Inmersos en la confrontación político-judicial por las clases presenciales en CABA, el Gobierno y los representantes de Juntos por el Cambio cortaron los contactos públicos para acordar la postergación de las elecciones 2021. Sin embargo, desde ambos sectores desmentían las versiones que circulaban que daban cuenta de un diálogo roto y de una amenaza oficial de directamente eliminar las primarias si la oposición no se sentaba a negociar. Es más, adelantaban como muy posible que la semana que viene, luego de que la Corte Suprema resuelva para un lado o para el otro el conflicto por las clases, volvieran a sentarse para terminar de definir un acuerdo en torno al proyecto enviado al Congreso desde el Ministerio del Interior.
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El clima instalado es de conflicto total, cualquier negociación en el Congreso parece destinada a terminar en punto muerto. Es lo que se ve en lo público. Sin embargo, desde el Congreso aseguran que en contactos informales se mantiene el diálogo. Luego de un arranque conflictivo con aquella conversación en la Casa Rosada que juntó a Sergio Massa, Máximo Kirchner y Wado de Pedro con Cristian Ritondo y Jorge Macri, que generó una reacción airada de la conducción de Juntos por el Cambio, la cosa se encaminó a partir de encuentros más formales. De Pedro fue al Congreso para conversar con los representantes del interbloque macrista y avanzaron en una línea razonable, teniendo en cuenta la imparable suba de contagios de las últimas semanas y de lo ilógico que se se vería una campaña electoral y unas elecciones en los meses de mayor frío.
De ese encuentro en Diputados surgió un borrador de proyecto, de escuetos seis artículos, que determinaba el corrimiento de las PASO de agosto para el 12 de septiembre y de las generales de octubre para el 14 de noviembre. También que la principal oposición pase a integrar una comisión de seguimiento de la pandemia, para contar con datos de primera mano de lo que estuviera sucediendo. Al otro día debía reunirse la conducción nacional de Juntos por el Cambio -que tanto se había quejado antes por la falta de una convocatoria formal- y se suponía que iban a dar su consentimiento al acuerdo, pero no ocurrió. En cambio, salieron a criticar al Gobierno por su manejo de la pandemia e insistieron en las condiciones que ponían a posponer las elecciones: un compromiso explícito por la realización de las PASO, la utilización de la boleta única de papel y el voto por correo de los argentinos en el extranjero. Una rareza incorporada por decreto por Mauricio Macri que Alberto Fernández derogó.
Wado de Pedro también tuvo un encuentro virtual con los jefes de los otros bloques parlamentarios, entre quienes repartió el mismo borrador de proyecto. Después el Presidente decidió las nuevas restricciones por la pandemia y se abrió el conflicto con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, detrás de cuyo reclamo por las clases presenciales se encolumnó Juntos por el Cambio a pleno. La discusión se trasladó inmediatamente al Parlamento, donde todos los acuerdos quedaron en veremos. Ayer trascendió una versión que daba casi por caída la negociación por las elecciones y aseguraba que el Gobierno evaluaba en firme eliminar las PASO de este año e ir directamente a la general, agitando el peor fantasma para la oposición.
Luego, tanto en la Casa Rosada como desde el bloque de Juntos por el Cambio imaginaban que la versión había salido del despacho de Massa y que se trataba de una estrategia para volver a sentar al macrismo a la mesa de negociación. "No es así, no se preocupen", les transmitieron desde el bloque de diputados del Frente de Todos que conduce Máximo Kirchner al interbloque de JxC que encabeza el radical Mario Negri por una nota de Clarín que daba cuenta de este rumor. Obviamente, en medio de la gran pelea por las clases presenciales no hay posibilidades de un encuentro público entre ambos bloques, se vería muy contradictorio. Pero esperaban que antes del fin de semana la Corte Suprema zanjara el asunto y les permitiera retomar el diálogo. "Las conversaciones se van a reactivar la semana que viene y el acuerdo va a darse en torno al borrador, que fue un texto consensuado", confiaban en Interior.
El 10 de mayo el Gobierno debe formalizar la convocatoria a elecciones, así que lo ideal es que la prórroga se apruebe antes. Pero si hay acuerdo de todas las fuerzas políticas tampoco sería tan grave anular esa convocatoria y realizar una nueva. Lo otro que quedaría por resolver serían las demandas extra de Juntos por el Cambio. Claramente, el Gobierno no ve viable lo del voto por correo a no ser que salga por ley. Lo de la boleta única sería una discusión atendible, pero para el año que viene que no es electoral. Esperan que gane la lógica y que el macrismo acepte las condiciones y se apruebe la postergación.