representan”. En las últimas semanas se juntó con el presidente del bloque de senadores de la UCR, Luis Naidenoff, el senador Alfredo De Angeli, el titular del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, para encontrar consenso para que sea realidad su proyecto (todavía es un borrador) de salario universal, que coloque por encima de la línea de indigencia a más de 8 millones y medio de personas entre 18 y 65 años en situación de desempleo, informalidad o monotributistas con ingresos inferiores al salario mínimo. También se reunió por este tema con el senador Oscar Parrilli, mano derecha de la vicepresidenta.

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Aunque él no tiene un cargo en esta administración, dirigentes del Frente Patria Grande y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), de los que él es referente, son diputados, legisladores y tienen lugares en el Gabinete. De cara a las próximas elecciones, quiere que las listas del Frente de Todos tengan participación de trabajadores de la economía popular. Por eso, promueve a Juan Arrizabalaga, Daniela Castro, Elsa Yanaje, integrantes del Frente Patria Grande. Otra de las particularidades de estos comicios es que respalda en Entre Ríos la candidatura a diputada de Dolores Etchevehere, hermana del exministro de Macri. Por ahora, en una lista separada del oficialismo porque, asegura, quiere romper “el pacto de poder” entre el gobernador Gustavo Bordet y Luis Miguel Etchevehere. 

- Superamos la cifra de 100 mil muertos. ¿Cuál es tu lectura personal y qué conclusión sacás de las expresiones que escuchaste del Presidente como de la oposición?

Creo que todos tenemos nuestros muertos y que para respetar a todos nuestros muertos hay que evitar, para un lado y para el otro, hacer uso del duelo. En algunos diarios parecía que festejaban los 100 mil muertos como si fuera un triunfo futbolístico. Macri repitió la línea editorial de Clarín y La Nación de usar ese discurso de Alberto sobre los pobres. Macri es un sociópata, una persona que tiene una patología muy jodida que es que es incapaz de sentir empatía. Para él es lo mismo hablar de 100 mil muertos que hablar de que el dólar blue subió. No puede diferenciar, una sociopatía que se fue agravando. Entonces, repite el libreto casi burlonamente. Una cosa es analizar, ver qué se hizo bien, qué se hizo mal. Trabajar honestamente en ese terreno donde puede haber visiones divergentes, pero otra cosa es usarlo como arma de guerra ni siquiera política electoral que es más lamentable. Sobre la cuestión más general de la pandemia, por qué pegó más en América Latina que en cualquier otro lugar del mundo porque América Latina no es el continente más pobre, pero sí el más desigual. Había condiciones de base para que suceda y Argentina tiene una característica, que además de ser un país muy desigual, un país con mucha pobreza, es un país que tiene mucha riqueza. Tiene una clase viajera, una clase media acomodada muy grande. Se mueve mucho el turismo internacional. Si uno compara con el resto de la región, no hay mucha y no hay mucha diferencia la cantidad de muertos por millón de habitantes. Hay diferencia, pero no es tanta.

- Ya que mencionás lo de los viajes. Una noticia de estas semanas fue la de los “varados”. Y una de las que se quejó de la restricción del Gobierno fue Yanina Latorre, que dijo: “El problema no son los que volvemos de viaje, el problema son los piquetes y la gente humilde que toma mate y lo comparte”. Cuando escuchás esto, ¿Vos sos de los que creen que hay un sector de la sociedad que odia a su propio país?

Me gusta escuchar a la gente que dice lo que piensa. Bien por Yanina Latorre que dice lo que piensa. Algo de eso hay, no sé si es odio. Es como ponerse afuera. El resultado de la guerra contra el virus es un producto social; de arriba, del medio, de abajo, de la dirigencia política, de los empresarios, de los que viajan. Hay gente que se pone afuera de eso y dice que ''la culpa es de estos y de los otros”. Por ahí quiere al país, a su familia, a su tierra pero se pone afuera y mira como si tuviera una cultura distinta. Siempre hubo tilinguería de esos nuevos ricos, que no llegan a ser oligarcas, pero que no asumen su condición de clase media que escaló y que son los más violentos, los más xenófobos. Lo que me leíste recién no es verdad, pero hay algo que es verdad. Durante la cuarentena había gente que se podía quedar en la casa y gente que no. En sectores populares era muy difícil quedarse en la casa, por eso la consigna era “quedate en tu barrio” porque el barrio es la casa. Hubo mucha conciencia en los barrios. Hubo focos que tuvieron que ver con el hacinamiento. Pero si vos ves los países que más sufrieron son países que tienen un sector que tiene acceso al turismo y niveles importantes de desigualdad. En el mundo hay 1500 millones de personas que viajan, es un poco menos de un cuarto de la humanidad o sea hay un cuarto de la humanidad integrada en un sistema globalizado de movimiento de personas y más de 3/4 que están afuera eso, pero sufren con las consecuencias de ese de ese sector superior que es masivo, que es un 20% importante que tiene acceso a niveles de consumo que eran impensables hace 50 años. Y después hay un montón de gente un 80% que no tiene acceso a bienes de consumo que eran impensables de 50 años que no tuviera gente como la tierra techo y el trabajo. Tampoco pienso que la gente que viaja sea de una manera o de otra. En el primer cierre de fronteras si vos ves la decisión política del Gobierno de protección de la población a través del cierre de fronteras es absolutamente razonable. Si ves cada caso particular, hay historias trágicas. Yo sé que hay gente que la está pasando muy mal. Entonces, a nivel de esas tragedias individuales, uno no tiene que ser insensible y decir “jodete porque te fuiste” porque eso también es practicar una insensibilidad que no está buena.

- Están preparando una movilización para el 7 de agosto, seguramente sea la más masiva de las organizaciones sociales hecha en pandemia. ¿Por qué ahora?

Esta movilización la hicimos siempre, menos el año pasado. Movilizaciones hubo en todas partes de América Latina porque la gente la está pasando mal. Sobre ellas, después se montan procesos políticos. Pero hay una situación objetiva que hay que entender y que es que hay una crisis sanitaria que es producto también de una crisis antropológica y civilizatoria y que las generaciones militantes de la actualidad tienen que poder mirar un poco más. Por ejemplo, en Cuba la gente protesta porque no tiene remedios y porque está muy mal económicamente Cuba ahora por el tema de la pandemia. Después, sobre eso se monta la campaña política de desestabilización del gobierno cubano. Acá fue más burdamente politizada la cosa, pero cuando escuchás a algunos comerciantes, la verdad que todos los reclamos eran razonables. Las madres y los padres con hijos tienen problemas que todos los que tenemos hijos los tuvimos. Se mezcló todo y cuesta diferenciar. La movilización del 7 de agosto vamos a hacerla de la mejor manera posible en términos sanitarios. Pero creemos que hay que mostrar la masividad de nuestro sector social, más allá de lo político. En el planteo de la agenda de tierra, techo y trabajo. Particularmente en este caso con el salario básico universal, que junto al acceso a la tierra y la posibilidad de tener una vivienda son las políticas que estructuralmente se requieren, pero además son políticas que se tienen que aplicar para urgente. Creemos que hay que mostrar esa masividad para que la política vea la política más superestructural vea que eso tiene plafón y que no somos solo los cuatro o cinco que salimos en la tele. Estamos expresando una fuerza social muy masiva que sigue reclamando por sus derechos en el contexto que le toque. 

- Va a ser en medio de la campaña, ¿se puede leer también como una expresión de apoyo al Gobierno? 

Es libre la interpretación. Cada dirigente, cada agrupación va a tener su visión de las cosas, para mí no hay ningún apoyo ni ninguna crítica, para mí es una manifestación popular que un sector importante de los trabajadores humildes en la Argentina viene haciendo hace muchos años reclamando, con escaso éxito, tres cosas básicas que son: tierra, techo y trabajo. El desarrollo demográfico en la Argentina tiene que estar planificado. Es evidente que la pandemia es un signo de cosas que se van a ir reproduciendo, digamos, no es una cosa que viene y se va. Es un una era pandémica, cataclísmica.

- ¿Tenés una visión negativa del mundo que va a dejar esta pandemia?

Totalmente. La OMS habla de una catástrofe moral internacional por la distribución de las vacunas. El 85% fue solo a 15 países, los más poderosos. Y los Gobiernos tienen menos poder que las empresas financieras. Hoy Barrick Gold o Mercado Libre tienen más poder que un Gobierno. Si no se recupera la planificación, que es un elemento opuesto al neoliberalismo porque deja todo liberado del mercado. De Macri a hoy, por distintas razones, tenemos un Estado que no tiene ninguna capacidad de planificar. Bueno, hoy esa idea solamente nosotros estamos empujando de que hay que hacer un plan a 8 años y sin perder nuestra identidad y nuestro rol en la disputa política. Sin olvidar los intereses de clase que nosotros representamos, que es la clase trabajadora. Nosotros tenemos que hablar con todo el mundo. Prefiero mil veces sentarme con Naidenoff, con De Angeli, con Ritondo, con gente que es del campo ideológico opuesto, que con otros que dicen que son compañeros y después no hacen nada, no les importa, mientras nuestra gente está sufriendo.

- ¿Te es más cómodo hoy hablar con ellos que con los propios integrantes del Frente de Todos?

Siempre me resultó más fácil hablar con los de la vereda de enfrente que con los de al lado. ¿Por qué? Porque lo importante es tener claro los intereses que se representan. Y a veces cuando hablo con los del lado, no digo con todos, pero sí con algunos, me pregunto ¿qué intereses representan? Porque no podés representar los de todos. No existe. A mí me gusta lo frío o lo caliente. Los tibios no me gustan.

- ¿Qué se busca con el salario básico universal?

El salario universal va a ser una política permanente. Es un mínimo indispensable el salario universal. ¿Por qué? Porque el mundo del futuro y del presente es un mundo donde el trabajo va a haber que inventarlo a través de las organizaciones sociales y del Estado emprendedor. La gente se fue inventando en el trabajo, lo que pasa que no tienen ingresos suficientes. Entonces ya es una necesidad urgente, si no. Hoy es parche sobre parche en el Estado. Lo han desordenado tremendamente. No hay coherencia en lo que se plantea. Es improvisación. No hay ninguna explicación para que determinadas políticas sean como son. Con esto no lo ataco a Alberto. Lo defiendo, pero defiendo a mi manera. Lo hablé con él al principio, la pandemia. “Vos sos el comandante y estás en la vanguardia de la lucha”. Hay que crear una retaguardia que planifique para cuando termine la lucha porque va a quedar destruido esto. Por eso armamos el plan de Desarrollo Humano Integral, para trabajarlo para el 2023.

- En 2019 el Frente de Todos se unió para derrotar a Macri. ¿Hoy qué los mantiene unidos y por qué votarás de vuelta al Frente de Todos?

Porque lo que hay enfrente es muy feo. Ese sigue siendo un factor aglutinante. El Frente de Todos es antineoliberal aunque tenga componentes neoliberales adentro. ¿Cuáles son los temas que hegemonizan al frente, que le dan unidad? El anti macrismo, que es el anti neoliberalismo. Una visión geopolítica más latinoamericanista. Un nivel de sensibilidad social y de respeto por las organizaciones libres del pueblo que el macrismo no tiene. Estos son los elementos aglutinantes. Después, sobre la visión de país, hay mucha diferencia. Pero la situación que creó el Frente de Todos sigue existiendo. La existencia de un núcleo de derecha neoliberal, duro, peligroso, con recursos y muy dañino. Pero lo que creo es que en el Frente de Todos se tienen que blanquear las tendencias internas que hay.

- ¿Dentro del espacio qué pedís discutir de cara a la campaña?

La agenda, desde luego, es el salario universal y el acceso a la tierra y a la vivienda. El salario universal lo vamos a sacar este año o el que viene. Sale o sale, por las buenas o por las malas porque en algún momento la gente no va a aguantar más.

- ¿Tenés el proyecto de ley?

Lo estamos debatiendo.

- ¿Hay un “ok” de los distintos bloques con los que hablás para que sea tratado?

No hay “okeys” todavía. Lo estamos trabajando. Hay consenso de que hay que ordenar todo este quilombo. Hay algunos que pensamos que la dinámica del capitalismo no va a generar empleo privado, por lo menos en la magnitud que se necesita para absorber la mano de obra. Otros piensan que sí va a pasar eso con inversión, pero que van a pasar muchos años. El ritmo lo va a poner el pueblo. O la política se anticipa o la gente lo va a conseguir. 

- La oposición ya tiene sus candidatos definidos y Macri no figura en las listas. ¿Ves alguna diferencia? 

Son todos Macri. No es todo lo mismo, pero el corazón de ese proyecto es Macri. Tienen sus tendencias, pero el corazón de ese proyecto de Macri. Cambiemos es Macri. Cuando se dice que el Frente de Todos es Cristina, son K, hay mucho de verdad en eso que dicen. El corazón, la arquitecta, la energía del Frente de Todos es Cristina. Y el corazón, el que le da energía a Cambiemos es Macri Después puede haber candidatos, figuras, dirigentes, presidentes distintos, pero son el corazón. Puede gustarte o no, pero es así.