Cuando falta exactamente un mes para las PASO del 12 de septiembre de estas elecciones legislativas 2021; los comandos de campaña cordobeses de Juntos por el Cambio, Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos Córdoba son un hervidero.
El peronismo va dividido con boletas y sellos separados: el cordobesismo del gobernador Juan Schiaretti; y el sector nacional y popular del presidente Alberto Fernández. Pese a que no habrá primarias entre ambos sectores, los resultados de los comicios de septiembre serán una gran encuesta para ver cómo llegan ambos peronismos a las legislativas de noviembre.
Córdoba renueva tres bancas de senadores nacionales y nueve de diputados nacionales. Carlos Caserio es senador por el Frente de Todos y busca repetir en estas elecciones. Los otros dos escaños son de la macrista Laura Rodríguez Machado y del juecista Ernesto Martínez. Las encuestas propias y ajenas coinciden en que Juntos por el Cambio retendrá ambas bancas en juego y lo que se disputa es quién se quedará con el sillón que actualmente tiene Caserio. La esposa del gobernador Juan Schiaretti, la diputada Alejandra Vigo quiere quedarse con ese sillón y Caserio promete dar batalla.
Al cumplirse dos años del triunfo del Frente de Todos en las primarias presidenciales de 2019, el presidente Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada al senador Caserio, al secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill, a los diputados Gabriela Estévez y Pablo Carro y a la concejal Olga Riutort; principales candidatos del Frente de Todos de Córdoba, con quiénes evaluó el escenario electoral.
“La reunión fue larga, productiva, evaluamos la situación provincial en el contexto nacional; no sólo lo electoral, que es una coyuntura; sino; cómo el Estado nacional puede a través de sus políticas públicas seguir apoyando a todas las cordobesas y cordobeses para que la provincia que fue cuna de la industria metalmecánica, recupere su lugar como motor productivo del país”, le dijo Caserio a El Destape.
La boleta del senadores del Frente de Todos la encabeza Caserio y lo acompaña la diputada Estévez, quién ayer destacó que “con el Presidente estuvimos repasando la inversión que realiza el Gobierno nacional en Córdoba desde diciembre de 2019 en materia de obra pública; también destacamos la crucial ayuda de la Nación a Córdoba para paliar el déficit de la Caja de Jubilaciones de la Provincia”.
Mientras que Martín Gill, actual secretario de Obras Públicas de la Nación y primer candidato a diputado nacional del Frente de Todos, apuntó que “con la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada, se dio vuelta la relación entre la Nación y Córdoba. Hace 18 meses que la Nación y Córdoba venimos trabajando en conjunto”.
“Córdoba no es una isla, no hay soluciones individuales; los peronistas pensamos en salidas colectivas. Como peronistas, como justicialistas integramos el Partido Justicialista, un partido nacional, columna vertebral del Frente de Todos. Y los peronistas de Córdoba sabemos bien que si Argentina no sale para adelante, si Argentina no crece y se salva, Córdoba tampoco lo hará. Por eso, desde hace 18 meses, el presidente Alberto Fernández recompuso la relación con Córdoba y eso se nota en cada peso que la Nación destina para mejorar la vida de los cordobeses”, señaló Riutort, compañera de Gill en la boleta de Diputados, una peronista histórica que fue armadora de los equipos de campaña, funcionaria y esposa del ex gobernador José de la Sota.
Encuestas 2021: cómo está la pelea en Córdoba
El senador del Frente de Todos le dijo a El Destape que “en las PASO va a haber una foto electoral de cómo está Córdoba y el país; pero en las legislativas de noviembre se va a definir un modelo de país; si la gente va a apoyar un modelo productivo donde el Estado ponga el hombro; o vamos a volver al proyecto del macrismo de saqueo, fuga y desinversión. Pero también hay una cuestión de sensatez, si nosotros desde Córdoba le damos al Presidente senadores y diputados para que si quiere sacar una ley económica para dinamizar la economía, la pueda aprobar; si los argentinos necesitamos una ley para igualar derechos, el Congreso la apruebe; para eso necesitamos tener mayoría. Si no tenemos mayorías parlamentarias, va a ser más complicado conseguir las leyes que nos ayuden a despegar no sólo en materia económica, sino también en los sectores como la educación, la salud y de la ampliación de derechos”.
Una encuesta de 1.300 casos realizada entre el 3 y el 7 de agosto pasado por la consultora Raúl Aragón & Asociados reveló que si las elecciones primarias se hubieran realizado el 8 de agosto pasado, el radical Mario Negri de Juntos por el Cambio triunfaría con el 23,9% de los votos y Caserio del Frente de Todos quedaría en segundo lugar con 21,3%. Luis Juez, competidor de Negri en la alianza macrista cosecharía 20,1% y más lejos queda la esposa del gobernador, Alejandra Vigo, con 17,6%.
En el Frente de Todos buscan nacionalizar la elección, sosteniendo que “se trata de una elección legislativa nacional, no se votan cargos ejecutivos provinciales”; pero además quieren relegar al tercer lugar a la alianza schiarettista Hacemos por Córdoba y retener la banca en el Senado: “Cuando se votan leyes en el Congreso son para todo el país, de eso se trata un país federal. No hay lugar para secesionismo ni para regionalismos, el modelo que se pone en juego en noviembre es un modelo nacional, un modelo de país: Patria o anti Patria”.
Hacemos por Córdoba
El gobernador Juan Schiaretti, convertido en el gran elector de estas legislativas, puso a jugar a la dama en el ajedrez cordobés. Su esposa Alejandra Vigo encabezará la boleta de senadores, mientras que Natalia de la Sota, la hija del fallecido ex gobernador, encabezará la boleta de diputados. Los publicistas de Hacemos por Córdoba lanzaron una fuerte campaña publicitaria donde aparecen las imágenes de Vigo y De la Sota bajo una idea-fuerza que busca concentrar el voto feminista “Ellas”.
El año pasado, cuando se dio el debate por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, Vigo encabezó la posición de los cuatro diputados nacionales schiarettistas del bloque Córdoba Federal que votaron contra el proyecto que ampliaba derechos de las mujeres. En 2018, Alejandra Vigo se había abstenido.
En los pasillos legislativos y del Centro Cívico cordobés concuerdan con los dirigentes del Frente de Todos que “la relación entre la Casa Rosada y Córdoba es mucho mejor que hasta 2015”. Incluso hay un pelotón de 10 legisladores albertistas que llegaron a sus bancas con la boleta de Hacemos por Córdoba, la alianza schiarettista que amplió la vieja Unión por Córdoba creada por José de la Sota en 1998. El Movimiento Evita, que dirige nacionalmente Fernando “Chino” Navarro –es funcionario de la Casa Rosada- integra el frente schiarettista y tiene decenas de funcionarios provinciales en los cuadros medios.
A principios de 2019, los principales referentes kirchneristas cordobeses, la diputada Estévez y el director del Observatorio de DD.HH. de la Nación, Martín Fresneda, mandaron a votar por la reelección de Schiaretti. Esa vez, el kirchnerismo cordobés no presentó candidatos en Córdoba.
En el comando de campaña de la alianza provincial son optimistas: “Vamos a hacer una buena elección, no va a haber polarización como en 2019 entre Macri y Alberto; vamos a defender a Córdoba con nuestros senadores y diputados”, sostienen. En las presidenciales de 2019, el PJ cordobés repartió en muchos departamentos la boleta presidencial de Mauricio Macri – Miguel Pichetto y la boleta corta de diputados de Hacemos por Córdoba.
Ahora, las posiciones entre el peronismo cordobés y el peronismo nacional están más cerca: Natalia de la Sota, legisladora schiarettista y candidata a diputada de Hacemos por Córdoba tiene buen diálogo con el Presidente; mientras que Ignacio García Aresca, intendente de San Francisco y compañero en la lista con De la Sota tiene una aceitada relación con Martín Gill y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
En los sectores del Gobierno de Córdoba que más dialogan con la Casa Rosada señalan que “acá lo importante es conseguir la mayor cantidad de bancas peronistas”. Y admiten que se acordó con la Nación “una campaña civilizada, sin golpes bajos”.