Este mediodía, Alberto Fernández visitará la provincia de Córdoba por primera vez como presidente. A principios de 2020 iba a realizar la primera llegada al distrito más antikirchnerista del país, pero la pandemia del Covid-19 se lo impidió. Las sucesivas visitas a lo largo del año pasado y principios de 2021 también fueron pospuestas. Ni siquiera quiso viajar a festejar la victoria de Juan Manuel Llamosas, el intendente de Río Cuarto que logró su reelección en noviembre del año pasado, para no quitarle protagonismo al triunfador. Esa vez, el PJ de Juan Schiaretti y el Frente de Todos jugaron juntos para que Llamosas fuera reelecto.
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La visita de hoy, si bien es importante en términos de anuncios para la modernización de las FF.AA.; tiene una clara lectura política y electoral: el Frente de Todos sabe que la elección legislativa de este año quedará en manos de la derecha de Juntos por el Cambio o el nombre de fantasía al que elija mutar; y busca polarizar para quedarse con la tercera banca de senador en disputa y, al menos, dos escaños en Diputados.
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“Acá se está discutiendo qué modelo de país queremos; un país que vacune a su gente, con un Estado presente; un país que atienda las necesidades de los sectores más golpeados; o un país donde los que dicten las políticas para los 45 millones de argentinos las dicten los grandes grupos concentrados, los que tienen cuentas en paraísos fiscales y los que dejaron vencer las vacunas y bajaron el Ministerio de salud al rango de Secretaría. Una vez más, como en 1946 volvemos a la antinomia peronismo vs antiperonismo. Acá no hay tercera vía, ni salida provincial, se juega un modelo de país”, dicen en la mesa chica del equipo de campaña del senador Carlos Caserio, que busca su reelección.
Para las PASO y las legislativas hay un acuerdo entre las principales fuerzas y dirigentes del Frente de Todos en ir con lista propia, polarizar con el macrismo; dejando rezagado a un tercer lugar a Juan Schiaretti, su peronismo macrista y su alianza Hacemos por Córdoba. “Las encuestas nos ubican en los mismos índices que en 2019, eso indica que hoy, estamos en condiciones de renovar la banca del compañero Caserio en el Senado y dos bancas de diputados. Es ganancia, porque renovamos una banca de senador de 2015 y una banca de diputado de 2017”, afirman desde el Frente de Todos cordobés.
El viejo delasotismo, de donde proviene Caserio, y donde militan entre otros, Ilda Bustos, ex legisladora y secretaria general del gremio de los Gráficos; o Dante Heredia, número 2 del PAMI Córdoba está alineado en el Frente de Todos. La compañera de fórmula de Caserio será la diputada y jefa de La Cámpora Córdoba, Gabriela Estévez; que aún le restan dos años de mandato, pero le asegura a la fórmula trabajo territorial, juventud y el voto del cristinismo.
La principal competidora de la fórmula Caserio-Estévez es Alejandra Vigo-Manuel Calvo; la dupla de la esposa del gobernador Juan Schiaretti y diputada que vence su mandato en diciembre; y el joven vicegobernador. “Juan quiere demostrar que va a ser el gran elector, la cara en los afiches será de Alejandra y Manuel; pero la gente va a votar a Juan”, explican en el Centro Cívico cordobés. No es casual que el gobernador cordobés elija jugar la dama, es un mensaje para propios y extraños, en 2021 y 2023, el gran elector será él. Si, como las encuestas lo indican, Vigo queda relegada por Caserio, será la jubilación anticipada del peronismo cordobesista.
En la boleta de diputados, la cosa no es tan clara para el Frente de Todos: los intendentes, que hacen equilibrio entre la Provincia y la Nación, quieren que encabece la fórmula Martín Gill, “el más schiarettista de los albertistas”. La calificación no es casual: el actual secretario de Obras Públicas de la Nación ganó la intendencia de Villa María en 2019 con el sello schiarettista Hacemos por Córdoba.
Luego de asumir la intendencia de esta rica ciudad ubicada a 150 kilómetros al sudeste de esta Capital –es la tercera en importancia en la provincia-, Gill tomó licencia y se sumó al Gabinete nacional bajo la tutela de Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas de la Nación.
Para seguir como funcionario nacional, el villamariense tomó su cuarta licencia de seis meses como intendente, por lo que fue denunciado penalmente en enero pasado por Juntos por el Cambio, por presuntamente por violar el Código Penal Argentino y la Carta Orgánica Municipal.
Gill fue reelecto intendente de Villa María el 23 de junio de 2019, y a fines de diciembre del mismo año, solicitó al Concejo Deliberante la aprobación de una licencia de seis meses para asumir como Secretario de Obras Públicas de la Nación. El intendente interino es Pablo Rosso.
“Si Martín es electo diputado, puede renunciar como intendente de Villa María y soluciona la cuestión institucional en la ciudad. Además, ya fue diputado nacional entre 2013 y 2015, cuando llegó a la intendencia de Villa María. Es el mejor candidato para encabezar la boleta, es un moderado como Alberto, es un peronista y tiene perfil académico y de gestión”, asegura un intendente del departamento San Martín, cuya cabecera es Villa María.
Como en 2013 y 2019, el Frente de Todos podrá colar en esta elección legislativa dos diputados. Se renueva la banca de Pablo Carro, quién llegó al Congreso en 2017. La viuda del gobernador José de la Sota, Adriana Nazario, podría integrar la boleta del Frente de Todos por el peso territorial en Río Cuarto.
Mientras que el peronismo de Schiaretti y su bloque Córdoba Federal pone en juego tres bancas de diputados: la propia Vigo, Paulo Cassinerio y Claudia Márquez terminan sus mandatos en diciembre próximo. La cabeza de lista de Hacemos por Córdoba será Natalia de la Sota, hija del fallecido De la Sota.
Las encuestas hasta hoy dicen que la alianza Juntos por el Cambio podrá llevarse cinco o seis de las nueve bancas en disputa –concentra el voto antikirchnerista muy fuerte en esta provincia-; dos bancas quedan para el Frente de Todos y el schiarettismo podría colar sólo un diputado nacional o disputarle una banca más al macrismo.
Alberto y ministros en Córdoba
En una reunión mantenida en la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández le confirmó al senador Caserio su llegada a Córdoba para participar de dos eventos: la visita a la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) para poner en marcha un programa de reequipamiento de las FF.AA. y la inauguración de un tramo de la autovía de la Ruta 19 que une esta Capital con San Francisco.
Pero antes de la llegada de Alberto, la Casa Rosada envió fuertes señales a Córdoba: el pasado miércoles 16 de junio, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro y la ministra de salud Carla Vizzotti desembarcaron en Córdoba con insumos para hospitales provinciales y un cargamento de 124.500 vacunas contra el Covid-19. A los ministros nacionales los recibieron los diputados Estévez y Eduardo Fernández, quienes los acompañaron en su visita al vacunatorio central instalado en el Centro de Convenciones Córdoba, del Complejo Ferial Córdoba.
Y el viernes pasado, el intendente capitalino, Martín Llaryora se reunió con Martín Gill, donde firmaron un convenio para que la Nación financie un plan integral de bacheo para la ciudad de Córdoba por $ 400 millones.
En el Frente de Todos cordobés sostienen que “en épocas de crisis, el peronismo se hace cargo; y eso va a quedar demostrado en las urnas. Los fondos en obras públicas, en ayudas económicas a los sectores golpeados por la pandemia y en los miles de vacunas que llegan todas las semanas se nota la presencia de la Nación, que nunca dejó sola a Córdoba”.
Aseguran, además, que la de mañana, será la primera de varias visitas del Presidente a la provincia más antikirchnerista del país.